[Reporte de Vuelo] Buenos Aires – Santo Domingo con Arajet, la segunda ruta más larga de un 737 en la región

Gastón Dubois

Arajet

Arajet, la línea aérea de precios bajos del Caribe y bandera Dominicana, tuvo la cortesía de invitar a medios referentes de la industria aerocomercial y del turismo argentinos a unas mini vacaciones para promocionar la ruta directa Buenos Aires-Santo Domingo y todas las atracciones que República Dominicana tiene para ofrecer al turista. Tuve el gran gusto y honor de ser invitado a vivir lo que resultó ser una maravillosa aventura tropical, viajando en excelente compañía.

Vuelo Buenos Aires – Santo Domingo

Arajet inauguró el miércoles 15 de noviembre sus vuelos entre Santo Domingo y  Buenos Aires. La aerolínea dominicana opera una frecuencia de tres vuelos por semana con aviones Boeing 737 MAX (8) de 186 plazas. Se trata de la segunda ruta mas larga para un Boeing 737 en la región, recorriendo 6.009 km, frente a los 6.080 km de la ruta Brasilia-Orlando de GOL.

Aerolíneas Argentinas es la única compañía que actualmente ofrece vuelos directos a Punta Cana, aunque su precio es muy superior a la tarifa de Arajet. Hay otras varias opciones para llegar a República Dominicana desde Buenos Aires, pero la mayoría implica realizar una o más escalas, con tiempos de viaje superiores a las 12 horas. Y aún en estos casos, la aerolínea dominicana aventaja a la competencia con precios mas amigables al bolsillo del turista.

Luego de estos datos que espero les resultaran útiles, ahora sí, les cuento mi experiencia.

Vamos al aeropuerto

Lo bueno de que el vuelo DM334 de Arajet hacia Santo Domingo saliera a las 4:25 am, es que el viaje hacia el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (EZE) resultó ser rápido y relajado, ya que la ciudad dormía y no había tráfico. Llegar rápido y sin complicaciones al aeropuerto es siempre una excelente manera de comenzar cualquier viaje.

Arribé al aeropuerto unos 10 minutos antes de la 1:30, horario en el que tenía que encontrarme con el grupo de personas con las que viajaría y pasaría una semana recorriendo República Dominicana. Apenas llegar a Ezeiza, me llamó la atención el movimiento de pasajeros que había (en contraste con la tranquilidad de la autopista) a esa hora, particularmente en la terminal de arribos internacionales, de la cual emergía una multitud de turistas latinoamericanos.

Una vez estuvieron todos los integrantes del grupo presentes (compuesto por influencers, periodistas, fotógrafos y hasta un reconocido chef) y hechas las presentaciones pertinentes, fuimos hacia el counter de Arajet (número 150), ubicado en la zona B de la terminal nueva, para despachar el equipaje y que nos dieran el ticket de vuelo. Si bien, como se trataba de un viaje de cortesía teníamos disponible el Priority Pass, lo cierto es que toda la operación demoró bastante tiempo, con lo cual la espera para abordar el avión no se prolongó tanto como suponía.

Los empleados de Arajet, siempre bien predispuestos (y esto va a ser una constante), nos permitieron abordar primero a fin de poder tomar algunas imágenes del avión vacío. También pudimos entrar al cockpit del avión a saludar a los pilotos y regodearnos con la impactante vista del brillante instrumental del Boeing 737-8 en el que viajamos, que, según nos informaron, era el más nuevo de la flota al momento de realizar el viaje.

Los pilotos pueden ser de variadas nacionalidades, porque la aerolínea se está expandiendo y contratando talento por todo el globo, pero la tripulación de cabina de pasajeros (TCP) de Arajet está compuesta íntegramente por dominicanos y dominicanas, ya que la idea de la compañía es que oficien de “embajadores” (y para muchos pasajeros, primera experiencia) del pueblo de República Dominicana.

Ah! Me estaba olvidando. Para ingresar al territorio de República Dominicana hay que completar un formulario electrónico bastante simple, cuyo enlace les dejo AQUÍ. Se los van a pedir antes de embarcar. Cumplidas las formalidades burocráticas, sigamos.

El vuelo de ida

Retirada la manga, comenzamos a movernos hacia la cabecera de pista para emprender realmente el viaje. Pese a ir cargado de combustible “hasta las cejas”, el 737 se remonta briosamente hacia el cielo nocturno. Las vistas aéreas de las luces de la ciudad son siempre una buena excusa para pegar la nariz a la ventanilla, mientras sonreímos con una fascinación infantil que a quienes nos gusta volar, nunca nos deja.

Buenos Aires de noche por Arajet
Buenos Aires de noche

Una vez alcanzamos la altitud de crucero, los TCP comienzan a ofrecer la oferta gastronómica de a bordo. El menú viene en castellano e inglés y ofrece una variedad de bebidas alcohólicas y no alcohólicas, bocadillos fríos y calientes, dulces y salados, con precios realmente accesibles y muy competitivos respecto de la competencia.

Luego de deglutir ansiosamente un muy pasable croissant (medialuna, para los amigos) de jamón y queso con un vaso de gaseosa, me dispuse finalmente a aprovechar el largo viaje que tenía por delante para recuperar todas las horas de sueño que pudiera, dado que estaba sin dormir desde la noche anterior. Pero no resultaría ser una tarea fácil.

Hay que recordar que Arajet es una aerolínea de precios bajos y sus aviones vienen configurados para una clase única, con asientos suficientemente cómodos, pero básicos. El espacio para las piernas está perfecto para mi altura (nunca fui primera opción para armar un equipo de básquet o vóley, debo confesar), porque a diferencia de una configuración full low cost, estos aviones cuentan con 185 asientos y ese espacio extra se nota.

Además, los lugares que se van vendiendo se van ocupando en las hileras de la ventanilla o el pasillo, así que el avión no va lleno, es probable que tengas el asient0 del medio libre, genial para ganar unos muy necesarios centímetros de estiramiento. Eso sí, los asientos no cuentan con enchufes USB para cargar los dispositivos móviles y, lo fue realmente duro para un vuelo de 8 horas, es que apenas si se reclinan. Todo hubiese sido mucho menos grave si no me hubiera olvidado la almohadilla para el cuello. Vuelo de más de 4 horas de duración? Almohadilla para el cuello mandatoria! No sean despistados como yo, que se paga el precio en insomnio y tortícolis.

También se echó en falta algún sistema de entretenimiento básico. Hubiera estado bueno tener una forma de poder ver el progreso del avión en el mapa (para los ansiosos), y alguna opción de película también habría ayudado. Pero como dije, la configuración del avión es básica. Sin embargo, hablando con gente de la aerolínea, nos comentaron que tienen la intención de incluir un servicio de Ethernet que permitiría acceder a las tan necesarias opciones de entretenimiento para estos vuelos largos.

Luego de una noche donde el sueño me fue bastante esquivo, la luz de un nuevo día iba develando toda la belleza de volar sobre el Mar Caribe, aguas azules-turquesas, salpicadas del blanco de la espuma y de las nubes, con la aparición de ocasionales buques de carga o crucero de pasajeros, imponentes aún desde la altura. Siempre me da una gozosa sensación como de “irrealidad”, poder ver las nubes del otro lado. Habíamos recién salido del espacio aéreo venezolano y solo faltaban unas pocas horas para el aterrizaje.

Llegada a destino

Siempre con la vista fija en la ventanilla, fui uno de los primeros en darse cuenta de que estábamos llegando a nuestro destino, cuando surgió frente mí la frondosa costa de Rep. Dominicana. Había estado mirando los mapas, y pude reconocer la isla de Saona (donde luego iríamos). De ahí en más, era cuestión de disfrutar del descenso y el aterrizaje.

campo de béisbol
Campo de béisbol, deporte nacional de República Dominicana.

Destino a la vista! Bordeamos por el oeste el Aeropuerto Internacional Las Américas, que está ubicado en una península (la Aeropenínsula!) y pasamos sobre las afueras de la ciudad de Santo Domingo, mientras perdíamos altitud. Luego de lo que me pareció una aproximación bastante larga, nuestro avión tocó la pista con la suavidad y delicadeza de un paso de ballet. Mis respetos a los pilotos. Más allá de las incomodidades mencionadas, desde el despegue al aterrizaje, todo el vuelo fue impecable.

Como si fuéramos embajadores

Apenas descendimos del avión, nos recibió la gente de Arajet, quienes se encargaron de realizar todos los trámites de migraciones por nosotros. Me sentí tan VIP como si fuera un diplomático en visita oficial. Nuestro contacto local con la compañía también vino a recibirnos y darnos la bienvenida. Todos contentos de al fin conocernos en persona. También nos presentaron a los guías que tendrían la abnegada tarea de pasearnos, explicarnos y mostrarnos todo lo que para hacer y conocer en República Dominicana, que es mucho más que solo acostarse a tomar el sol.

El aeropuerto Internacional de Las Américas es correcto, cómodo y funcional, tiene todo lo que se requiere de él. Hay planes de expansión y modernización de las instalaciones, a medida que se va transformando en un importante hub para conectar ciudades como Toronto y Montreal (Canadá), Ciudad de México y Cancún, Ciudad de Guatemala, San José, San Salvador y otros destinos del Caribe. Una vez recuperado el equipaje y pasada migraciones, se sale a la zona de espera de los taxis y buses (y te recibe como bofetada el calor caribeño) que lo llevan a uno a la ciudad de Santo Domingo. Arajet también ofrece un servicio de transporte terrestre gratuito a Punta Cana, cuya duración es de menos de dos horas. Esta opción está pensada para competir contra las varias aerolíneas competidoras que llegan directamente al aeropuerto de Punta Cana, principal destino turístico del país. Pero hay que recordar que casi ninguna de estas opciones es en vuelo “directo”, y si lo es, es bastante menos económico.

Modo turista «ON»

Como Aviacionline es un medio especializado en aviación, no voy a ahondar en descripciones de lo que fue mi experiencia de turista; pero como me hicieron pasar una semana maravillosa, siento un imperativo moral en contarles algunas cosas destacadas.

Hotelería

En Santo Domingo, estuvimos alojados en un precioso hotel cinco estrellas de estilo colonial, el Hodelpa (por Hoteles del País) Nicolás Ovando, a pocos metros de los principales puntos de interés del casco viejo de la ciudad. Tuvimos la chance de conocer otros hoteles de la cadena Hodelpa, de diferentes categorías, pero todos bonitos y bien ubicados, que se adaptan a las realidades de cada bolsillo.

Uno de los bellos patios internos del Hodelpa Nicolás Ovando

En lo personal, no me fijo demasiado en si el hotel “tiene esto o aquello”, porque suelo elegir invertir mis recursos en otros aspectos del viaje, pero mentiría si dijera que no disfruté cada segundo transcurrido en el Nicolás Ovando. Sus paredes de ladrillo, sus techos altos, su decoración de época, sus bellos patios internos, la calma del lugar y la calidad de sus habitaciones y su cocina, realmente hicieron que la experiencia fuera deliciosa.

Luego de un par de días en Santo Domingo, donde hicimos un entretenido city tour y nos llevaron a comer a varios lugares, entre los que destaco al restaurante Maracas (todo DELICIOSO), nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino, el hotel Sactuary.

Sanctuary es un hotel de puro lujo que te sorprende apenas entrar con un lobby que presenta una mezcla muy atinada de estilo colonial y morisco (seguramente hay quienes lo puedan describir mejor que yo), que realmente te deja encandilado. El hotel te recibe con una muy deliciosa limonada de coco, que nos fascinó a todos y a la cual volvimos una y otra vez.

Esa limonada de coco es todo lo que está bien en la vida.

En fin, el hotel es espectacular, todo es de mucha calidad. Las habitaciones que nos asignaron eran maravillosas, muy amplias, con camas súper cómodas y con vista al mar. Son de esas pocas veces que uno madruga contento para poder ver la salida del sol.

El hotel cuenta con muchos y distintos tipos de alojamientos, con diferentes valores según los gustos y posibilidades de cada turista, pero las zonas comunes son igual de buenas siempre. Posee multitud de piscinas, siendo lógicamente la más frecuentada la que posee el bar, que sirve todo tipo de bebidas. Aunque en realidad más que nada nos la pasamos tomando limonada de coco (por algún motivo, resultamos ser un grupo bastante abstemio), recomiendo incursionar en el ron salvadoreño, para mí fue un muy feliz descubrimiento.

La comida es excelente, tanto en el buffet como en los diferentes restaurantes de estilo a los que se puede ir a comer, previa reservación. La única excepción sería el restaurante asiático, que salvo por un par de platos de la entrada, no nos satisfizo. Pero bueno, eso no quita que todo el resto de la experiencia culinaria fuera genial.

Atracciones para todos los gustos

Veo que al final sí me estoy yendo por las ramas. Es que nos mimaron mucho en esos hoteles, y en realidad, en todo el viaje, y no puedo dejar de comentárselos.

Resumiendo velozmente… conocimos el emprendimiento hotelero/inmobiliario de Cap Cana, que busca convertirse en el principal centro turístico de Rep. Dominicana, ofreciendo una gran variedad de posibilidades tanto al turista que busca pasar unas lindas semanas, como a aquellas personas o familias que quieran hacer un cambio en su calidad de vida, ya que el complejo ofrece servicios completos de salud, educación, estilo de vida, etc.

La tirolesa por la selva fue pura diversión.

Dos de las excursiones que más me gustaron fue la de ir en catamarán a la isla de Saona, un paraíso tropical de playas de ensueño. Fue un día increíble, no nos queríamos volver. El otro fue pasar el día en el Scape Park. Es un parque temático con varias atracciones entre las que destaco los amplios circuitos de tirolesas. A los que tenían dudas y resquemores, se les pasó apenas terminar el primer tramo del circuito. Luego de eso fueron todas risas y ansiedad por arrojarse del siguiente tramo de cable. La pasamos genial.

La gente de República Dominicana

Más allá de que el país sea un verdadero paraíso tropical, que la hotelería y las atracciones sean muy buenas  y que la gastronomía en general sea variada y rica, volví convencido de que el valor diferencial de República Dominicana es su gente.

Son personas cálidas, educadas, amables y alegres, que lo hacen sentir a uno bienvenido, allá donde va. Y no hablo solo de la gente que por su empleo “deben” tratar bien al turista, sino a casi todas las personas locales con las que me crucé y tuve la chance de conversar durante el viaje. No quería y no podía dejar de señalarlo. Son el mejor recurso del país.

Emprendiendo la vuelta

Como reza el dicho “todo lo bueno se acaba”, y un buen día tuvimos que dejar nuestra idílica vida tropical y comenzar el retorno a nuestros hogares y vida cotidiana. De camino al aeropuerto pasamos a conocer las oficinas y centro de mando de Arajet, donde estuvimos un par de horas aprendiendo como es la operatoria de la compañía y conversamos con los algunos de los principales referentes de cada área. Se notaba un ambiente muy profesional, pero relajado para trabajar.

Me sorprendió que a pesar de que íbamos metiendo nuestras narices en lo que hacía cada una de las personas que estaban trabajando ahí, fueran todos muy abiertos, y con una sonrisa, evacuaban nuestras dudas y nos dejaban ver que hacían. Yo no tengo tan buen talante cuando me interrumpen desconocidos mientras trabajo, así que me sentí muy agradecido de que ellos… no fueran como yo.

Nos mostraron las modernas instalaciones y luego nos llevaron a almorzar a Morirsoñando, un restaurante muy cercano. La comida era deliciosa (y bien dominicana) y la charla súper amena e interesante con la gente de Arajet, quienes nos contaron sobre sus inicios, su actualidad y de sus ambiciosos planes de expansión.

De ahí al aeropuerto, donde de nuevo tuvimos un trato VIP en migraciones, y pasamos unas horas recorriendo el duty free para realizar las últimas compras y llevar un par de obsequios (ron, puros, café, dulces, etc) a familia y amigos.

Luego de un retraso de menos de media hora abordamos y ocupamos nuestros asientos. Habiendo asumido el fin de nuestra “buena vida”, estábamos ansiosos por comenzar el retorno a nuestros hogares, pero la aventura dominicana nos tenía reservada una última sorpresa.

Problemas abordo

Tuvo lugar un episodio un tanto extraño y desagradable que nos retrasó sobremanera el horario de salida del avión. Aparentemente, a un pasajero de origen argentino que estaba en tránsito desde México, las autoridades aeroportuarias salvadoreñas (por intermedio de Arajet) le estaban reclamando la presentación del pasaporte o documento nacional de identidad, ya que había existido algún problema o inconsistencia al momento de que este señor embarcara en el vuelo que lo llevó a Santo Domingo.

El pasajero se negaba sistemáticamente a presentar la documentación o a moverse de su asiento, y la discusión fue elevándose de tono con el pasar del tiempo. Luego de casi hora y media de discusiones e intentos de llegar a un acuerdo, la tripulación del vuelo decidió que no podía correr el riesgo de viajar más de siete horas con un pasajero potencialmente inestable, y se decidió que debía desembarcar.

Terminó ingresando al avión la policía aeroportuaria y para ayudar a «convencerlo» de bajar del avión, se trajo la unidad canina K9. Por suerte luego la retiraron y la situación no escaló más. Tras unos minutos adicionales de intercambios con las autoridades policiales, el pasajero desembarcó y, al fin, pudimos comenzar el viaje accidentado viaje de regreso.

El vuelo DM333, que debía haber salido a las 17:55 hs, despegó finalmente a las 20:25 hs. Luego de 7:39 hs de viaje tranquilo, volvimos a gozar de un aterrizaje de lujo en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, esta vez a los mandos de un capitán de origen norteamericano. Quiero remarcar que durante todo el largo, confuso y tenso episodio con el pasajero argentino, los TCP de Arajet se comportaron de manera tranquila, educada y muy profesional. Ante una situación atípica y enervante, supieron responder con altura.

Aún sigue leyendo?

Hasta aquí llegó viaje, mi experiencia y mi aventura y … su paciencia? Espero que les resultara una lectura entretenida, incluso informativa, y que les permita tomar una decisión mejor fundamentada respecto a sus opciones, si tienen planeado hacer un viaje a la bella República Dominicana, o alguno de los destinos de conexión ofrecidos por Arajet.

7 comentarios en «[Reporte de Vuelo] Buenos Aires – Santo Domingo con Arajet, la segunda ruta más larga de un 737 en la región»

  1. Me encantó tu narrativa y pude seguirte en tus apreciaciones, como si se tratase de un cuento de hadas caribeño. Felicidades!

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  2. Hermoso post!!! Ni buen pusieron pasajes a la venta compramos y en mayo nos vamos para allá con hijos y nietos!!
    No supieron informarnos en arajet el traslado a punta cana, ya que la opción PUH cono destino es la que incluye el traslado a punta cana, estaba disponible solo hasta marzo…
    Esperemos que los bebes se porten bien y que los asientos sean cómodos, ya que mi familia entera apunta xa la selección de basquet!! Jajajaja

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  3. Muchas gracias a todos por sus palabras! No es el tipo de trabajo que realizo regularmente, así que las aprecio mucho.
    Feliz Navidad.

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  4. Hola , impecable el relato, con mi familia vamos para pascuas, el traslado desde santo domingo a punta cana es al aeropuerto de punta cana verdad?.

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    • Hola Analia, el autobús lo pasa a buscar en el Aeropuerto de Las Américas de Santo Domingo, habrá un personal de Arajet esperándolo cerca del Banco Popular del Aeropuerto, luego lo dejan en Bella Mare Gift Shop, sobre la Avenida Barcelo cerca de Bávaro.

      Para más información ingresar a: http://www.arajet.com/es/bus/puntacana

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