Los empleados de Boeing en Estados Unidos se preparan para una serie de despidos masivos, mientras el gigante aeroespacial avanza en su plan para reducir un 10% de su fuerza laboral en un esfuerzo por optimizar sus operaciones. Los recortes, que se implementarán a mediados de enero, afectarán roles de soporte de ingeniería y producción en varios programas comerciales y militares, incluyendo proyectos de alto perfil como los cazas F-15 y F/A-18, y el P-8 Poseidon.
El nuevo CEO de Boeing, Kelly Ortberg, anunció los despidos en una conferencia de resultados el mes pasado, explicando que las reducciones son necesarias para “redefinir prioridades y crear una organización más ágil y enfocada”. Ortberg había enfatizado entonces que los recortes se centrarían en el personal administrativo y en posiciones no esenciales, en lugar de los trabajadores de primera línea directamente involucrados en el diseño y ensamblaje de aeronaves.
“Realmente estamos enfocados en optimizar las actividades administrativas y consolidar funciones donde sea posible,” afirmó Ortberg, aunque el impacto en los roles de ingeniería sugiere que los programas de soporte militar también se verán afectados.
Un gerente de ingeniería de las operaciones de Boeing en St. Louis expresó a The Seattle Times su preocupación por los recortes, señalando que probablemente afectarán en un 10% a los roles de soporte de ingeniería, lo que contrasta con las promesas iniciales de Boeing. “Si la idea de Kelly es reducir el personal administrativo sin impactar en los programas, eso no es lo que está ocurriendo,” señaló el gerente, quien solicitó anonimato.
Además de la reducción en el soporte de ingeniería, el personal administrativo que trabaja de forma remota enfrenta mayores tasas de despido, ya que Boeing busca alinear su fuerza laboral con la nueva dirección de Ortberg. Un gerente a cargo de un equipo remoto indicó que se esperan recortes de hasta el 30% en algunos roles no relacionados con la producción.
Este esfuerzo de reestructuración coincide con los desafíos de producción derivados de una reciente huelga de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM), que concluyó el 4 de noviembre. Aunque Boeing evitó realizar despidos durante la huelga, los trabajadores de planta aún podrían enfrentarse a recortes a pesar de la necesidad urgente de la compañía de aumentar las tasas de producción.
Boeing enfrentó retrasos para aumentar la producción de su 737 MAX a 38 aviones por mes debido a problemas en la cadena de suministro y al fallo en un panel del fuselaje en un vuelo de Alaska Airlines. La huelga complicó aún más el calendario de Boeing, ya que los nuevos mecánicos contratados requerirán capacitación para restaurar la capacidad de producción completa.
La Administración Federal de Aviación (FAA) enfatizó que Boeing debe aumentar la producción con cautela para asegurar la continuidad de los estándares de seguridad y calidad, reforzando la supervisión de la agencia a medida que se reanuda la producción.
Jon Holden, presidente del sindicato de Maquinistas 751, expresó su decepción por la decisión de Boeing de avanzar con los despidos, considerando que la empresa tiene un retraso de casi 5.500 aviones en pedidos. “Los despidos en este momento serían muy poco prudentes,” afirmó Holden. “Es fundamental que nuestros miembros vuelvan a las fábricas para aumentar las tasas de producción y satisfacer la demanda de pedidos pendientes.”