La Autoridad Aeronáutica Europea aprueba el regreso al servicio del Boeing 737 MAX

Boeing 737 MAX

La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) otorgó su sello de aprobación para el regreso al servicio de una versión modificada del Boeing 737 MAX, exigiendo un paquete de actualizaciones de software, reelaboración del trabajo eléctrico, verificaciones de mantenimiento, actualizaciones del manual de operaciones y capacitación de la tripulación que permitirá que el avión vuele con seguridad en los cielos europeos después de casi dos años en tierra.

“Hemos alcanzado un hito importante en un largo camino”, dijo el director ejecutivo de EASA, Patrick Ky. “Tras un análisis exhaustivo de EASA, hemos determinado que el 737 MAX puede volver a funcionar de forma segura. Esta evaluación se llevó a cabo con total independencia de Boeing o de la Administración Federal de Aviación y sin ninguna presión económica o política; hicimos preguntas difíciles hasta que obtuvimos respuestas y presionamos para encontrar soluciones que cumplieran con nuestros exigentes requisitos de seguridad. Realizamos nuestras propias pruebas de vuelo y sesiones de simulador y no confiamos en que otros hicieran esto por nosotros.

“Permítanme aclarar que este viaje no termina aquí”, agregó. “Tenemos plena confianza en que la aeronave es segura, que es la condición previa para dar nuestra aprobación. Pero continuaremos monitoreando de cerca las operaciones del 737 MAX a medida que la aeronave reanude el servicio. Paralelamente, y ante nuestra insistencia, Boeing también se ha comprometido a trabajar para mejorar aún más la aeronave a medio plazo, con el fin de alcanzar un nivel de seguridad aún mayor ”.

El Boeing 737 MAX quedó en tierra en todo el mundo en marzo de 2019 luego del segundo de dos accidentes en solo seis meses, que en conjunto cobraron 346 vidas. La causa raíz de estos trágicos accidentes se remonta al software conocido como MCAS (Sistema de aumento de características de maniobra), destinado a facilitar el manejo del avión. Sin embargo, el MCAS, guiado por un solo sensor de ángulo de ataque (AoA), se activaba repetidamente si ese sensor funcionaba mal, empujando la nariz de la aeronave hacia abajo varias veces. En ambos accidentes, los pilotos finalmente perdieron el control de su avión, lo que resultó en un accidente con pérdida total de la aeronave.

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