Ya no es sorpresa: Boeing enfrenta uno de sus peores -si no el peor- momentos financieros y operacionales, lo que la lleva a tomar una serie de medidas potentes para fortalecer su posición. Según un informe de The Wall Street Journal, la compañía está considerando la venta de unidades de negocio que no están rindiendo según lo esperado, en un esfuerzo por recaudar efectivo, y ya comenzó a desprenderse de proyectos específicos.
La junta directiva de Boeing se reunió la semana pasada en Arlington para revisar el estado de cada división, pero sin el CEO, Kelly Ortberg, que se enfocó en continuar las negociaciones para dar por terminada la huelga. El acuerdo tentativo, alcanzado el sábado, propone un aumento salarial del 35% para los trabajadores sindicalizados durante los próximos cuatro años.
Pero la huelga es una pequeña parte del problema para Boeing, que se encuentra en una posición financiera difícil, y con algunos analistas alentando rumores de una posible convocatoria de acreedores o la separación de la empresa en diferentes entidades para salvarse. Ortberg, quien asumió como CEO en agosto, busca recaudar al menos 10 mil millones de dólares de caja y anunció el despido de unos 17.000 empleados, en un intento por disminuir las pérdidas.
En línea con esta estrategia, Boeing ha concretado la venta de Digital Receiver Technology (DRT), una subsidiaria de defensa adquirida en 2008 que produce equipos de vigilancia y rastreo para el ejército estadounidense, a Thales Defense & Security. La venta, que se enmarca en los esfuerzos de Boeing por desprenderse de negocios no esenciales para aliviar su carga de deuda, marca la salida de una pequeña unidad de su división de sistemas espaciales, de inteligencia y armamento.
Aunque los detalles del acuerdo no fueron revelados, este movimiento es parte de una estrategia más amplia, que podría incluir la recaudación de hasta 25 mil millones de dólares a través de ofertas de acciones y deuda.
El backlog, salvavidas de plomo
Además, Boeing enfrenta un panorama complicado en sus operaciones comerciales: actualmente, la empresa tiene 6.197 pedidos de aviones comerciales sin entregar al cierre de septiembre. Tener semejante backlog de unidades pedidas es una gran ventaja, no? No tanto: la huelga, los problemas de calidad, la imposibilidad de incrementar el ritmo de producción y las penalizaciones por los retrasos hacen que esos miles de millones de dólares estén hoy prácticamente inmovilizados y en el futuro cercano, fuertemente restringidos por la ensalada de problemas que presenta la producción. Sumarle a ese panorama el aumento negociado por los trabajadores hace todavía más estrecho el margen.
Se espera que Ortberg haga mañana sus primeros comentarios públicos como CEO, coincidiendo con la votación del sindicato sobre el nuevo contrato y la publicación de los resultados financieros del tercer trimestre, donde Boeing ya advirtió que registrará cargos por 6 mil millones de dólares, y a los que deberá agregarle los resultados propiamente dichos. El que una vez fuera el fabricante de aviones más importante del mundo hoy se encuentra al borde del abismo, y está haciendo todo lo posible para no dar un paso al frente.