Estimado lector, le propongo un reto: nombre una aerolínea italiana actual que no sea ITA.
Bueno, a menos que seas muy interesado en la aviación italiana, es probable que no conozca ninguna. Y no es para menos; lo que queda de la aviación italiana tras la pandemia que arrasó el sector no es gran cosa.
Esta semana, Blue Panorama (que también opera como Luke Air), propiedad del Gruppo UVET, la mayor red de agencias de viajes de Italia, notificó a la Autoridad de Aviación Civil italiana (ENAC) que interrumpía temporalmente sus actividades comerciales.
La medida fue anunciada primero por varios sindicatos locales, y luego confirmada por ENAC en un comunicado de prensa en su página web. La suspensión, dijo el regulador, fue solicitada por la propia aerolínea.
El 22 de octubre, dice ENAC, se abrió un procedimiento para suspender el COA – Certificado de Operador Aéreo – de Blue Panorama y su Licencia de Explotación de Transporte Aéreo, «en correlación con la solicitud de aclaración respecto a las deficiencias de naturaleza financiera encontradas en la compañía».
El ENAC suspende así las dos licencias de la aerolínea.
Según el sitio web L’agenzia di Viaggi, especializado en el turismo italiano, Blue Panorama también ha presentado un proceso de quiebra en el Tribunal de Milán, con el fin de «preservar el patrimonio y la continuidad de la empresa».
Blue Panorama achaca la suspensión a la falta de apoyo de liquidez por parte del gobierno italiano. A principios de la pandemia, el Estado italiano separó 130 millones de euros para las tres aerolíneas privadas más pequeñas – Air Dolomiti, Blue Panorama y Neos – pero, hasta ahora, el dinero no ha sido transferido a las compañías.
La aerolínea estaba pasando poco a poco a la marca Luke Air – con dos Airbus A330 ya con los nuevos colores – pero, desde que empezó la pandemia, su tamaño era mucho menor; este verano, apenas operaba.
De las doce aeronaves asignadas a la flota de Blue Panorama por Planespotters.net – de las cuales dos A330-200, un Boeing 737-300, un 737-400 y ocho 737-800 – sólo tres operaron la semana pasada; un A330 y dos 737-800, según datos registrados por FlightRadar24.
Y de ellos, sólo el A330 9H-RTU realizó vuelos con el código BV. Los otros, 9H-CRI y 9H-GFP, operaban vuelos turísticos desde Polonia con el código AMQ, asignado al operador chárter local AMC Aviation.
Un patrón en Italia: las grandes compañías se imponen
Aunque este caso pueda parecer aislado, muestra una pauta en el sector de la aviación italiana: cada vez más el mercado converge hacia un campo con grandes players.
Esta semana se supo que Tayaran Jet, que tiene su sede en Bulgaria pero es una aerolínea italiana de facto, con inversores sicilianos, abandonaba su contrato de continuità territoriale (continuidad territorial) por el que recibía subvenciones para rutas que conectan Trapani, en Sicilia, con Ancona, Perugia y Trieste, en la península.
https://www.facebook.com/tayaranjet/posts/290063493126976
La aerolínea achaca a la falta de pasajeros el abandono con casi dos años de antelación.
Esto significa efectivamente que la aerolínea dejará de operar vuelos regulares; Tayaran Jet intentó varias rutas desde Sicilia este verano con su flota de dos 737-300, ninguna de las cuales tuvo éxito.
«Hacer volar un Boeing 737-300, salvo en el mes de agosto, con un puñado de pasajeros, es un despilfarro para todos», dijo Gianfranco Cincotta, country manager de Tayaran Jet para Italia, en un post de Facebook.
«Se quema dinero del Estado italiano y de la Unión Europea sin retorno, ni para el Territorio, ni para la aerolínea, sino para el único beneficio de las empresas [gestoras] de los aeropuertos. Así no se puede seguir. Después de los efectos de la pandemia, los destinos de continuità territoriale, elegidos en un momento pre-COVID, ya no pueden sostenerse económicamente».
Otra pequeña compañía aérea italiana en apuros es EGO Airways. La aerolínea, que inició sus vuelos este año con un único Embraer 190, tenía previsto arrancar con dos aviones de este tipo, pero el primero, I-EGOA, se encuentra actualmente en obras de mantenimiento en Nápoles, mientras que el segundo aún no ha llegado.
Los únicos vuelos que la compañía opera actualmente, de Forlì a Catania y Palermo, son vendidos y ejecutados por Lumiwings.
EGO planea – y para ello ya está vendiendo vuelos – con sus propios aviones a partir del 1 de diciembre, conectando Forlì y Parma con una serie de otras ciudades en Italia.
Las otras compañías pequeñas en Italia son Air Dolomiti, que es propiedad del grupo Lufthansa y, por tanto, cuenta con un apoyo bastante decente; Neos, que es un gran operador de vuelos chárter; Fly LeOne, que empezó hace un mes a operar desde Pescara con un único Beech B1900; y Sky Alps, que es el único operador en el aeropuerto de Bolzano, y que ha empezado a volar este año con un Q400.
Esa temporada de invierno será ciertamente un nuevo reto para estas aerolíneas.