China Southern programa vuelos comerciales con sus Boeing 737 MAX

Mientras la autoridad aeronáutica china sigue sin otorgar precisiones sobre la recertificación del Boeing 737 MAX en su jurisdicción, y con la creciente presión del fabricante para recibir el permiso que le permita entregar cientos de aviones contratados, China Southern avanza en la reincorporación del modelo a su flota activa y programó para el 30 de octubre próximo el primero de los vuelos comerciales que operaría el MAX en casi cuatro años.

Los sistemas de reserva de la compañía muestran que el avión está programado para volar entre Guangzhou y Wuhan con escala en Zhengzhou, reinaugurando la operación comercial del MAX en vuelos domésticos.

Hace poco, un 737-8 de LIAT realizó un vuelo internacional que aterrizó en China, sin que se hayan reportado novedades o que la CAAC se haya expedido al respecto.

Si la autoridad aeronáutica china decide levantar la suspensión y permite el retorno a las operaciones del 737 MAX, además de los cientos de aviones que ya estaban integrados a las flotas de las aerolíneas chinas existen unos 140 aviones listos para entregar por el fabricante.

Tras una presentación de resultados que indicó una pérdida para el tercer trimestre de 2022 de 3.300 millones de dólares, liberar las entregas de esos aviones representará un espaldarazo económico fundamental para Boeing en un plazo relativamente corto.

Ayer mismo David Calhoun, CEO de Boeing, no se mostró optimista con la línea de tiempo que le permitiría abrir nuevamente el mercado chino para el producto de pasillo único estrella de la compañía.

Boeing estaba buscando nuevos clientes para los aviones ya construidos, si no tuviera éxito pronto en lograr la recertificación. Este movimiento de China Southern puede ser una preparación basada en información interna que le garantice que podrá operarlo para esa fecha o bien es una respuesta política al reclamo que ayer hizo Calhoun.

Lo que queda claro es que en tres días sabremos con mayor certeza cuál es el futuro del MAX en China, situación que puede ayudar a definir el futuro del MAX como programa global.

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