Los representantes de Sim Brasil, la empresa que se postula para ser una de las nuevas aerolíneas brasileñas, tienen una agenda con la ANAC para esta semana que marcaría el inicio del proceso de certificación. La información fue confirmada a AEROIN, nuestro medio asociado en Brasil, por fuentes cercanas al proceso.
La empresa, aún en proyecto, nació como Baufa Air, incluyendo la denominación social indicada en su identificador fiscal habilitado el 15 de junio. Sin embargo, el nombre comercial se cambió por el de Sim Brasil, presumiblemente para representar algo más fácil para el consumidor. La compañía espera volar con tres Airbus A320ceo a finales del primer semestre de 2023.
Información sobre el proyecto
El proyecto está dirigido por el empresario de Brasilia, Galeb Baufaker. Según ha averiguado AEROIN, un equipo ha estado trabajando en la creación de la empresa desde una oficina situada en el barrio de Jabaquara, en San Pablo.
El proceso para obtener la concesión, que garantizará a Sim Brasil el permiso para operar servicios de transporte aéreo de pasajeros y carga, tiene cinco fases, dura meses y es costoso. Al final, cuando se llega a la fase 4 del proceso, es necesario que al menos una aeronave esté en el país para que la ANAC realice algunas comprobaciones en tierra y en vuelo, antes de otorgar la concesión.
Parte del equipo que está llevando a cabo el proceso de Baufa Air proviene de Itapemirim Transportes Aéreos, empresa que suspendió sus operaciones en diciembre del año pasado. Meses más tarde, el empresario Galeb Baufaker Junior manifestó su interés en adquirir lo que quedaba de la empresa de Sidnei Piva, cuyo principal activo sería el certificado de operador aéreo de la ITA.
Para hacerlo posible, Baufaker Junior tendría que pagar todas las deudas de ITA a los pasajeros y exempleados perjudicados, negociar con los acreedores y recuperar el crédito de la empresa. La tarea podría parecer factible, ya que el empresario declaró que estaba dispuesto a aportar hasta R$ 400 millones en el negocio.
Sin embargo, días después del anuncio, renunció al trato, bajo el argumento de que había demasiada inseguridad jurídica en torno a Itapemirim. Después, la ANAC canceló la concesión de la ITA para prestar servicios de transporte aéreo, destruyendo así cualquier posibilidad de revivirla.
Con esto, Baufaker Junior tenía dos alternativas: abandonar el negocio del transporte aéreo o empezar su nueva empresa desde cero. Entonces habría optado por la segunda vía. En los próximos meses se podrá entender cómo avanza esta historia, por ahora, aún queda mucho camino por recorrer.