El 21 de mayo, a sus 91 años, murió Donald Bateman. Si te digo que fue un ingeniero eléctrico canadiense que nació el 8 de marzo de 1932 en Saskatchewan, no te agrego mucho. Si te digo que de su cabeza nació el Sistema de Alerta de Proximidad al Terreno (Ground Proximity Warning System – GPWS), te cuento la historia de un hombre que salvó miles de vidas. Bill Vos, de la Flight Safety Foundation, dijo alguna vez «Don Bateman probablemente ha salvado más vidas que ninguna otra persona en la historia de la aviación».
Bateman comenzó su carrera en Sundstrand Corporation (más tarde Honeywell) tras licenciarse en ingeniería eléctrica en la Universidad de Saskatchewan. Pasó la mayor parte de su carrera como Ingeniero Jefe de Aviónica de Seguridad de Vuelo en Honeywell, donde desarrolló sistemas de aviónica de vuelo innovadores y rentables.
El GPWS, su logro más significativo, fue inventado a finales de los años sesenta. En la actualidad, Estados Unidos exige la instalación de GPWS en los reactores que transporten seis o más pasajeros. Esta tecnología le generó mil millones de dólares a Honeywell, empresa de la que se retiró en 2016.
Bateman era titular de más de 40 patentes estadounidenses y 80 extranjeras sobre sistemas de evitación del terreno en aeronaves, pantallas de visualización frontal, sistemas de control de velocidad/aceleración automática, sistemas de advertencia de entrada pérdida, sistemas de control automático de vuelo de aeronaves y sistemas de peso y equilibrio. Pero fue el GPWS el sistema que le dio reconocimiento mundial.
Con su equipo de ingenieros de Honeywell, Bateman inventó el GPWS original y posteriormente mejoró estos dispositivos. Cada cinco años, su equipo «[ideaba] un nuevo modelo, no porque la tecnología hubiera mejorado, sino porque sabíamos que podíamos mejorarlo».
Estos avances condujeron a la creación del Sistema de Alerta de Proximidad Terrestre Mejorado (EGPWS), que incorpora el GPS a su análisis del terreno, lo que le permite predecir la trayectoria de la aeronave y el terreno que tiene por delante durante varios kilómetros. También se centra en hacer más seguros los aterrizajes y despegues, que son los aspectos más peligrosos del vuelo.
Bateman fue reconocido por sus contribuciones con varios premios, entre ellos su ingreso en el Salón Nacional de la Fama de los Inventores (2005), el Premio al Logro del Instituto de Investigación Industrial (2001), el Trofeo Cumberbatch de GAPAN por una contribución personal importante a la mejora de la seguridad aérea internacional (1996), la Medalla Nacional de Tecnología e Innovación (2010) y el Philip J. Klass Lifetime Achievement de la revista Aviation Week & Space Technology (2013).