La Armada de los Estados Unidos (USN) se prepara para recibir F-16 Fighting Falcon, prestados por la Fuerza Aérea (USAF) para cubrir el hueco que deja la retirada de servicio de los F/A-18 Hornet más antiguos del servicio activo.
Según el sitio especializado Military.com, la Marina dará de baja aproximadamente 55 aviones de su flota de reserva durante el próximo año, con la esperanza de hacer la transición al F/A-18E/F Super Hornet.
Pero para asegurarse de que tenga suficientes cazas disponibles en medio de la conversión, espera que la Fuerza Aérea le transfiera algunos F-16. Es probable que estos aviones vengan de la Guardia Aérea Nacional (ANG).
Los F-16 son “los malos”
La US Navy ya posee experiencia en el uso del F-16 Fighting Falcon, que los empleaba como “agresores”, para el entrenamiento de sus pilotos (en la USAF la mayoría de este trabajo lo realizan contratistas privados).
Se trató de 26 versiones especiales del Falcon, los F-16N (Navy), 22 aviones monoplazas y cuatro biplazas, utilizados entre 1988 y 1998.
Tras el retiro de los modelos N, el servicio adquirió 14 F-16 originalmente programados para la fuerza aérea de Pakistán, a principios de la década de 2000, que actualmente se utilizan en la afamada escuela «Topgun» en la Estación Aérea Naval de Fallon, Nevada.
Los Hornet que están retirando también actuaban como agresores, así que debería ser una experiencia sencilla de asimilar.
Un trato que beneficia a las dos Fuerzas
Tanto la USN como la USAF están haciendo recortes en sus flotas de aviones de mayor edad, para hacer hueco en el presupuesto y reinvertir esos dineros en el desarrollo de nuevas tecnologías.
Bajar los gastos corrientes de los costos operativos permite dirigir esas partidas presupuestarias hacia la inversión en nuevos sistemas de armas que se consideran críticos para enfrentar las amenazas emergentes (China), como por ejemplo, el Next Generation Air Dominance (Próxima Generación de Dominio Aéreo), o también conocido como F/A-XX.
Y por lo mismo, a la USAF le sirve porque no va a tener que estar pagando el costo de operar y mantener esos 55 F-16, ya que se hará cargo la Marina, y redirigirá ese ahorro a alguno de sus programas para el futuro, como el B-21 Raider.
El desafío presentado por China a la supremacía de EE.UU está siendo tenido seriamente en cuenta por el Gobierno de EEUU y el Pentágono, y parte de su respuesta es ganar en calidad mediante el adelante tecnológico, aunque eso signifique reducir una porción del tamaño de sus Fuerzas Armadas.