Dos aviadores argentinos oriundos de Rada Tilly, provincia de Chubut, completaron una travesía a lo largo de toda América a bordo de un avión experimental de fabricación propia. Juan Martín «Tinti» Escobar y Guillermo Casamayú arribaron al Aeroclub de Comodoro Rivadavia el miércoles por la noche, luego de unir Ushuaia con Alaska y haber recorrido un total de alrededor de 24.000 millas (casi 40.000 kilómetros).
La primera expedición aérea científica realizada por una aeronave experimental argentina, también conocida como «Proyecto Patagonia Alaska«, comenzó a gestarse a principios de 2013. Con el objetivo de realizar una campaña sin fines de lucro para «promover el cuidado del ambiente, potenciar la ciencia y la aviación experimental», la idea tomó vuelo.
El armado del avión y la planificación del viaje demoraron siete años. A partir de un kit experimental adquirido en Estados Unidos, comenzaron la adecuación de un Van’s RV-7, un monomotor de ala baja y dos plazas que se vende en este formato. El «Correcaminos», como lo apodaron, es propulsado por un motor a pistón y tiene una autonomía de hasta seis horas o dos mil kilómetros. Está equipado para operar sólo en condiciones visuales.
Expedición aérea científica
Aunque inicialmente lo concibieron como un medio de transporte y de diversión, luego comenzaron a considerar la posibilidad de realizar una travesía con fines científicos y divulgativos.
Según comentó Juan Martín «Tinti» Escobar en diálogo con la agencia Télam, durante los años en los que trabajaron en la puesta a punto del avión, ambos comenzaron a relacionarse con personas que habían tenido experiencias similares.
Una de ellas fue Michel Gordillo, un piloto español que a finales de 2021 completó una expedición de 76.400 kilómetros y se convirtió en el primero de la historia en realizar una vuelta al mundo en un monomotor de menos de 1.500 kilogramos de peso. «No sólo nos alentó a concluir el avión sino que nos hizo concebir la idea de un viaje por América con fines científicos», comentó Escobar.
Así, surgió la idea definitiva de unir los extremos meridional y septentrional de América con el «Correcaminos» y recoger información valiosa sobre las concentraciones de carbono en la atmósfera.
Para ello, y gracias a la colaboración de la empresa eslovena Aerosol, instalaron un «aethalómetro», un sofisticado instrumental que permite medir concentraciones de dióxido de carbono y carbono negro en la atmósfera, y proporcionar datos precisos en tiempo real.
De Ushuaia hasta Alaska (y regreso)
Los dos pilotos partieron desde Ushuaia en abril. Durante casi cuatro meses, sobrevolaron la Patagonia, el este de Argentina, el Amazonas y el Caribe antes de ingresar a espacio aéreo estadounidense. Finalmente, el 13 de julio cumplieron su objetivo y arribaron a Alaska. A finales de ese mes, el «Correcaminos» llegó a Oshkosh para participar del EAA AirVenture, uno de los festivales aeronáuticos anuales más tradicionales y concurridos del mundo.
El proyecto, declarado de interés por el municipio de Rada Tilly, aportará datos de gran utilidad sobre las concentraciones de carbono que podrán ser utilizados por la comunidad científica. La información será puesta a disposición de investigadores del Servicio Meteorológico Nacional y de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. «Esperamos que esta campaña inicie un cambio de paradigma de medición y marque el inicio de las campañas de medición a gran escala», expresaron.
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