Aerolíneas Argentinas informó este mediodía que ha designado al Ing. Luis Malvido como nuevo presidente de la compañía, quien reemplazará así al Ing. Mario Dell’Acqua, cuya salida de ese puesto se venía anticipando desde hace algunas semanas (aunque seguirá formando parte del directorio).
De acuerdo al comunicado, Malvido es «un ejecutivo senior de nivel global con más de 25 años de experiencia en alta gerencia, 16 de ellos como CEO en 4 países diferentes: Argentina, Venezuela, Brasil y República Checa», habiendo liderado las «diversas aristas del negocio: lanzamiento de nuevas empresas, compañías de rápido crecimiento, fusiones y adquisiciones, gestión de crisis y programas de transformación y digitalización».
El directivo es graduado en Ingeniería Industrial por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), habiendo completado su formación académica con estudios de posgrado en el IESE de Madrid, en IDEA y en el mismo ITBA.
Malvido fue Director Ejecutivo de Telefónica para la región hispana de Sudamérica desde 2015 hasta diciembre pasado, y anteriormente se desempeñó como Presidente y CEO de Telefónica O2, la compañía de telecomunicaciones más grande de República Checa, cargo ocupado luego de ser Director General de la operación de telefonía fija de Telefónica en Brasil y también en Telefónica Venezuela desde 2005. Antes de salir al exterior, Malvido fue Vicepresidente y CEO de Telefónica Móviles de Argentina desde 1998.
«La compañía agradece el compromiso y dedicación de Mario Dell´Acqua, quien durante su gestión como Presidente de la compañía trabajó en la reducción del déficit, la optimización de la operación y las rutas, con fuerte foco en la calidad del servicio, la puntualidad y la incorporación de nuevos pasajeros», destacaron en el comunicado.
Dell’Acqua había sido designado como presidente de Aerolíneas Argentinas en diciembre de 2016, reemplazando a Isela Costantini.
Malvido asumirá el puesto luego de la asamblea de accionistas que tendrá lugar durante agosto. Entre sus principales desafíos se encontrarán poder, sino cumplir, al menos acercarse lo más posible al objetivo del «déficit cero» para el año 2019 en un contexto devaluatorio y con el precio del petróleo en franco aumento, mezclado con una recesión que también llegará al transporte aéreo (industria que en nuestro país parecía imbatible hasta hace apenas tres meses), todo mientras define qué ocurrirá con la flota Embraer de Austral y la de largo alcance de Aerolíneas, y con nuevos competidores acechando en cabotaje (aún cuando con más del 70% del share, no es algo para preocuparse en el corto plazo).
Por lo que vemos tiene un enorme CV con mucha experiencia en el sector aerocomercial.