El almacenamiento prolongado de los Airbus A380 de Qantas en el desierto de Mojave en los Estados Unidos trajo una particular complicación para los técnicos de la aerolínea que deben visitarlos y revisarlos periódicamente, las alimañas características del lugar: serpientes de cascabel y escorpiones.
Es que Qantas no desprogramó por completo a sus A380, sino que los almacenó esperando que cuando el gobierno australiano reabra las fronteras y la demanda de viajes internacionales vuelva a los niveles anteriores al COVID, se conviertan de nuevo en una herramienta adecuada para rutas de largo alcance y alta densidad.
Claro que para que eso suceda pueden pasar al menos dos años más. Y aún así puede que no todos vuelvan al servicio comercial.
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El clima cálido y seco del desierto de California lo convierten en el entorno ideal para almacenar aviones, y así también para la existencia de serpientes de cascabel y escorpiones altamente venenosos que tienen la mala costumbre de esconderse alrededor de los pozos de las ruedas del tren de aterrizaje.
Los A380 de Qantas en el Southern California Logistics Airport (VCV/KVCV) vistos desde el espacio
“El área es bien conocida por sus combativas cascabeles a las que les encanta acurrucarse alrededor de los neumáticos de goma calientes y en las ruedas y frenos de los aviones. Cada avión tiene su propio mazo de ruedas asignado (un mango de escoba readaptado) como parte del kit de ingeniería, que tiene escribo el número de matrícula», comenta Tim Heywood, Gerente de Mantenimiento de Qantas en Los Ángeles.
«Lo primero que hacemos antes de empezar la inspección en tierra del tren de aterrizaje es caminar alrededor de la aeronave pisando fuerte y golpeando las ruedas con el mazo para despertar y ahuyentar a las serpientes, asegurándonos de que ni ellas ni nuestros técnicos sufran daños», agregó.
Una vez realizado eso recién se acercan con cuidado a cada rueda, las desenvuelven y comprueban la presión y su estado general.
«Hemos encontrado algunas serpientes de cascabel y también escorpiones, pero el mazo hace su trabajo y se escabullen», prosigue Heywood, comentando con ironía que esta es otra tarea que hace único a este momento de la historia. «Estos A380 rara vez pasaban más de un día en tierra cuando estaban en servicio», comenta el técnico.
Las tareas de preservación, detallaron desde Qantas, abarcan desde cubrir los asientos interiores con láminas de plástico hasta aplicar una película protectora en la parte superior del timón y en todas las ventanas de la cabina. Las ruedas, los neumáticos y las patas del tren de aterrizaje están envueltos y todas las entradas y orificios del fuselaje están tapados para evitar que los insectos, pájaros e incluso murciélagos aniden.
Las inspecciones incluyen tareas como drenar los tanques de combustible del agua generada por la condensación, girar las ruedas para evitar puntos planos, verificar la presión de los neumáticos e inspeccionar el fuselaje y las alas en busca de nidos de animales.
“Aeronaves como estas son muy complejas y no se puede simplemente aterrizar en la instalación de almacenamiento, estacionarlas y alejarse. Es realmente importante que incluso cuando se encuentren en almacenamiento prolongado, la aeronave se mantenga según el estándar de Qantas «, concluyó Heywood.
Que increíble y peligroso trabajo de esta gente para mantener los aviones en forma,