La combinación de una electrónica moderna, ECM efectiva, armamento letal y su capacidad de realizar operaciones dispersas, con baja huella logística, facilitarían la pronta integración del Gripen en la Fuerza Aérea Ucraniana.
El Royal United Services Institute for Defence and Security Studies (RUSI), un influyente think tank especializado en Defensa y Seguridad, advierte que para apoyar a Ucrania en esta nueva etapa del conflicto, en la que las fuerzas rusas se retraen para consolidar sus posiciones defensivas, es necesario dotar rápidamente a su Fuerza Aérea con cazas occidentales que puedan contestar la superioridad de los Su-35 y MiG-31, al tiempo que deben poder operar regularmente por fuera de las bases aéreas y que tengan una demanda logística relativamente baja. Bajo estas condiciones, el pequeño pero letal caza sueco Saab Gripen, es visto como el candidato ideal.
Según el análisis de RUSI, los pilotos rusos se han mostrado cautelosos durante toda la guerra, por lo que incluso un pequeño número de cazas occidentales podría tener un importante efecto disuasorio.
La decisión de suministrar un caza occidental estaría intrínsecamente influida, y muy probablemente decidida en última instancia, por factores políticos. A largo plazo, es probable que los aviones suministrados por Estados Unidos formen una gran parte del inventario de la futura Fuerza Aérea Ucraniana debido a consideraciones políticas, industriales y financieras.
Sin embargo, las bases aéreas ucranianas siguen corriendo un alto riesgo de sufrir ataques de misiles rusos o municiones merodeadoras. Las largas pistas de aterrizaje de alta calidad y los grandes hangares con amplio equipo de apoyo en tierra que se requieren para operar la mayoría de los cazas estadounidenses, serían difíciles de construir sin ser observados y alcanzados.
Es por ello que en el corto y medio plazo, los aviones de combate occidentales que se entreguen a Ucrania deben ser capaces de realizar operaciones dispersas, utilizando equipos de mantenimiento móviles y pequeños equipos de apoyo, y volando desde pistas relativamente duras, para evitar ser neutralizado por los ataques de largo alcance rusos.
Diseñado para este tipo de guerras
El Saab Gripen C/D sueco es, con mucho, el candidato más adecuado en términos de dar respuesta a estos requisitos operativos. Fue diseñado desde el principio para facilitar el mantenimiento, y puede ser reabastecido, rearmado y sometido a mantenimiento básico por equipos de sólo seis personas en tierra, utilizando dos vehículos en pequeñas bases aéreas o carreteras, aún en las duras condiciones del invierno boreal. Además, sólo uno de cada equipo de apoyo en tierra de seis personas tiene que ser un técnico altamente capacitado; el resto pueden ser reclutas o incluso soldados.
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Conceptualmente las Fuerzas Aéreas suecas siempre han hecho hincapié en las tácticas de superioridad aérea a bajo nivel desde bases dispersas, de forma similar a como opera actualmente la Fuerza Aérea de Ucrania, por lo que el Gripen fue diseñado con equipos de apoyo en tierra y requisitos de mantenimiento compatibles con ese enfoque.
La suite de guerra electrónica del Gripen C/D también está optimizada específicamente para para contrarrestar los radares de cazas y SAM rusos. Otros factores que hacen que el Gripen sea especialmente adecuado para las necesidades operativas ucranianas es que puede disparar el misil europeo MBDA Meteor de muy largo alcance, que, gracias a su diseño de propulsión ramjet, se ve menos afectado por ser lanzado desde baja cota y baja velocidad subsónica, respecto de misiles tradicionales propulsados por motores cohete, como el R-27 o el AIM-120 AMRAAM.
Esto último es particularmente importante para contrarrestar la supremacía mostrada por los cazas Su-35S y MiG-31BM, que operan desde cotas altas, donde se mostraron siempre efectivos y letales contra los aviones ucranianos, gracias a sus poderosos radares y misiles aire-aire, en combates más allá del alcance visual (BVR).
Por último, hay que recordar que los Gripen C/D son cazas multirol muy eficaces, pudiendo utilizar diversos pods de reconocimiento, guerra electrónica o designación de blancos, así como un amplio surtido de municiones inteligentes aire-tierra y anti-buque, cubriendo con un solo modelo de avión, todo el espectro de misiones requerido en la guerra aérea moderna.
