Recientemente inició la construcción de la terminal de pasajeros internacional del Aeropuerto Internacional de Chinchero, en Cusco, y las obras avanzan a buen ritmo, de acuerdo con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú. Mientras tanto, los trabajos de movimiento de tierras ya presentan un avance del 97% y culminarían en julio próximo.
Las obras en el futuro Aeropuerto Internacional de Chinchero, en Cusco
El proceso de construcción de la terminal de pasajeros comenzó luego de culminar los trabajos de cimentación del área. Allí se levantará el edificio de partidas y arribos internacionales, que dispondrá de cuatro salas de embarque. La futura terminal tendrá una superficie de 25 mil metros cuadrados.
Por otra parte, el ministerio destacó que también iniciaron los trabajos de cimentación en la zona donde próximamente se comenzará a construir la terminal de vuelos domésticos, un espacio que contará con ocho salas de embarque.
El proyecto de construcción de un nuevo aeropuerto internacional para la principal ciudad turística del Perú, gracias a su cercanía a Machu Picchu, comenzó a planificarse décadas atrás. El plan actual contempla una pista de asfalto de 4 mil metros de longitud, capaz de recibir aviones de gran porte a pesar de los 3.700 metros sobre el nivel del mar.
Una vez concluido, el aeropuerto abarcará una superficie de 450 hectáreas. Según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, podrá atender hasta 25 movimientos de aeronaves cada hora y recibir más de 12 millones de pasajeros al año. Esta última cifra representaría un incremento de cuatro veces con respecto a la actividad del Aeropuerto Internacional Teniente Alejandro Velasco Astete (CUZ), que actualmente sirve a la ciudad de Cusco, en 2019.
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Voces a favor y en contra del proyecto
A la construcción del Aeropuerto Internacional de Chinchero se opusieron en reiteradas ocasiones activistas ambientales y arqueólogos, entre otras personas. Sus detractores consideran que una infraestructura de este tipo destruiría el paisaje cultural de la zona y afectaría a las comunidades locales.
Además, sostienen que podría incluso afectar la actividad de los comerciantes de Cusco, ya que su ubicación fuera de los límites de la ciudad generaría que muchos visitantes de Machu Picchu no transiten por ella.
Por su parte, la administración nacional siempre ha defendido el proyecto, argumentando que su realización permitiría desarrollar el turismo y mejorar la posición del Perú en esa industria. En ese sentido, mencionan que su emplazamiento fuera de la ciudad es precisamente una ventaja, gracias a la mayor capacidad de crecimiento futuro.
También destacan que se convertirá en una nueva alternativa para el arribo de visitantes extranjeros, que así podrían evitar pasar por el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (LIM) de Lima.
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