David Neeleman es uno de los grandes próceres que ha dado la industria aerocomercial en las últimas décadas. Nació en San Pablo, Brasil, en 1959, pero sus padres, de origen estadounidense, regresaron al país del norte cuando él tenía cinco años, aunque volvió a los 19 años como misionero para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
En 1984 cofundó en Estados Unidos Morris Air, una exitosa compañía de bajo costo que en 1992 fue adquirida y luego absorbida por Southwest Airlines. Luego Neeleman ejerció como CEO de una empresa que desarrolló un sistema de reservas y check in online que fue vendida a HP, mientras que paralelamente participó también de la creación de la low cost canadiense WestJet.
Su gran salto empezaría en febrero 1999 al fundar NewAir, primer nombre que recibió JetBlue, aerolínea cuyo vuelo inaugural fue el 11 de febrero del año 2000 y llegó a convertirse en la nueva aerolínea estadounidense más exitosa de las últimas tres décadas.
En febrero de 2007 Neelman fue reemplazado de su puesto como CEO de JetBlue, mientras el empresario ya empezaba a planear su desembarco en Brasil con una compañía que tal vez les algo les suene: Azul Linhas Aéreas, la hoy tercera aerolínea más grande de Brasil (y la que a más destinos sirve).
Es decir, el hombre sabe crear líneas aéreas exitosas, sabe rodearse de gente que lo ayuda en esa nada fácil tarea, y por eso es una noticia muy importante (y hasta esperada) que esté planeando volver a encarar un nuevo proyecto nada mas y nada menos que en los Estados Unidos.
Según publicó hoy Bloomberg, citando a su vez a Airline Weekly, el empresario se encuentra en proceso de captar los USD 100 millones necesarios para establecer Moxy Airways (nombre temporal del proyecto), una compañía que, bajo el modelo low-cost, se diferenciaría de la competencia al utilizar aeropuertos más pequeños cercanos a grandes mercados como Providence, Rhode Island, Fort Worth o Burbank, para así reducir los trastornos que enfrentan hoy los viajeros.
Para esto ya se habría asegurado un pedido por sesenta aeronaves Bombardier CS300, el cual se cerraría el 1 de julio, con la intención de empezar a operar en 2020,. Dieciocho de estas aeronaves, que se entregarían entre 2020 y 2022, podrían llegar a través de lessors chinos, a los cuales se les pidió propuestas.
Aunque low-cost en esencia, Moxy Airways (de nuevo, nombre que no será el definitivo) no seguiría el modelo extremo de otras compañías como Spirit, sino que también buscaría diferenciarse con mejores servicios como ya lo han sabido hacer otros de sus muy presentes éxitos del pasado, JetBlue y Azul.
«Aunque la economía estadounidense se expandió un 34% en la década finalizada en 2017, el número de asientos domésticos se mantuvo estancado. Además, muchos mercados pequeños perdieron un significativo número de servicios aéreos durante ese período», cita Bloomberg tomando como referencia una presentación a la que Airline Weekly tuvo acceso, señalando además que las grandes aerolíneas de ese país canalizan la mayoría de su tráfico a través de sus hubs más grandes, incrementando el tiempo total de los viajes.