El gobierno de Lula da Silva viene estudiando en las últimas semanas la posibilidad de reintroducir el horario de verano en Brasil, medida que había sido abolida en 2019 en la gestión de Jair Bolsonaro argumentando que el ahorro energético generado no era suficiente para justificarla.
Pero ahora, con una sequía récord que redujo el nivel de las hidroeléctricas (principal fuente de energía eléctrica de Brasil), Lula tiene que decidir esta semana si los brasileños adelantarán o no el reloj en el verano.
Un impacto clave que el gobierno no ha tenido en cuenta (al menos públicamente), es aquel sobre la industria del transporte aéreo. Y por eso, el CEO de LATAM Brasil, Jerome Cadier, realizó una publicación en su cuenta de LinkedIn en la que comentó que este cambio no planificado del horario de verano «es un infierno».
«Nuevamente estamos discutiendo si deberíamos o no tener horario de verano en Brasil. Hay ganancias en el consumo de energía, pero hay costos. Deberíamos hacer los cálculos y decidir de una vez. ¡Esta indecisión y las frecuentes idas y venidas son otro ‘costo brasileño’ oculto! Y no es poco», señala Cadier.
«Lo que no saben es que para las aerolíneas internacionales como LATAM, este cambio no planificado del horario de verano es un infierno», continuó, explicando que cuando ponen a la venta un vuelo, definen todos los vuelos consecutivos que conectan entre sí para llevar y transportar pasajeros de la mejor manera posible.
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«Los horarios de los vuelos internacionales dependen principalmente de los ‘slots’ en los aeropuertos internacionales (hora precisa de aterrizaje o despegue autorizado). Estas franjas horarias se asignan a las compañías aéreas con mucha antelación y no cambian. Si sabemos con suficiente antelación la implementación del horario de verano en los distintos países en los que operamos, la planificación de la empresa ya los tiene en cuenta: vendemos las horas que realmente se van a operar», agregó el directivo.
Pero enfatiza que «si Brasil decide implementar el horario de verano con pocos meses de anticipación, todos los vuelos que conectan el país con otros países que no cambian el horario, se verán afectados y se cambiarán sus horarios de salida y llegada».
«Como resultado, también tendremos que cambiar los horarios de todos los vuelos nacionales de conexión. Ahí está el infierno: toda la programación cambia y los millones de clientes que ya han comprado billetes verán cambiados sus vuelos», agrega Cadier.
El CEO de LATAM Brasil concluye diciendo que está a favor del horario de verano, pero a lo que se opone «rotundamente» es a «nuestra incapacidad como país para tomar una decisión e implementarla de manera oportuna. ¡Esto no es serio!».