Brian Edwards es supervisor de operaciones en el aeropuerto de Cherry Capital, al norte de Michigan desde 2008. Una de sus funciones, es la de control de fauna salvaje. Como parte de la seguridad de las operaciones, es importante controlar que aves y otros animales no obstruyan el normal funcionamiento de una terminal aérea.
Nunca antes había tenido un perro, hasta que un día se cruzó con Piper, un Border Collie. Primero Piper lo acompañaba a entrenarse para las carreras de resistencia que Edwards corría. Y un día, se preguntó si podría encontrar una forma de estar con Piper todo el día: tenía que llevarlo al trabajo.
Pero no podía ser simplemente una mascota: Piper tendría que ser capaz de hacer alguna tarea en el aeropuerto. Edwards leyó que el aeropuerto de Fort Meyers, en Florida, tenía Border Collies en su plantel de control de fauna. Sin ninguna formación académica en entrenamiento canino, Piper y Brian empezaron a trabajar a partir de videos de Youtube, familiarizándose con tareas de obediencia.
Un año y medio después, en agosto de 2014, Brian le acercó la idea de incorporar a Piper al plantel del aeropuerto. Acordaron un mes de prueba. Y se quedó, cumpliendo con sus tareas.
Y cumplió con sus tareas como el mejor, protegiendo el tráfico de aeronaves civiles y el movimiento de aeronaves militares, porque en el mismo recinto funciona la U.S. Coast Guard Air Station de Traverse City.
A Piper nunca le gustaron los helicópteros: el ruido batiente de los rotores lo ponían más nervioso que el sonido constante de los reactores. Sin embargo, con entrenamiento y refuerzo positivo, pronto se dio cuenta que no tenía nada que temer.
En su día a día de trabajo constante, se hizo de muchos amigos. El título de «Director de Moral» del aeropuerto es más que justo:
Y en los Airshows, tuvo la chance de ver muchísimos aviones:
Se ganó el corazón de todos, amigo y compañero de la operación diaria. Uno más del aeropuerto.
A principios de 2017, le detectaron un cáncer de próstata. Y luchó, como un guerrero inagotable, hasta el último rato. Sin dejar de trabajar y cuidar a los suyos. El 3 de enero de este año, Piper se fue a seguir cerca de los aviones, y los sigue mirando desde una nube.
El personal de la Guardia Costera arrió la bandera de la Estación Aérea ese día y cubrió su cuerpo con ella, para dársela después a Brian Edwards, en señal de absoluto respeto y cariño. No es habitual que personal civil reciba este honor militar. Piper lo merecía.
Hasta siempre Piper, siempre atento, siempre vigilante.
Pueden ver más fotos de Piper en: https://www.facebook.com/airportk9/ . Todos los créditos de las fotos corresponden a esta página, y a Verticalmag.
estas cosas que escribis en pasta o pollo a veces, y solo a veces, me generan nudos en la garganta. abrazo!
Increíble historia y tremendas fotos.
Good flight Piper!
Este es el mejor post de tu blog por escándalo.
Qué puede ser mejor que ver aviones ? Ver aviones y perros !
Quién quiere saber datos duros de aeronaves cuando se puede ver a un can tirando facha con antiparras polarizadas en un aeropuerto ?? Jaja aguante Piper.
PD: Ya se sabe entonces qué papel va a cubrir Nelson en El Palomar …??
Rascarse a 4 patas, como es debido!
Según los propios responsables de Flybondi la función de Nelson es Jefe de Soporte Emocional 🙂
Ministro de la Buena Onda, como Bart
Muy buena nota, como amante de los Canes, te digo, Gracias.
PD. Quiero unas gafas así para mi perro, que pases en moto conmigo
Yo creo que el 30% del entrenamiento es que se haya dejado poner esas gafas.
Igual le quedaban pintadas!