La verdad no tenía ganas de ponerme a escribir algo sobre Flybondi y lo que pasó el lunes en Córdoba. Tantos cubrieron el tema, algunos muy bien, otros muy, pero muy y asquerosamente mal, movidos por esos intereses que ya todos conocemos. Pero terminando el día, con las aguas mas calmas, pude encontrar la manera de decir lo que estuve pensando al respecto.
Yo nunca oculté mi alegría por lo que a nivel conceptual proponía la empresa: la libertad de volar. Pero tampoco es que tuve, tengo ni tendré una predilección especial por Flybondi. En los últimos dos meses estuve arriba de los dos vuelos inaugurales de Avianca Argentina y me sentí feliz cubriéndolos, tanto como cuando recorrí nuestro país de punta a punta a bordo del primer Boeing 737 MAX latinoamericano, el de Aerolíneas Argentinas.
Y cuando Norwegian Air Argentina, LASA o Chevaflecha (:P) lleguen, también estaré a bordo del primer vuelo festejando que haya más compañías, que haya más opciones, que haya más trabajo aeronáutico en todo el país (interior incluido), porque creo firmemente que hay muchísimo mercado para explotar, y que el sol puede y debe salir para todos.
No soy chupamedias de ninguna aerolínea o sus empleados, sindicato u organismo. Soy chupamedias, sí, de la aviación comercial. Y en nuestro país la quiero grande, fuerte, libre, segura, INCLUSIVA. Sí, inclusiva en mayúsculas, por mal que les caiga ese concepto a muchos.
De la misma manera no tiro m.rda a ninguna aerolínea o sus empleados, sindicato u organismo.
El lunes al mediodía Flybondi tuvo un muy desafortunado incidente durante un vuelo de pruebas que llevaba a personal de la empresa y sus familiares, así como a otros invitados especiales. Desafortunado por el mal timing de ocurrir a cinco días del inicio de sus vuelos regulares, que además marcarán la llegada de la era de las low cost en Argentina, no porque en sí haya sido grave desde el aspecto técnico y el manejo de la tripulación, que con mucho juicio decidió volver al aeropuerto de Córdoba.
Las redes sociales obviamente estallaron poniendo de manifiesto como nunca la «grieta» aeronáutica: los que quieren un mercado cerrado y los que quieren un mercado abierto, con muchos de los primeros exagerando o llanamente mintiendo acerca de lo que pasó y muchos de los segundos llegando a justificar cualquier cosa y aprovechando para hablar mal de Aerolíneas Argentinas (la pobre compañía que a nivel institucional no tiene la culpa de lo que algunos pocos empleados fundamentalistas anden gritando por ahí). Dio pena leer a tantos profesionales de la industria ponerse a elaborar hipótesis, hacer conjeturas, decir medias verdades, y tantas otras prácticas más que todos (incluidos ellos) criticamos con dureza cuando parten de periodistas de medios masivos.
Entre los «graves problemas en los motores que provocaron un aterrizaje de emergencia» de varios medios y el «incidente técnico menor» mencionado por Flybondi en un comunicado hubo mucha pero mucha basura en el medio, y ahí tendría que haber aparecido rápidamente el estado para limpiarla y dar a conocer con precisión qué fue lo que ocurrió. Porque si bien el incidente no fue nada del otro mundo, si bien no hubo ninguna emergencia declarada, la llegada de Flybondi tiene un peso simbólico tan importante que magnifica cualquier cosa.
Ni siquiera pido un comunicado o un gran informe de inmediato. Un twitt, un posteo en Facebook, algo que le diga a la gente que por primera vez está por ser parte del mercado aerocomercial que, al margen de las prácticas que pueda tener cualquier aerolínea existente o futura, detrás hay un estado que a través de sus organismos específicos controla que todo se haga de acuerdo a las regulaciones, las cuales son producto de décadas de experiencia de la industria aeronáutica a nivel mundial. Que lo diga, pero que también controle. Ahí está el truco.
En fin, Nelson, el nombre del Boeing 737-800 LV-HKS de Flybondi volvió a volar ayer y de acuerdo a la empresa no presentó ningún tipo de inconveniente, por lo que todo está en marcha para que este viernes 26 realice su primer vuelo regular (en el cual, sí, también estaré a bordo).
Imágenes de despegue y aterrizaje registradas en el Aeropuerto Ing. Aeronáutico Ambrosio Taravella, Córdoba, Argentina. pic.twitter.com/eYWPncSU7o
— flybondi (@flybondioficial) January 24, 2018