SpaceX suspendió el primer lanzamiento de su nave Starship, diseñada para permitir el transporte de tripulantes y carga hacia la Luna y Marte. La empresa informó que sus equipos trabajarán para aprovechar la próxima oportunidad disponible aunque se deberá esperar, al menos, 48 horas.
La operación, que se realizaría desde la instalación de lanzamiento Starbase, en Boca Chica, Texas, estaba programada para hoy. Sin embargo, debió ser cancelada por un problema en una válvula de presurización. Con casi 120 metros de longitud y la capacidad de transportar más de cien toneladas de carga, se trata del vehículo de lanzamiento más grande y poderoso jamás construido.
Ver también: Regreso a la Luna: finaliza con éxito la misión Artemis I tras el amerizaje de la cápsula Orión
SpaceX, Starship y el regreso a la Luna
La NASA seleccionó a la cápsula Starship para su programa Artemis, previsto para comenzar el año próximo con el objetivo de llevar nuevamente astronautas a la Luna en 2025. Se trata de un proyecto secuencial de largo plazo para establecer presencia humana estable en nuestro único satélite natural y desarrollar bases desde donde enviar misiones a Marte a partir de la próxima década.
El pasado viernes, la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos concedió a la compañía aeroespacial de Elon Musk la licencia necesaria para lanzar el cohete por primera vez hacia la órbita terrestre y así dar inicio a una nueva etapa de sus vuelos de prueba, cruciales para los objetivos de SpaceX.
La nave Starship
Starship consta de un gran propulsor para la primera fase del lanzamiento llamado «Super Heavy», de 70 metros de longitud, y una sección que contiene espacio para almacenamiento de carga y la cápsula para el transporte de la tripulación, de 50 metros de longitud.
Si bien el programa ya superó múltiples pruebas de vuelo suborbital, hasta el momento Starship nunca alcanzó la órbita terrestre impulsada por su configuración completa de propulsor y cápsula. Es por ello que el lanzamiento significará un paso importante para concretar las misiones tripuladas hacia la órbita lunar a partir del año próximo.
Una vez lanzados, el propulsor se separaría del resto del equipo y se dirigiría hacia el Golfo de México, mientras que la cápsula continuaría su viaje hacia la órbita. Luego reingresaría a la atmósfera terrestre y aterrizaría de forma vertical en una plataforma sobre el Océano Pacífico, ubicada a unos cien kilómetros de la costa noroeste de Kauai, en el archipiélago de Hawái, noventa minutos después del lanzamiento. Ambos son completamente reutilizables.
SpaceX aceleró las pruebas de su nave Starship a partir de 2020, aunque el programa sufrió demoras. Algunos de los primeros lanzamientos acabaron en explosiones y pérdida completa de los prototipos. No obstante, la compañía los había fabricado con la intención de que fueran prácticamente desechables.
Desde entonces, cada una de las pruebas sirvió para mejorar el diseño y lograr la autorización de rigor por parte de las autoridades regulatorias. Ahora sólo resta esperar la concreción del histórico primer lanzamiento, que significará un hito de esta nueva etapa de colaboración público-privada en la exploración espacial.