La administración Biden habría vendido viejos MiG-29 ex moldavos a Kiev para que sirvan como fuente de piezas de repuesto para mantener los aviones que le quedan.
Según trascendidos de diferentes medios informativos, los MiG-29 que recibirá Ucrania no están en condiciones de vuelo, y forman parte de una compra hecha por los Estados Unidos en 1997 a Moldavia, por una veintena de unidades.
Tiempo atrás, algunos de estos viejos MiG-29 fueron puestos en condiciones de vuelo para utilizarlos como agresores en combates aire-aire simulados a fin de entrenar a los pilotos de caza norteamericanos.
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El portavoz del Departamento de Defensa de EEUU, John Kirby, sin querer entrar en detalles sobre el tipo de avión suministrado a Ucrania ni su estado operativo, comentó lo siguiente: «Hoy tienen más aviones de combate a su disposición que hace dos semanas«. «Sin entrar en detalles sobre lo que otros países suministran, yo diría que han recibido aparatos adicionales y repuestos para aumentar su flota«, agregó luego.
La ayuda se incrementa, pero Kiev pide cazas que no llegan
Si bien los países occidentales vienen aumentando paulatinamente su ayuda militar a Ucrania, incorporando cada vez más material pesado, como obuses autopropulsados, vehículos blindados resistentes a minas y hasta helicópteros Mi-17 entre sus entregas, el reclamo por aviones de combate modernos sigue sin satisfacerse.
Kiev desde hace semanas está pidiendo a sus aliados occidentales que le suministren cazas modernos. Primero se barajó la posibilidad de transferir los MiG-29 de Polonia, Bulgaria o Eslovaquia, pero el riesgo de escalada del conflicto que esta acción aparejaba, fue considerada como inaceptable por Washington, que no dio el visto bueno a la operación.
Luego Ucrania pidió por cazas occidentales como F-16, F-18 o incluso el F-15, argumentando que sus pilotos podían adaptarse a la nueva montura en cuestión de semanas, pero esta opción recibió aún menos consideración que la anterior.
Finalmente los pilotos de la Fuerza Aérea Ucraniana decidieron tomar el asunto en sus manos, adoptando una táctica original.
Utilizando el poder de la masividad de internet y de las redes sociales, interpelan directamente a los millonarios del mundo (que simpaticen con su causa) para que de forma privada adquieran y les transfieran los cazas que necesitan para seguir en la pelea, bajo la iniciativa #Buymeafighterjet.
Hasta ahora, este envío de MiG-29 desde los Estados Unidos es lo más cerca que estuvo Ucrania de conseguir los ansiados aviones de combate.
No es lo que la Fuerza Aérea Ucraniana pide y necesita, pero es evidencia de que la asistencia militar va incrementándose, y el nivel de compromiso de los países occidentales en esta guerra va en aumento. Si los defensores ucranianos pueden comprar el tiempo suficiente (pagado a un alto coste de vidas), los necesarios cazas podrían terminar por llegar en un mediano plazo. Es una carrera contra el reloj.
Siendo realistas esto es la excepción final a la regla, tras tanto prometer sólo han mandado chatarra.
Y no se espera nada más, dadas las realidades de Sofia, Varsovia y Bratislava, y las presiones de Tel Aviv porque sus sistemas en los MiG-29 de estos no acabaran en manos rusas y de los rusos para que no se suministrara este equipo desde la OTAN.
«Ayuda», como los obsoletos y en pobre estado 5 tanques T-72 y un número indeterminado de BMP-1 dados por los checos y destruidos en su puesta a punto necesaria en los talleres ferroviarios de Lviv, que obliga a destinar los talleres y el poco personal disponible por parte de Kiev para evitar convertirlos en ataúdes rodantes o objetos inertes y estáticos para los milicianos ucranianos. Lo que alerta a los atacantes rusos para su bombardeo antes de entrar en servicio activo.
Esta es la solución que ha encontrado la OTAN para no parecer impotente y a la vez asumir su realidad estratégica frente a Rusia en un conflicto tan incómodo y desastroso para sus países miembros. Aunque si bien evitable en el pasado con menos esfuerzo político, siguiendo la senda abierta por los propios líderes europeos en la capital bielorrusa entre 2014 y 2015.
Y lo peor es que dentro del actual plan estadounidense de «préstamo y arriendo» con Kiev ya aprobado puedan tener la intención en postguerra de pedir el pago por esta ayuda al gobierno que reste en Ucrania, como se hizo tras 1945 a Moscú y Londres.
No creo que valga lo que están presupuestando esta ayuda en antigüedades y chatarra de cara a este momento en el futuro.
Es más, el suministro de esos dos únicos MiG-29 que lograron poner en servicio con los Red Wings los norteamericanos explicarían los dos derribos asegurados por los rusos recientemente en esta etapa tan avanzada de la guerra, cuando ya se creía batida toda la aviación ucraniana en tierra o aire.
De verdad que la guerra ya debería terminar… Sin embargo, Rusia se encargará de darle a Ucrania su merecido por tanto show mediático… La OTAN no puede ni debe participar en este conflicto por razones históricas, porque si ellos lo hacen, ahí sí preparemos los búnkeres por la IIIWW… Y da pena ajena lo que un viejo sádico y demócrata envía como «ayuda y asistencia militar». Estarán los rusos muertos de risa con esas ridiculeces. La verdad, si Biden piensa apoyar, que apoye realmente, pero si no, trate de no intervenir con esas ridiculeces de entregar material militar de vieja data y de operatividad desconocida. ¡Otro gallo cantaría si hubiese estado el real presidente de los Estados Unidos y verdadero USA Chief Commander!