Las autoridades rusas certificarían el nuevo motor de fabricación nacional PD-8, que impulsará al Suhkoi Superjet 100, en septiembre próximo. Así lo aseguró ayer Oleg Bocharov, viceministro de Industria y Comercio, en una reunión sobre el presente y futuro de la industria aeronáutica local.
Si bien en un principio se preveía que la certificación se completara en 2024, la situación que vive la industria rusa, atravesada por las sanciones internacionales, motivó un adelantamiento de los plazos. Los primeros aviones equipados con la nueva planta motriz comenzarían a operar de forma regular a finales de este año, de acuerdo con el funcionario.
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El nuevo Sukhoi Superjet 100, completamente ruso
El pasado 24 de noviembre finalizaron las pruebas aerodinámicas del Sukhoi Superjet 100 completamente ruso, conocido como SSJ-NEW. Se trata de una modificación del modelo de pasillo único que voló por primera vez en 2008 y significó la primera gran apuesta aerocomercial rusa en este siglo. Su desarrollo fue fruto de la cooperación con una treintena de proveedores internacionales.
Sin embargo, y como consecuencia de la sustitución de componentes y sistemas importados por otros de fabricación nacional que lleva a cabo Rusia, por primera vez su fabricante prescindirá por completo de los elementos extranjeros en su composición.
Una de las principales novedades de la variante radica, justamente, en la incorporación de una planta motriz desarrollada y fabricada en el país. En síntesis, se trata de una más de las medidas implementadas por el gobierno nacional para sostener la industria aeronáutica local a pesar de las sanciones externas.
Las sanciones aplicadas por la Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, que restringen a Rusia la posibilidad de importar aeronaves y piezas de fabricación occidental, sumaron presión a la producción aeronáutica tras la invasión militar a Ucrania, en febrero de 2022.
Como respuesta, la administración rusa comenzó a implementar una serie de medidas de promoción de la industria local y enfatizó la necesidad de reducir al máximo posible la dependencia de los insumos extranjeros. Disminuir la importación de componentes e incentivar la actividad propia de los fabricantes nacionales resulta clave para sus intenciones.