Estoy sentado en el Media Centre de Boeing, mirando aviones, mientras me pongo a escribir estas líneas. Muchas cosas pasaron esta semana y es increíble la cantidad de contenido que tengo para compartir. Tanto que no me da la cabeza para ver por dónde arrancar.
Aterriza el A-400M mientras el primer A380 de HiFly muestra su livery nuevo y su interior ex- Singapore. Al lado, el A220-300. Más allá el 350-1000 de Qatar. Del otro lado de la pista, el 350-1000 con el Carbon Livery. El MAX 7. El 787. Estar en las cabinas, sacarles fotos, mirarlos enteros. Admirar estas bestias de la ingeniería desde el concepto general hasta el último tornillo.
Además, me sirvió para entender cómo funcionan estos Airshows, y sobre todo, para entender qué es el periodismo. Más allá del de aviación, el periodismo en general. Cuando estás en casa y leés la gacetilla de los pedidos, y las opciones, y los extractos de los discursos, podés llegar a pensar que es lo mismo que estar acá. Pero no.
Estar en el medio del momento, de saber si eso que analizaste y pensaste que iba a ser de una forma, termina siendo así. Ver las caras, escuchar las preguntas, medir las respuestas le gana a cualquier prnewswire o a la gacetilla. Los números son los mismos. Estar en el medio del nacimiento de ese momento es lo que te hace sentir periodista. Si no lo entendés, te estás perdiendo algo hermoso, enorme y fundamental en esto.
Me sirvió para entender cómo funcionan las organizaciones de noticias, y para entender la diferencia entre este esfuerzo individual y trabajar en equipo. Viniendo solo, estar en un lugar te impide estar en otro, u otros. Preocuparte por las fotos te impide tomar apuntes y hacer repreguntas coherentes. Es ahí cuando te sacás el sombrero por los dos extremos: el que viene solo y es capaz de perderse muy poco y los que vienen en un equipo de 30, corren todo el día, sacan 1500 fotos en 15 lugares distintos al mismo tiempo y que al otro día pueden tener todo coordinado como para entregar toda esa información al lector.
Desde esta experiencia les cuento que es extremadamente agotador hacer una cobertura decente de un Airshow de estas características. Hay que levantarse antes de las 6am, tomar el tren, llegar al Airshow, caminar todo el día, gran parte de la jornada con el equipo a cuestas, acomodarse, 10 minutos, presenciar un evento, revisar la agenda y empezar a coordinar el siguiente. Si conviene quedarse o caminar, si el que viene ahora es importante o no, empezás a especular con qué noticia van a decir ahora.
Te empezás a fijar en las señales. Estuve presente en la presentación formal de la alianza Embraer-Boeing porque vi pasar a una mujer con un modelo a escala de un 737 MAX y un KC-390. No debía irme de esa sala. Y después de los eventos principales, evaluar constantemente y caminar. Para acá, para allá, del chalet de Boeing al Media Centre, del Media Centre al chalet de Bombardier. De ahí al de Airbus. Hasta que te duelan los pies, mientras la mochila pesa 100 kilos.
Pero tiene recompensa. Surgen oportunidades. Aparecen propuestas. Aparecen validaciones que no esperabas. Se me acercó hace un rato alguien con un name tag de Boeing y en perfecto español me dice «Disculpa, eres Diazpez?» y cuando le digo que sí, me dice «Te leo. Lo que haces me ha volao la cabeza.»
Mientras escribo estas líneas, algunos de los pájaros ya vuelven a su nido. Han pasado una semana fabulosa, mostrándonos qué pueden hacer. Exhibiendo sus plumajes y colores. Lo que queda es terminar de ver todo, levantar campamento y empezar a dejar atrás este Farnborough International Airshow 2018. Quedan los días abiertos al público. Lo que dejaron estos días de Trade es una visión directa de la cocina de la industria más apasionante del mundo.
Habiendo entendido donde estoy, y qué vine a hacer, puedo decir que el objetivo está cumplido. Queda muchísimo contenido por compartir. Pero como siempre, gracias por estar y leer.
Abrazo,
Diazpez.-
Buenísimo que consideres el objetivo cumplido. Realmente es la primera vez que entiendo la enorme dificultad de estar ahí atento a todo.
Espero poder ir algún día, como público general jeje.
Abrazos,
Desde casa, Farnborough o Le Bourget son re fáciles. Desde adentro… no te dan las patas.
Abrazo, y ojalá puedas vivir esto, que es tremendo!
Sin duda, hay vida más allá de las gacetillas. A veces lo olvidamos. Qué elogio que te lea Mr. Boeing!!!! Felicitaciones!
Me recontra sorprendió! Pero al mismo tiempo me indicó que el camino es el correcto. Veremos adonde lleva! Gracias por leer!
Felicitaciones Pablo! Es hermoso hacer lo q uno ama! No tiene precio. Todo eso se nota en cada una de tus publicaciones!
Abrazo grande!
Otro abrazo, Andrés!