Robin Olds y el engaño más grande de la guerra de Vietnam: A 56 años de la Operación Bolo

La Operación Bolo fue una operación militar que tuvo lugar durante la guerra de Vietnam en 1967. Se diseñó para contrarrestar la creciente amenaza de los cazas MiG-21 norvietnamitas, que habían causado importantes pérdidas a la aviación estadounidense durante la operación Rolling Thunder.

La operación fue dirigida por el general de brigada Robin Olds, un piloto de caza muy condecorado que había servido en la Segunda Guerra Mundial y en Corea.

Olds era conocido por sus tácticas agresivas y su disposición a asumir riesgos para lograr sus objetivos. Creía que la mejor manera de derrotar a los MiG era tenderles una trampa y utilizar sus propios cazas para atacarlos y destruirlos.

Para ello, desarrolló un plan que consistía en utilizar aviones señuelo que imitaran los patrones de vuelo de los bombarderos estadounidenses, con la esperanza de atraer a los Fishbed al combate.

A finales de 1966, la USAF no estaba autorizada a bombardear aeródromos norvietnamitas y sólo podía destruir cazas enemigos en el aire. Para complicar el problema, los MiG evitaban enfrentarse a los F-4 Phantom y se centraban en los F-105 cargados de bombas, y sólo iniciaban el combate cuando tenían una clara ventaja.

Olds, comandante de la 8ª Ala Táctica de Caza (TFW), y el oficial táctico del ala, el capitán John «J.B.» Stone, idearon un plan para atraer y atrapar a los MiG-21 norvietnamitas imitando una formación de bombardeo de F-105.

El 2 de enero de 1967, los F-4 de la 8ª TFW entraron en Vietnam del Norte desde el oeste utilizando la misma ruta, altitud y formación que los bombarderos F-105. También llevaban y operaban equipos de interferencia electrónica.

Todo dependía de que los MiG despegaran; si no mordían el anzuelo, el plan no llegaría a buen puerto. Para engañar a los norvietnamitas, la fuerza tenía que volar las mismas rutas de entrada, altitudes y velocidades que los F-105, utilizar las mismas rutas y altitudes de los aviones cisterna de reabastecimiento y emplear la jerga de los F-105 en las comunicaciones.

Los F-4 estaban equipados con los pods de interferencia QRC-160 que normalmente sólo llevaban los F-105, para que su firma electrónica fuera la misma, y los F-4 también volaban en las inflexibles formaciones utilizadas por los F-105 para maximizar la eficacia de los pods.

Los norvietnamitas mordieron el anzuelo y los MiG se acercaron para interceptar lo que creían que era un ataque de F-105. Al mismo tiempo, los F-4 de la 366ª TFW entraron en Vietnam del Norte desde el este para bloquear la huida de los MiG hacia China y orbitar sus bases, impidiendo el aterrizaje de los MiG.

A pesar de algunos problemas causados por el tiempo nublado, la operación Bolo tuvo un éxito resonante. Durante los 12 minutos que duró el enfrentamiento, siete MiG-21 norvietnamitas -aproximadamente la mitad de su fuerza operativa- fueron derribados sin que la USAF sufriera pérdidas.

Los norvietnamitas se vieron sorprendidos por las audaces tácticas de Olds y sus pilotos, y la operación supuso un duro golpe para sus capacidades aéreas.

Olds y sus pilotos se enfrentaron a numerosos retos en sus esfuerzos por derrotar a los MiG. Los norvietnamitas eran pilotos hábiles y experimentados, y se adaptaron rápidamente a las nuevas tácticas de los estadounidenses. Además, el clima y el terreno de Vietnam dificultaban que los estadounidenses pudieran disparar con claridad a los MiG.

A pesar de estas dificultades Olds y sus pilotos siguieron atacando, aprovechando todas las ventajas que encontraban para imponerse. Cuatro días más tarde, otra treta, esta vez imitando un vuelo de reconocimiento de un F-4, derribó otros dos MiG-21. Estas bajas paralizaron en gran medida la actividad de los MiG durante varios meses.

La operación fue un testimonio de la habilidad y valentía de Olds y sus pilotos, y sigue siendo un momento clave en la historia de la guerra de Vietnam.

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