El 30 de julio, el aeropuerto Vnukovo de Moscú fue cerrado tras un ataque con drones ucranianos. El incidente provocó que varios vuelos fueran redirigidos a otros aeropuertos dentro del espacio aéreo de Moscú, que continuó operando normalmente.
Temprano esa mañana, se escucharon numerosas explosiones en la región este de Moscú, particularmente en un centro financiero conocido como IQ-quarter, que alberga varios rascacielos. Videos que circulan en Internet capturaron a los residentes despertados por las explosiones y el fuerte ruido, así como imágenes de un dron de hélice actuando como kamikaze, volando hacia un edificio hasta que explotó.
El IQ-quarter está ubicado a 20 kilómetros del aeropuerto de Vnukovo, el tercero más grande de Moscú y ampliamente utilizado por aerolíneas de bajo costo y compañías enfocadas en vuelos turísticos. Turkish Airlines, su subsidiaria Anadolujet y la competidora Pegasus Airlines, las principales aerolíneas extranjeras que operan en Vnukovo, fueron las más afectadas por el ataque de drones.
El gobierno ruso cerró el espacio aéreo debido a la proximidad del aeropuerto al lugar del ataque, afectando los vuelos que aterrizaban en Vnukovo, especialmente aquellos que pasaban por Europa, que ha sido el desvío preferido por las compañías turcas.
Más tarde ese día, los servicios de aviación informaron que el aeropuerto había reanudado la recepción de vuelos, declarando: «El aeropuerto ha reanudado su trabajo: se realizan salidas y llegadas». Por la interrupción, se retrasaron 16 llegadas y cuatro salidas.
Según el Ministerio de Defensa ruso, Ucrania intentó atacar objetivos en Moscú con drones. Un aparato fue destruido en el aire sobre el distrito de Odintsovo de la región de Moscú, y otros dos fueron inutilizados y se estrellaron en la Ciudad de Moscú, sin que se reporten víctimas.
