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Bomber Mafia, el nacimiento de la guerra aérea (Capítulo II)

Recapitulemos

Durante la guerra ítalo/otomana que se libró entre 1911 y 1912, la aviación como maquinaria de guerra, comenzó a hacer su tímida aparición en escena. Esta guerra es el primer registro que se tiene del uso de la táctica de bombardeo aéreo. Fue realizado por aeronaves y zepelines italianos contra posiciones turcas, lanzando las bombas a mano. Aunque su valor táctico fue mínimo, se registró un fuerte impacto sobre la moral de la tropa turca.

Durante la Gran Guerra, la aviación fue ganando espacio entre los estrategas. Se intensificaron las acciones de bombardeo de terror sobre ciudades con zepelines y con nuevos bombarderos, más grandes y potentes. También se dieron los famosos y caballerescos duelos en el aire entre los ases de cazas de uno y otro bando. Sin embargo, estas acciones no lograban mucho efecto, más allá del campo de batalla moral. La aviación fue mejor apreciada por los comandantes, durante la “Guerra de trincheras” en su rol de bombardeo táctico y sobre todo, de foto-reconocimiento.

Bombardero alemán Gotha G IV, como los que atacaron Londres a partir de Junio de 1917

Por tanto, se consideraba a la aviación como una herramienta más, accesoria, al servicio de los grandes ejércitos (las Marinas también comenzaban a utilizar aviones para “ver” más allá del horizonte) en su empleo táctico. Pero como comentaba en el Capítulo I, para algunas de las mentes más heterodoxas de entre los militares y políticos de la época, la aviación era todo un mundo nuevo de posibilidades. Un arma tan revolucionaria que dejaba obsoletas todas las otras formas tradicionales de guerra. Y dentro de un contexto de “guerra total”, la aviación tendría un rol principalmente estratégico. Para algunos de estos pensadores, los bombardeos masivos de largo alcance deberían destruir, sobrevolando la resistencia enemiga con impunidad, la industria, las bases militares, la logística y las comunicaciones. Para otros, la función del bombardeo estratégico era la de un arma de destrucción masiva, reduciendo a ruinas humeantes las ciudades enemigas. Masacrar a la población para derrotarla moralmente y que terminaran capitulando.

Y esta es la disyuntiva existente entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Con una ortodoxia militar que ve en la aviación solo un capítulo más en tácticas y estrategias de la guerra, frente a algunas mentes más visionarias, que supieron que la aviación militar estaba destinada a escribir su propia zaga.

Billy Mitchell

William Lendrum Mitchell fue un General del Ejército norteamericano, y es considerado el padre de la Fuerza Aérea de los EEUU. Durante la Primera Guerra Mundial, sirvió en Francia. Fue el primer oficial de su país en sobrevolar líneas alemanas (en un avión francés, pilotado por un francés). Fue ganando experiencia y conocimientos sobre operaciones aéreas y para mediados de 1918, lideró cerca de 1500 aviones italianos, franceses e ingleses en la gran batalla de Saint-Mihiel, que fue una de las primeras ofensivas de la historia, donde trabajaron coordinadamente elementos terrestres y aéreos.

Esta experiencia le permitió tener un entendimiento más profundo de las implicancias del factor aéreo en la guerra. Volvió de Europa con la convicción de que el poder aéreo sería el factor determinante en la próxima gran guerra, la cual no tardaría mucho en llegar.

Bajo este principio, Mitchell se convirtió en ferviente defensor de una fuerza aérea independiente de los otros servicios. Esto le ganó varias rivalidades. Tuvo fuertes encontronazos con la Armada, porque según Mitchell, desperdiciaban el erario público construyendo acorazados, cuando con ese dinero deberían estar construyendo portaaviones y flotas aéreas embarcadas. Incluso logró organizar un gran experimento junto a la Armada, donde los aviones de Mitchell atacaron y hundieron varios destructores y cruceros alemanes entregados tras la firma del armisticio. Pero fue el hundimiento del acorazado Ostfriesland lo que sacudió las convicciones de los Almirantes, y del público en general.
Los resultados de los test, una vez filtrados a la prensa, lograron un efecto no buscado por Mitchell. La opinión pública castigó al Presidente y al Departamento de Defensa por la debilidad de la Armada, y éstos a su vez, castigaron a Mitchell.

Para ir resumiendo, a Mitchell lo bajaron de rango y terminó trabajando para una persona que pese a respetarlo, seguía las directivas de sus superiores en Washington. Mientras seguía un encargo de su superior en Europa, Mitchell aprovechó la oportunidad y se entrevistó con el teórico de la aviación General Giulio Douhet, el cual amplío su visión sobre la supremacía del bombardero estratégico. Se llevó una copia de su libro “Il dominio dell’aria”, el cual tradujo e hizo circular por EEUU.

Bombardero medio B-25 Mitchell… si, por él

Finalmente Mitchell fue juzgado culpable en una corte marcial por el accidente de un dirigible, con 14 víctimas fatales, y eso terminó con su carrera en el Ejército. Sin embargo, él siguió predicando por la creación de una Fuerza Aérea independiente y sobre la importancia de los bombarderos. Y esas idas eran compartidas por sus protegidos, quienes sirvieron bajo Mitchell durante la guerra y creían en su visión. Y este pensamiento hizo nido en la Air Corps Tactical School (ACTS) que dirigían, el hogar de la “Bomber Mafia”.

Arthur “Bomber” Harris

Como su apodo lo indica, el comandante supremo de la RAF, Sir Arthur Travers Harris fue un verdadero creyente de la capacidad del bombardeo masivo de convertirse en el arma estratégica definitiva. Esta convicción fue engendrada en base a su experiencia tras la Primera Guerra Mundial, y desplegada en todo su peso durante la SGM.

Al final de la Gran Guerra, Inglaterra había quedado con una Fuerza Aérea absolutamente sobredimensionada para los tiempos de paz. Había que darle una utilidad. El, entonces Ministro de la Guerra, Winston Churchill, trajo la solución.

El derrotado Imperio Otomano había tenido que ceder enormes cantidades de territorio a los vencedores de la guerra, principalmente los beneficiarios fueron Francia e Inglaterra. Por tanto ahora el Imperio Británico tomaba posesión de enormes extensiones de territorio en el norte de África y el Medio Oriente. De modo que a todo el potencial aéreo británico creado para aplastar a Alemania, Churchill lo re-orientó hacia el trabajo de policía aérea.
El Imperio Otomano, durante la PGM, tuvo que hacer frente a un sinfín de levantamientos armados y guerrillas de irregulares, auspiciadas y dirigidas por sus enemigos, Inglaterra y Francia, entre sus otrora súbditos árabes. Más allá del financiamiento, avituallamiento y entrenamiento que los aliados aportaron a las revueltas y milicias locales, la insurrección general se basaba en la idea de que estaban peleando por su propia independencia, que la creación de nuevos Estados árabes/kurdos/egipcios, etc. sería reconocida por la Europa triunfante. Finalmente, lo que los pueblos y culturas de la zona terminaron descubriendo con amargura, es que habían cambiado un opresor imperial por otro. Inglaterra y Francia se repartieron el otrora territorio del Imperio Otomano y ante la nueva ocupación, pronto estallaron las revueltas por todos lados.

Y uno de los hombres enviados para controlar los levantamientos tribales, es el líder de escuadrón Arthur Harris. Harris se da cuenta que en las grandes extensiones de Irak, Siria o Afganistan, los aviones pueden realizar en solo unas horas, el trabajo que le tomaría semanas a las tropas terrestres. Harris reporta que con cinco de sus aviones puede, en un lapso de 45 minutos, prácticamente borrar del mapa a un pueblo, matando o hiriendo a un tercio de su población.

Harris no creía en la táctica de la zanahoria y el garrote, solo en la del garrote. De aquellas épocas se le atribuye el dicho “lo único que estos árabes entienden, es la mano dura”.
Harris se especializó en el bombardeo. Organizando los escuadrones, mejorando sus máquinas, doctrina y entrenamiento. Durante su asignación en Irak en 1923, ayudo a desarrollar las pericias necesarias para el bombardeo de área y las operaciones nocturnas. A base de bombardeos de terror para mantener controlada a la población, los pilotos de Harris se transforman en los mejores y más experimentados de la RAF. Para aquél entonces, dentro de las filas de la Royal Air Force, a Arthur Harris se lo comenzó a conocer con otro apodo, el de “Butcher” Harris (Harris el carnicero).

Harris siguió con su carrera, ascendiendo en el escalafón, con idas y vueltas a Inglaterra, pero principalmente desplegado en Medio Oriente. A partir de 1937, “Bomber” Harris ya es comodoro del aire, y junto a un grupo de oficiales tecnócratas, comienzan a presionar a sus superiores para crear una fuerza de grandes bombarderos estratégicos que puedan atacar el corazón de Alemania, desde bases en Inglaterra. Como resultado de ello, serán establecidas las especificaciones que dieron origen a los primeros bombarderos estratégicos ingleses de la SGM, los Avro Manchester, Handley Page Halifax y Short Stirling.

Bombardero Halifax

 

Continuará …

Gastón Dubois
Gastón Dubois
Editor en jefe en Aviacionline Defensa. Editor-in-Chief Aviacionline Defense. Feliz de poder darle letra a esta pasión y compartirla con Uds. Contacto: gaston.dubois@aviacionline.com

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