Boeing se vio forzada a comprar la fábrica de Hazelwood de GKN, proveedor clave que fabrica partes para los aviones F/A-18 Super Hornet y los últimos modelos de F-15 Eagle, a fin de salvaguardar su producción.
Desde hace más de un año, Boeing mantenía un litigio con su proveedor GKN Aerospace, debido a los planes de dicha compañía de cerrar su fábrica de Hazelwood antes de fin de año y despedir a unos 700 trabajadores que trabajan allí. Además de GKN, Boeing también demandó a su empresa matriz británica, Melrose Industries, alegando que el cierre de la fábrica de Hazelwood violaría los acuerdos de GKN para suministrar las piezas clave para la fabricación de estos modelos de aviones de combate.
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Boeing afirmó que la intención de Melrose era forzar la venta de GKN a Boeing e incluso rechazó a otros oferentes. GKN y Melrose dicen que mantener abierta la fábrica es “insostenible“.
Boeing finalmente debió ceder y el viernes 26 de abril anunció que logró cerrar un acuerdo con GKN Aerospace St. Louis y su empresa matriz, Melrose Industries, para continuar con la fabricación de componentes críticos (superplásticos y superficies de control de vuelo) para la fabricación de los fundamentales para los F/A-18 Super Hornet y F-15EX.
El acuerdo entre Boeing y GKN transfiere inmediatamente a Boeing las capacidades y operaciones del centro de St. Louis en apoyo de los programas F/A-18 y F-15. Además, casi toda la plantilla de GKN St. -aproximadamente 550 personas- fue contratada por Boeing.
«Boeing está creciendo en toda la región con una saludable cartera de programas actuales, a la vez que busca oportunidades futuras», declaró Steve Parker, Vicepresidente Senior y Director de Operaciones de Boeing Defense, Space & Security. «Este acuerdo no sólo nos permite atender a nuestros clientes, sino que también ofrece a la mano de obra altamente cualificada de GKN la oportunidad de poner su inmenso talento al servicio del combatiente y de la industria aeroespacial y de defensa de San Luis. Se trata de una situación en la que todos ganan, tanto los empleados como Boeing y la comunidad de San Luis en general.»