El pasado 27 de enero, la aerolínea de bajo coste Volotea amortizó otros 8.4 millones de euros del segundo plazo del préstamo sindicado por bancos españoles y garantizado en un 70% por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en 2020. En julio pasado, la compañía había devuelto otros siete millones.
Casi tres años atrás, Volotea recibió el crédito para hacer frente a la situación provocada por la pandemia. Del total de 145 millones de euros que solicitó, la compañía ya ha amortizado 29.2 millones.
Según lo previsto, la suma de dinero restante se pagará en once tramos establecidos en enero y julio de cada año. Sin embargo, y a pesar de la sostenida recuperación que experimentó durante 2022, Volotea no espera saldar por completo esta deuda hasta julio de 2028.
Su director financiero, Stephen Rapp, sostuvo que Volotea es una compañía “sólida”, que tuvo que pedir un préstamo “excepcional” en un contexto extraordinario. Además, aseguró que la empresa “está cumpliendo con todos sus compromisos contractuales en tiempo y forma, lo que evidencia su resiliencia y fortaleza”.
En ese sentido, agregó que la aerolínea está demostrando su capacidad para recuperarse de una coyuntura totalmente adversa, con un crecimiento de oferta del 48% con respecto a 2019.
No obstante, Volotea tiene otra cuenta pendiente: deberá reembolsar el préstamo participativo por un total de 200 millones de euros que solicitó al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) de España, a mediados del año pasado.
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