La Administración Nacional de Aviación Civil confirmó ayer que autorizó la modalidad interchange para LATAM Airlines, lo cual permitirá que el holding intercambie sus aeronaves entre las filiales chilena y argentina manteniendo la matrícula de origen, sin tener que nacionalizarla en nuestro país.
En la práctica esto significará que LATAM Argentina podrá seguir operando sus vuelos entre Buenos Aires y Miami utilizando aeronaves con matrícula chilena, pero con tripulaciones 100% argentinas.
El tema cobró urgencia y protagonismo en las noticias durante los últimos meses al acabarse el plazo que el gobierno de los Estados Unidos impuso para que todas aquellas aeronaves que operen vuelos en determinados sectores del espacio aéreo de ese país estén equipadas con tecnología ADS-B Out, que entrará en vigencia el 1 de enero de 2020.
Los dos Boeing 767-300 que LATAM Argentina tiene registrados no la poseen, y el holding no considera rentable, dada la antigüedad de los mismos (21,4 años), su instalación (además del retrofit de la cabina). Esto se conjuga con que operar la ruta Buenos Aires – Miami implica tener paradas ambas aeronaves durante 10 horas, cuando el interchange permite, por ejemplo, que un 767 llegue a Miami por la mañana con tripulación argentina, y un par de horas después parta operando un vuelo de LATAM Perú con tripulación de este último país, aumentando la eficiencia en el uso de la flota.
Si no se aprobaba el interchange, desde LATAM aseguraban que se levantaría la ruta Buenos Aires – Miami, afectando así a unos 200 pilotos, TCP y personal de mantenimiento. Esto provocó tensiones dentro de los sindicatos aeronáuticos, dado que la posición institucional era contraria a esta modalidad, pero quienes trabajan en LATAM presionaban a favor de ella.
«No sólo es un gran beneficio para los trabajadores, quienes podrán hacer carrera con aviones mas modernos, también es una buena noticia para los pasajeros ya que baja el promedio de edad de los aviones y mejora la experiencia de viaje», comentaron desde la ANAC.
«Al requerir menos paradas de mantenimiento por tratarse de aeronaves más modernas, esto puede generar un aumento en la oferta anual de asientos, más cantidad de pasajeros transportados y reducción de precios», agregaron.
La modalidad interchange implicó la firma de un acuerdo de doble vigilancia de la seguridad operacional entre la ANAC y la DGAC chilena, por lo que la autoridad aeronáutica argentina continuará fiscalizando la aeronavegabilidad y la operación de las aeronaves con matrícula del vecino país (CC).
LATAM tiene 16 Boeing 767-300 registrados en Chile con una antigüedad promedio de 11,2 años, de los cuales 9 rotarán en la flota argentina.
A través de una comunicación interna a su personal (publicada ayer por SirChandler), la aerolínea manifestó que el proyecto de interchange es «parte vital de nuestro Plan de Sustentabilidad, se suma la intención de incorporar tres nuevos aviones A-320 para robustecer el itinerario doméstico, iniciativa que contempla una inversión adicional de USD 90 millones y en la que esperamos avanzar durante los próximos meses, conforme progresen las negociaciones de productividad que venimos trabajando con todas las organizaciones sindicales».
Más allá de LATAM
Si bien la primera beneficiada por el interchange será LATAM, la realidad es que esta experiencia abre la puerta a que otras compañías con filiales en nuestro país puedan hacer uso del mismo.
Estando ya firmado el acuerdo con Chile, JetSMART podría ser la siguiente, mientras que si se avanza en acuerdos similares con otros países, Norwegian también es candidata para aprovechar esta modalidad.