Virgin Australia presentó la primera fase del programa de crecimiento de su flota, que está enfocado en el incremento de la capacidad ofrecida y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Según la compañía, la renovación es parte de su camino hacia las cero emisiones netas.
Actualmente, el Grupo Virgin Australia opera aeronaves Airbus A320, Fokker 100, Boeing 737-700 y 737-800. Espera alcanzar los 88 aviones operativos el próximo año, en un contexto de creciente demanda de viajes aéreos.
Según informó la compañía, está cerca de recuperar el mismo volumen de operaciones que tenía hasta las restricciones implementadas por la pandemia. Prevé igualar ese número en junio y superarlo hacia finales de año.
Virgin Australia incorporará cuatro nuevos Boeing 737 MAX 8, que prevé comenzar a operar en febrero de 2023. La empresa destacó el menor consumo de combustible de la última versión del popular bimotor del fabricante estadounidense, en comparación con los 737 NG que opera actualmente.
«Con el crecimiento viene una mayor huella de carbono, por lo que es vital que tomemos las medidas adecuadas ahora para asegurar que a medida que hacemos más vuelos, también estamos trabajando para reducir nuestras emisiones», aseguró Jayne Hrdlicka, directora general de Virgin Australia.
La operadora mantiene también un pedido firme por 25 Boeing 737 MAX 10, cuyas entregas también están previstas para 2023.
Los diez Fokker 100 de la compañía serán gradualmente retirados y reemplazados por los 737-700, que aportarán una mayor capacidad de oferta de plazas y una reducción del 30% de las emisiones por asiento en cada vuelo en comparación con las aeronaves de fabricación neerlandesa. Las tripulaciones técnicas y de cabina de los F100 recibirán formación para obtener su certificación en los 737-700.
«Tenemos una flota más joven que la de otras aerolíneas que operan en el mercado australiano y estamos en una buena posición para eliminar gradualmente nuestros viejos aviones Fokker 100 y sustituirlos por opciones más eficientes en cuanto al consumo de combustible», destacó Hrdlicka.
El pasado noviembre, Virgin Australia anunció su compromiso para lograr las cero emisiones netas en 2050. Además de la renovación de su flota, está desarrollando una estrategia de sostenibilidad más amplia, que incluye la optimización de todas las fases de la operación, el uso de combustibles alternativos, programas de gestión de residuos e iniciativas de compensación de carbono.
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