El 25 de mayo fue un buen día para Boeing: la compañía confirmó que retomó las entregas de sus 737 MAX, tras haber realizado las modificaciones requeridas por un defecto de producción de su fuselaje.
Boeing detiene las entregas de algunos 737 MAX mientras revisa una pieza de un proveedor
La reanudación de entregas acerca a Boeing al objetivo de lograr 400 a 450 entregas del jet este año. Este objetivo está bajo el escrutinio de los inversores, ya que la compañía apunta a recuperarse de crisis consecutivas desencadenadas por dos accidentes fatales y la pandemia.
«La primera mitad del año se proyecta un promedio de 30 entregas por mes y la segunda mitad alrededor de 40 por mes», declaró el director financiero Brian West en una conferencia organizada por Wolfe Research, en referencia a las futuras entregas.
Boeing se vio obligada a pausar las entregas de los 737 MAX a principios de año debido a la instalación incorrecta de componentes que unen la cola vertical al fuselaje, fabricados por Spirit AeroSystems.
De acuerdo con lo reportado por Reuters, varios analistas anticiparon que esta pausa podría obstaculizar los planes de Boeing para acelerar la producción del 737 MAX a 38 por mes desde los 31 actuales.
A pesar de estas predicciones, West reafirmó que la compañía planea alcanzar ese objetivo dentro del año. «La línea de tiempo exacta aún no está clara, pero está dentro de nuestra estrategia», agregó.
Negociando precios con cierta ventaja
En términos de precios, West comentó que el entorno actual es «favorable» y que Boeing ejercerá «disciplina» al establecer los valores de las aeronaves.
El backlog de pedidos de Boeing y de Airbus es grande y continúa creciendo, ya que las aerolíneas se apresuran a comprar aviones para aprovechar el rebote de viajes propio de la pospandemia.
Como es de esperarse, la demanda por hacerse de nuevas unidades beneficia al fabricante, que podrá imponer condiciones a las aerolíneas y lessors… siempre que pueda incrementar el ritmo de entregas.
Ryanair indicó que pagó un costo por asiento más alto que en los acuerdos anteriores cuando anunció un pedido de hasta 300 jets de Boeing. Claro, Ryanair suele elegir los momentos de mayor debilidad de sus proveedores para negociar contratos. Pero esta vez, el as en la manga estaba en Renton.
«Seguimos asegurando ventas futuras», comentó West, aunque sabe que depende de su cadena de proveedores para mantener la ventaja en la negociación. No le quedó otra que admitir que algunos aspectos de la cadena de suministro no están a la altura, en lo que se transformó en un problema persistente y un área de vigilancia continua.
