Air New Zealand y Airbus amplían su colaboración para desarrollar el uso de hidrógeno en Nueva Zelanda, entrando en una nueva fase al acoger a los principales actores de la industria. Los socios evaluarán los medios para desplegar centros de hidrógeno en los aeropuertos. El ensayo comenzará por el aeropuerto de Christchurch, extendiéndose en caso de ser exitoso a los restantes miembros del programa.
La colaboración «ampliará y afirmará» la comprensión sobre el suministro de hidrógeno, la infraestructura requerida, los requisitos de abastecimiento de combustible en los aeropuertos, y las operaciones de aeronaves propulsadas por hidrógeno, con el fin de apoyar el desarrollo de este ecosistema. El trabajo también identificará las vías para una comercialización viable y sostenible de las tecnologías de aeronaves y el marco regulatorio correspondiente.
«Nueva Zelanda es una red de aviación perfecta, en términos de tráfico, distancias de vuelo y red aeroportuaria, para el despliegue de aviones de hidrógeno regionales y de media distancia», afirma Karine Guenan, vicepresidenta de ZEROe Ecosystem de Airbus. «Esto concuerda plenamente con nuestra estrategia de desplegar las aeronaves a hidrógeno primero en los mercados más adecuados. Nueva Zelanda tiene un gran potencial para la producción de hidrógeno a partir de fuentes de electricidad renovables». Guenan añade que «la combinación única de competencias que nuestro consorcio trae a la mesa promete un alto nivel de aprendizaje para el uso del hidrógeno en los aeropuertos, tanto para las aeronaves como fuera de ellas.»
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Desde el punto de vista técnico, Airbus aportará la experiencia adquirida con las operaciones de su avión de hidrógeno «ZEROe». También pondrá a disposición sus propias hipótesis de investigación sobre las necesidades de hidrógeno líquido en los futuros despliegues de aviones de hidrógeno.
Airbus ha sido uno de los primeros defensores del hidrógeno, identificándolo como la opción más prometedora para la descarbonización de la aviación comercial. El hidrógeno bajo en carbono puede utilizarse directamente a bordo de los aviones para propulsión mediante combustión en una turbina y para generación de energía a bordo mediante pilas de combustible, o indirectamente como materia prima para combustible sintético.
Nueva Zelanda, por su lado, presenta una oportunidad única para las nuevas fuentes de energía de las aeronaves por varias razones. Primeramente, tiene una matriz energética con alta proporción de energía limpia: más del 80% de la electricidad de Nueva Zelanda es suministrada por fuentes de energía renovables. La economía neozelandesa también depende en gran medida de los vuelos nacionales de corta distancia, ya que más del 60% de los vuelos son de menos de 350 km de longitud. Ambos factores hacen de Nueva Zelanda un entorno de pruebas ideal para explorar el potencial de nuevas fuentes de energía para la industria.