El Programa Nacional de Vigilancia Aérea (NASP) de Canadá desempeña un papel crucial en garantizar la seguridad del sensible ecosistema del Atlántico norte. A través de éste, el gobierno está tomando medidas proactivas para salvaguardar la costa ártica y promover prácticas marítimas responsables.
A tal fin, Pablo Rodríguez, ministro de transporte, y Jean-Yves Duclos, ministro de servicios públicos y abastecimiento, anunciaron la adjudicación de un contrato de $45,923,850 a Pilitak. La empresa, dirigida por personas de la comunidad inuit, utilizará los fondos para la construcción de un nuevo hangar para las aeronaves del NASP en Iqaluit, Nunavut. La construcción durará 18 meses y creará muchas fuentes de empleo para la comunidad.
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La adjudicación de este contrato subraya el compromiso de Canadá de cumplir con el Acuerdo de Nunavut, y reafirma la promesa de asignar el cinco por ciento de todos los contratos federales a empresas indígenas, contribuyendo al crecimiento económico y al fortalecimiento de las empresas inuit.
Rodríguez señaló al respecto que «la construcción de un nuevo hangar fortalecerá los esfuerzos de vigilancia aérea en el norte. Contribuirá a iniciativas de respuesta rápida, a la identificación temprana de riesgos marítimos y a la preservación del medio ambiente». Duclos, por su parte, agregó: «el anuncio de hoy es otro ejemplo de nuestro compromiso de aumentar la participación de las empresas indígenas en las oportunidades de contratación federal. Este contrato estimulará el desarrollo económico en el territorio».
El Programa Nacional de Vigilancia Aérea, fundado en 1991, es un punto central de la protección del medio ambiente marino de Canadá. Con el tiempo ha ido incorporando nuevas aeronaves y tecnología de vanguardia. El nuevo hangar para el programa mejorará las capacidades operativas, especialmente en lo que respecta a garantizar la seguridad del transporte marítimo en el Ártico. La vigilancia aérea sigue siendo el método más efectivo para la detección temprana de vertidos de hidrocarburos.
