La división de aviones de pasajeros de Boeing, BCA (Boeign Commercial Airplanes) anunció en el día de hoy que a los 1800 puestos de trabajo que se recortaron a principios de este año se sumarán «otros cientos», según un memorando interno de la compañía.
Estos puestos corresponden a la división ingeniería de la planta de Seattle, donde se alojan las líneas de producción de los aviones de larga distancia, severamente impactados por la baja tasa de pedidos.
El production rate del 777 fue reducido de los 8.3 aviones/mes de enero de 2016 a 7/mes en Diciembre, bajará a 5 por mes en agosto y tocará su piso en 2018, cuando llegue a 3.5 aviones por mes. El backlog (cantidad de pedidos no entregados) es de 124 aviones, y la reducción del ritmo de producción es una medida que conserva la línea abierta hasta que los seis prototipos del 777X empiecen a ser construidos, en la segunda mitad de 2018.
El principal culpable de este descenso en las ventas de los aviones de doble pasillo del gigante de Everett no es otro que el éxito del A350-900, factor que Boeing busca desesperadamente contrarrestar a partir de 2020, cuando los primeros 777X de producción lleguen a sus clientes (777-8 para Etihad, 777-9 para Lufthansa).
Observando el backlog general de Boeing, vemos que el 737 NG y MAX y el 787 mantienen a la compañía adelante, pero los pedidos de los fuselajes tradicionales de larga distancia se han visto dramáticamente reducidos. De hecho, tras la cancelación de Nippon Cargo de su pedido de 747-8F, el listado de órdenes pendientes del tetrarreactor es de 23. Me gustaría decir que el futuro es incierto, pero sentimientos aparte, el consenso es que la Reina de los Cielos va a ceder el trono muy pronto.
El 767, por ejemplo, ha entregado todos sus pedidos de la versión -300ER, aunque mantiene 108 pedidos de las variantes de carga (300F y 2C).
Uno de los pilares de la compañía es el exitosísimo 787 Dreamliner, que cuenta con 1211 órdenes totales y 679 sin entregar a la fecha. Este avión, y los 4506 pedidos pendientes de la línea 737 (de ellos, 3700 MAX).
Claramente el mercado de los long-haul se ha dividido entre el Dreamliner por el lado de Boeing y la variada oferta de Airbus, que inclusive muestra un backlog importante del A380 (al que muchos dieron por muerto), con 107 pedidos pendientes de entrega. Analizaremos en profundidad los números del conglomerado europeo en otro post, pero lo que parece claro es que Boeing durmió durante años sobre la gloria de sus aviones de doble pasillo, y el mercado parece haberse dado cuenta. Esperemos que el 777-8 y -9 mantengan en alto el buen nombre de uno de los aviones más hermosos que hubo. Y vayamos preparando el duelo (o apurandonos a comprar pasajes) para los últimos vuelos de los 747.