El tan esperado nuevo Air Force One, un proyecto originalmente promovido por el expresidente Donald Trump, ahora se espera que sea entregado en 2029 o más tarde, según informó The Wall Street Journal. Esto representa un retraso mayúsculo para el contrato de 3.900 millones de dólares otorgado a Boeing en 2018 para reemplazar los dos antiguos 747 que actualmente están en servicio.
El proyecto ha enfrentado numerosos contratiempos, incluyendo interrupciones en la cadena de suministro, escasez de trabajadores y disputas con subcontratistas. Boeing también ha tenido dificultades para adaptar los aviones, que fueron originalmente construidos para una aerolínea rusa que nunca los recibió, para cumplir con las estrictas especificaciones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Según el informe, uno de los principales desafíos ha sido la instalación de sistemas de cableado complejos e interiores necesarios para que los aviones funcionen como una «Casa Blanca voladora».
A pesar del compromiso inicial de Boeing de entregar los aviones en 2024, un cronograma revisado publicado en 2023 retrasó la fecha a 2027. Ahora, la empresa ha informado a la Fuerza Aérea que los aviones podrían no estar listos antes de 2029 o más tarde, lo que genera preocupaciones sobre el desempeño de Boeing en contratos críticos de defensa. El contrato, de precio fijo, ya ha generado pérdidas de más de 2.000 millones para el gigante aeroespacial, lo que ha exacerbado sus desafíos financieros.
Durante su primer mandato, Trump negoció personalmente el contrato, reduciendo su costo e introduciendo un rediseño del icónico esquema de pintura azul claro y blanco, adoptado durante la administración Kennedy, a un diseño en rojo, blanco y azul. Sin embargo, su esquema de color propuesto fue abandonado en 2023 bajo la administración de Biden, citando preocupaciones sobre posibles problemas de sobrecalentamiento que podrían aumentar los costos y complicar el desarrollo.
Mientras Trump se prepara para un posible regreso a la Casa Blanca, ha expresado frustración con los retrasos de Boeing. Según The Wall Street Journal, Trump planteó el tema con ejecutivos de Boeing y cuestionó la decadencia de la empresa, afirmando: «Boeing solía ser una gran empresa estadounidense. ¿Qué les pasó?»
Desafíos y contratiempos
Además de los retrasos en la producción, Boeing enfrentó un obstáculo significativo en 2021 cuando un subcontratista clave se declaró en bancarrota. La compañía también ha tenido dificultades para encontrar trabajadores con las credenciales de seguridad necesarias para manejar los aspectos clasificados del proyecto.
Boeing y la Fuerza Aérea han evitado discutir los detalles específicos del cronograma del proyecto. Una declaración de Boeing destacó su compromiso de entregar “dos aviones Air Force One excepcionales para el país”. Se espera un cronograma actualizado para el segundo trimestre de 2025, que podría incluir más revisiones a la fecha de entrega proyectada.
El retraso es especialmente notable dado que Boeing no está construyendo los aviones desde cero. Los equipos han estado trabajando en las instalaciones de la compañía en San Antonio para adaptar los 747 existentes. Sin embargo, los problemas más amplios de Boeing con la cadena de suministro y las fallas de producción han agravado los retrasos.
Implicaciones para Boeing y la Fuerza Aérea
Los repetidos retrasos y sobrecostos financieros han afectado la reputación de Boeing como un contratista de defensa líder y han generado dudas sobre su capacidad para gestionar proyectos complejos. El programa Air Force One es uno de varios contratos del Pentágono que han tensionado la división de defensa de la empresa, provocando cambios en su liderazgo y revisiones internas.
Para Trump, los retrasos significan que probablemente no podrá volar en el nuevo avión presidencial si sirve otro mandato, perdiendo la oportunidad de presentar los aviones como un logro emblemático.
