Diego Góngora, Gerente de Helicopters AR: «Hacemos de 80 a 100 rescates por año en el Aconcagua con el Airbus H125»

Entre todos los escenarios complejos que enfrenta un helicóptero, la operación en alta montaña es sin dudas uno de los más extremos. La baja densidad del aire a gran altitud, las condiciones meteorológicas y las dificultades topográficas propias del ambiente hacen que sólo unos pocos operadores estén capacitados para entregar resultados consistentes.

Si bien Helicopters AR realiza otras tareas la evacuación médica helitransportada es una de las labores más desafiantes de la compañía y la experiencia ganada en 19 años de servicio en el Cerro Aconcagua es muy valiosa. En una charla con Diego Góngora, gerente de Helicopters AR, conocimos de primera mano las complejidades de hacer rescate en el pico más alto del hemisferio occidental.

Diego, qué define con mejor precisión lo que hacen en Helicopters AR?

– Nuestro trabajo más emblemático es ser el helicóptero de búsqueda y rescate del Parque y Cerro Aconcagua. Hace 19 años que nuestra empresa gana la licitación para que realicemos el servicio de búsqueda y rescate de andinistas que tienen algún inconveniente durante el ascenso o descenso del cerro.

Hicimos rescates en la pared sur del cerro, que es un desnivel a 3500 metros de altura, donde hemos rescatado un par de andinistas que empezaron a ascender y llegaron a un punto en el que no podían ni subir ni bajar.

Es una zona muy complicada técnicamente, y la situación era terrible: o los sacábamos de ahí o se morían congelados. Se montó un operativo que fue bastante dificultoso y gracias a Dios muy exitoso porque pudimos rescatarlos a ambos con vida y en buen estado de salud.

Hubo otro caso muy conocido de una expedición de andinistas italianos que se equivocaron la bajada en la que lamentablemente una de las personas murió, pero el resto de la expedición corría serio riesgo de vida porque no se podían mover y se perdió el contacto. Nuestro helicóptero salió a patrullar y el piloto los pudo encontrar.

Haberlos visto disparó una movida logística tremenda dentro del parque, que involucró casi 300 personas y 80 vuelos del helicóptero a Nido de Cóndores, una base operativa que está a 5600 metros, una altura nada sencilla para operar. Se trasladaron a los rescatistas hasta el Nido para ahorrarles 6 horas de caminata, porque en lugar de comenzar la subida a los 4300 metros empezaban 1.200 metros más arriba.

Fue toda la patrulla de rescate y muchísimos voluntarios, y después hubo que subirlos a ellos y a los rescatados hasta la cumbre, desde donde empezaron a bajar por la ruta normal. Los rescatistas por tierra y a los andinistas hasta la base, donde los esperaban ambulancias para trasladarlos a los centros médicos. Fueron tres días realmente memorables.

Nosotros no hacemos vuelo sanitario, por lo que salvo algunas excepciones en las que el médico determinó que había riesgo de vida y volamos a un centro médico con helipuerto, derivamos a las ambulancias. A veces los 15 a 17 minutos de vuelo son cruciales, contra la hora y media del traslado por tierra.

– Cómo se dispara la alarma para que intervengan?

– Nosotros en temporada basamos el helicóptero en el Aconcagua, lejos de nuestra base en Mendoza. Tenemos una casa y un helipuerto en el parque, donde las tripulaciones y el H125 duermen y esperan el llamado. Tenemos tres personas todo el tiempo en la base: un piloto, un mecánico y un logístico.

En Argentina, no hay nadie con nuestra experiencia. E inclusive en lugares como Suiza operan hasta los 3.000 metros, mientras que nosotros despegamos de 3.600 y volamos todos los días, varias veces al día a 4.300, 4.500, 5.400 metros. Es una operación muy desafiante.

Otras industrias

Helicopters AR también cubre tareas de traslado de cargas externas, publicidad y filmación, tareas agrícolas, actividad petrolera, montaje y construcción, tendido de líneas y montaje de torres de media y alta tensión, de comunicación, de antenas, de puentes, y obras civiles, además de labores de inspección y vigilancia e inspección de gasoductos y líneas de alta tensión.

Además de la evacuación helitransportada, la compañía también tiene clientes de fotografía aérea, apoyo a la minería y geofísica (levantamiento de datos o radiografía del terreno para determinar qué tipo de minerales se encuentran en ese lugar).

«La empresa está habilitada en trabajo y transporte aéreos, pero el fuerte es el trabajo aéreo. El buque de rescate hacemos mucho por ejecutivamente estamos haciendo mucha geofísica, operando sobre los 6000 m de altura con equipos de relevamiento de minerales en la cordillera»

En el futuro cercano Góngora cree que, pese a las trabas, hay lugar para crecer: «estamos viendo las maneras para acceder a un segundo helicóptero para empezar a desarrollar un mercado incipiente que necesita este servicio«, aunque cree que el tamaño actual de la compañía es cercano al ideal.

«Nos hemos convertido en un grupo de amigos que nos encanta lo que hacemos, cada uno en su puesto. Trabajamos muy bien juntos. Nos llena de orgullo.»

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