[Reporte de Vuelo] LATAM LA841 Santiago – Rapa Nui: producto desgastado

Corre el año 2022 y si bien para mí era posible entrar en vuelos sanitarios, no quise ingresar ya que implicaba estar 2 semanas en cuarentena de las 4 posibles de vacaciones. Por ende, la noticia de que Rapa Nui abría al turismo y eliminaba la exigencia de esas 2 semanas obligatorias caía como anillo al dedo ya que, por exigencias de mi trabajo, tenía que tomar licencia si o si antes del 4 de septiembre.

Tener vacaciones y la oportunidad de ver a mi familia se veía lejana debido al alto costo del pasaje a Rapa Nui (USD 620 ida y vuelta). Además, no se me considera residente ya que no estaba en aquel lejano lugar hace 10 años y por ende no podría acceder a la tarifa reducida que ofrece LATAM Airlines a las personas que viven allá. Sin embargo, Booking.com lanzó una oferta difícil de rechazar al darme por USD 310 los pasajes en clase turista.

Las exigencias a Rapa Nui las empecé a ver toda vez que le di OK al pago. Ni cuando viajé a Iquique por temas de votaciones vi tanta documentación solicitada. De no creer, pero comprensible ya que la Isla se mantuvo como uno de los lugares con menor contagio en Chile. No ingresaba nadie que no fuese necesario o de Rapa Nui y siempre con esas 2 semanas de cuarentena con controles de PCR cada 7 días… casi imposible que hubiese un contagio con tamaño control “al hueso”.

Revisemos la documentación que se exige hoy para viajar:
– Documento de ingreso a Rapa Nui; al no ser residente o Rapa Nui, no puedes quedarte más de 30 días en aquel lugar.
– Reserva de Hotel o Carta de Invitación de Residente; en los mismos términos que el primer punto, con esto se asegura de la estadía máxima.
– Tickets de avión Ida/Vuelta vía LATAM; al ser la única aerolínea que viaja a Mataveri, es la única forma de ingreso turística… salvo vuelo chárter o ejecutivo.
– Test PCR no mayor a 24 horas antes del horario de embarque del vuelo; en Santiago e incluso en el mismo Aeropuerto principal de Chile hay un laboratorio que realiza las pruebas por USD 25 con resultado en 4 horas y de USD 35 con resultados en 30 minutos.

LATAM Airlines reinició sus vuelos a IPC a contar del 4 de agosto con 2 frecuencias entre Santiago y Hanga Roa, los jueves y sábados. Se informó que, a partir de octubre de este año, aumenta la frecuencia a 3 viajes semanales los lunes, miércoles y viernes.

Aproximadamente tres días antes del vuelo, recibí un correo electrónico diciendo que me asegurara de tener la documentación al día y de mi PCR si o sí ya que, de lo contrario, no podía embarcar. Además, se me informaba que debía presentarme con 4 horas de anticipación al vuelo para tales trámites. Si el vuelo salía 09:30 am, debía estar a más tardar a las 05:30 am.

LA841 SCL-IPC

Para casi la mayoría de los que viajamos desde SCL sabemos que tenemos varias alternativas para llegar al terminal y también sabemos lo complejo que se transforma al llegar de noche o madrugada ya que el transporte público deja de funcionar. Tomar un transfer compartido significa que la hora de recogida es hasta 6 horas antes del vuelo, por lo que la opción elegida fue un transporte privado, siendo USD 27 el coste de traslado desde Ñuñoa.

Al llegar al terminal antiguo (de ahora en adelante, Terminal Nacional del Aeropuerto Comodoro Arturo Merino Benítez), se visualizaba en grande en las pantallas de unos Counters la palabra “Rapa Nui”. Y Aquí me detengo brevemente… para quienes sabemos bien, Isla de Pascua no es bien recibido como nombre de la polinesia chilena, sino más bien Rapa Nui.

Por cierto, cierta empresa de fabricación de helados en la Argentina tomó “sin autorización local” para nombre. Como ejemplo, tal empresa llegó hace poco a Chile y no puede comercializar sus productos con ese nombre, pasando a nombrarse “Franuí”. Detallito no menor, de la importancia de nombrar bien al punto de que existe una ley para que se nombre “Isla de Pascua – Rapa Nui”.

Al llegar al counter, el personal de la aerolínea me detalla que, primero, debo pasar por control sanitario que se encontraba en los primeros counters del terminal.
Una vez situado para esos counters, el personal de la Seremi (Secretaría Ministerial), de salud me exige la documentación, con mayor atención en el PCR y fecha y horario de la prueba. Al estar listo, me dan un voucher con el detalle de prueba OK.

Toda vez hecho el trámite de salud, el personal de LATAM me invita a pasar a la fila para el check-in. Por la app y por la página, el check-in para IPC no está validado ya que, lo primero, es el trámite con la Seremi. El equipaje permitido es de 2 valijas de 23kg c/u + una maleta de cabina no mayor a 10kg.

Ya con el ticket, todo ok… ahora a ingresar por el 2do acceso de control de AVSEC (PSA en Chile). Hay personal de la Municipalidad de Rapa Nui que incluso te ayudan en caso de duda para que llegues bien a la puerta de embarque.

¿Y porqué por el segundo control?… porque en ese lugar existe personal de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), para el control “migratorio”, ya que, como mencioné anteriormente, no puedes pasar de los 30 días de estadía. Y es ahí donde una vez más, validan toda la documentación exigida.

Luego de todo ese trámite, recién pude hacer ingreso a la sala de embarque.
Como ya no existen vuelos internacionales en la terminal antigua y, para hacer diferencias con los demás vuelos, actualmente LATAM está haciendo uso de las mangas “internacionales” para el vuelo a Rapa Nui. Tal es el caso que la puerta 12 fue la elegida. El largo camino desde el ingreso AVSEC a tal puerta es casi parecido al de salida de equipaje hacia el exterior del terminal. Largo, sin muchas tiendas como para ver y parar, directo y sin posibilidad de errar.

Con el vuelo casi repleto y vendido (solo sobraron 5 asientos), el embarque comenzó a la hora señalada en el boarding pass. Los nervios de ver a mi familia bloquearon toda posibilidad de hacer spotting en la terminal nacional, aunque cero posibilidades en el puente 12 ya que la vista está bloqueada por unas barras arquitectónicas sin gracia alguna. Hermosamente visible para el arquitecto, horrible para el amante aeronáutico.

El avión elegido es el Boeing 787-9 matrícula CC-BGC. Según el portal airfleets.es, la aeronave es del año 2015, siendo su primer vuelo el 10 de junio del mismo año. 7 años que si se notaron, los cuales detallo más adelante.

El BGC venía llegando de un vuelo desde Madrid y estaba en plena fase de limpieza de cabina cuando arribó al puente 12. Desde Europa a la Polinesia. 12 horas de vuelo y 5 más.
Era mi primera experiencia en 789 de LATAM. Con Dreamliner la primera vez fue en la extinta LAN pero en versión 788 hacia y desde Ezeiza. Y ya el 789 lo había probado con, quizás, una de los mejores operadores de este material… KLM, al mismo destino.

Al ingreso, se notaba la cabina limpia, pero desgastada con el uso y transcurso del tiempo. Se notaba desgaste en las indicaciones de los asientos, una que otra cosa con los asientos y sus cubiertas. Mucho espacio entre mi asiento no había, pero si el suficiente y mayor que en otras opciones de flota de la misma aerolínea o de las operadoras en Chile. Para 5 horas de vuelo, se aguantaban.

Con 10 minutos de atraso (09:40 am), se cerraron puertas y comenzó el pushback para inicio de taxeo. La pista indicada por la ATC era la pista 17R para el despegue.
Como LATAM es la única aerolínea, el 787-9 va full carga payload y fuel. El despegue por la 17R es casi usando el total de la pista, además de la configuración de los motores RR Trent 1000 para maximizar el consumo de combustible. En aprox. 3000 mts iniciamos despegue.

A los 10 minutos de vuelo, dejábamos atrás el continente para iniciar el largo viaje por el Océano Pacífico en directa dirección a Mataveri. Además, ya antes del despegue uno podía visualizar en la pantalla de entretención frente al asiento el Menú ofrecido por la aerolínea. Para mí, la elección fue ver “Uncharted”, película que me perdí de ver en cartelera en el cine.

Un detalle que si hay que recriminar es que la tripulación no deja ni ofrece los auriculares. Salvo si los pides por call o ubicas a un TCP que los vaya repartiendo, difícil es que los encuentres dentro de la bolsa de almohada y frazada que te dejan en el asiento.

El menú de comidas en vuelo es breve y preciso. En conversaciones con gente que ya había volado a destino, me comentaban que el menú era muy parecido a mi último viaje 10 años atrás. El comodín de la Omelette seguía siendo válido, aunque agregaron un sándwich de jamón y queso. Como no me daba ninguna de esas opciones, antes del vuelo solicité vía WhatsApp a la aerolínea un menú bajo en calorías, por lo que, en pleno vuelo, antes del servicio a bordo, una TCP se acercó a indicar que mi menú estaba OK y que me lo darían al llegar.

Cuando eso sucedió, un pan lactal con pollo cocido fue lo seleccionado “baja en calorías”, además de una manzana picada, pero sin pelar. Sobre los líquidos te daban a elegir dos opciones por lo que opté por una Coca Sin Azuzar (Coca Zero) y un té. Poco, para 5 horas de vuelo ya que KLM ofrece más por menos horas de vuelo. Terminado el servicio, quedaban 3h40m para aterrizaje.

A las 12:40 hora de Rapa Nui (2 menos que en Chile continental), aterrizamos por la pista 10 del Aeropuerto Mataveri. La aproximación me llamó la atención ya que se realizó bordeando el Volcán Rano Kao. Siempre me habían comentado que tal aproximación la hacían solo los capitanes con vasta experiencia y casi exigiendo al avión en su performance, ya que normalmente la aproximación se hacía pasando por el medio de Hanga Roa y virando en el sector de pesca “pura”.

Lindo fue ver el volcán, pero por el clima variable, una nube lo tapó justo en el momento que estábamos arriba de él.

Al llegar, un back-track desde cabezal 28 y por la misma pista, nos dirigió a la loza de Mataveri. El desembarque fue lento. Personal de la aerolínea se asegura de tener todo OK pero el personal de aeropuerto más el Sanitario deben estar en sus puestos antes del desembarque, por lo que 10 minutos arribados a la losa, pudimos recién comenzar a bajar por escalera, ya que Mataveri no tiene “puente”. A la antigua.

Ya ingresando a la sala de despacho de equipaje, estuve 40 minutos esperando al existir una sola sala y un solo despacho. La mayoría de los pasajeros tenía sus equipajes en priority por lo que el mío debía esperar. Teniendo mis valijas y al estar OK para salir, un personal Sanitario y Agrícola me detuvo al preguntar qué llevaba en un Cooler. Se realizó revisión ya que en la Isla no se puede ingresar semillas que no hayan sido certificadas previamente por SAG Chile (Servicio Agrícola y Ganadero).

Con todo ya listo, recién pude ver a mi familia luego de 10 años, ¿con la suerte que a la salida del terminal demoré 1 minuto en llegar a casa. ¿Por qué? Simple: la casa de mi familia queda al lado del aeropuerto. Quizás eso, cuando niño, incentivó a que sea amante de la aviación.

Desde ahí al centro de Hanga Roa, caminando, son 15 a 20 minutos bajando. No hay transporte público por lo que las opciones son caminata, arriendo de vehículo o central de taxis con un importe de USD 3 por tramo. Los hoteles ofrecen variadas opciones de alojamiento y son de gran ayuda al momento de ubicar algún transporte o arrendar un vehículo.

Observaciones finales

Mis expectativas eran altas con la Aerolínea LATAM. Pero al ingresar al vuelo, lo primero que noté fueron los parches sobre las alas del CC-BGC. Uno de ellos con evidente desgaste, cosa que los pasajeros si notaron y les llamó la atención. Fue de preocupación de parte de la mayoría, sin los conocimientos aeronáuticos que pueden tener algunos. Lo del servicio a bordo, no culpo a sus TCPs que realizan de forma notable su labor, pero si el catering deja muchísimo que desear.

Es más, la misma aerolínea en un tramo SCL-GRU tiene más opciones y mucho mayor cantidad de servicio que este vuelo nacional.

Las exigencias para ingreso y estadía en Rapa Nui son muchas, pero se entiende por la protección al lugar y sus habitantes. El alcalde y la comunidad fueron claros en esas exigencias y no tengo quejas sobre ello, salvo que muchos turistas la piensan 3 veces antes de elegir el destino. Pero esto es nada en comparación con otros lugares en el mundo. Insisto, todo sea por cuidar el lugar y quienes lo habitan.

Por supuesto que hay algunos puntos que mejorar; no hay que descuidar la flota, teniendo flota en tierra a la espera de apertura de frecuencias. Lo de los parches, lo de los asientos y el servicio en vuelo es preocupante. La extinta LAN, antes de ser servicio “hibrido” era reconocida por el servicio a bordo.

Quedé al debe en varios ámbitos del vuelo. Un poco de competencia a la ruta no le haría mal a nadie.