Un ingeniero de calidad de Boeing denunció públicamente graves defectos estructurales en los jets de gran cuerpo 787 y 777 de la compañía.
El denunciante, identificado como Sam Salehpour, afirma que cerca de 1.400 de estas aeronaves actualmente en servicio podrían ser susceptibles a daños por fatiga prematura y fallas estructurales potenciales debido a atajos de fabricación dirigidos a aumentar las tasas de producción.
Las alegaciones de Salehpour se hicieron públicas el martes cuando detalló sus preocupaciones en una carta a la Administración Federal de Aviación (FAA), lo que provocó una investigación inmediata por parte de la agencia. La FAA ha confirmado que está tomando las reclamaciones en serio, con el portavoz Ian Gregor afirmando el compromiso de la agencia de investigar a fondo todos los informes de seguridad.
El problema en el corazón de las alegaciones de Salehpour involucra pequeñas brechas en las secciones del fuselaje de los jets, las cuales, afirma, se midieron y llenaron incorrectamente. Estas brechas, si no se abordan, podrían conducir a un desgaste excesivo con el tiempo, potencialmente resultando en fallas catastróficas. Salehpour, quien tiene más de 40 años de experiencia en ingeniería aeroespacial, ha expresado que sus motivaciones están arraigadas en un deseo profundo de ver a Boeing tener éxito y prevenir futuras tragedias.
Boeing ha respondido a las alegaciones con una refutación detallada, abordando particularmente las preocupaciones sobre el 787 Dreamliner. La compañía asegura tener confianza en la integridad estructural y seguridad de ambos modelos, el 787 y el 777, declarando que extensas pruebas y análisis han mostrado que los problemas planteados no presentan ninguna preocupación de seguridad y que las aeronaves mantendrán su vida útil a lo largo de varias décadas.
La aprobación de la FAA de la solución de Boeing para el 787 en agosto de 2022, después de una pausa de casi dos años en las entregas debido al descubrimiento del problema de brecha en el fuselaje, llegó después de una investigación rigurosa sobre el proceso de fabricación. Sin embargo, Salehpour sostiene que la solución implementada por Boeing ocultó más que resolvió el problema subyacente.
A medida que Salehpour se prepara para presentar su caso en una audiencia del Senado la próxima semana, Boeing se encuentra una vez más bajo escrutinio sobre su cultura de seguridad y prácticas de fabricación. La audiencia, convocada por el Senador Richard Blumenthal, tiene como objetivo examinar relatos de primera mano de lo que el senador describe como la «cultura de seguridad rota» de Boeing.
Las revelaciones han reavivado preocupaciones sobre el compromiso de Boeing con la seguridad, especialmente a raíz de la crisis del 737 MAX, que ya había afectado significativamente la reputación y la situación financiera de la compañía. Con el gigante aeroespacial enfrentando alarma pública creciente y escrutinio regulatorio, el resultado de la audiencia del Senado y la investigación de la FAA podrían tener implicaciones de gran alcance para el futuro de Boeing.
A medida que la comunidad aeroespacial y el público viajero esperan desarrollos futuros, los esfuerzos de Boeing para tranquilizar a los interesados sobre su dedicación a la seguridad y calidad serán examinados críticamente. El manejo de estas últimas alegaciones por parte de la compañía bien podría ser un momento definitorio en su viaje continuo para reconstruir la confianza y asegurar la seguridad de sus aeronaves.