Después de un año de resistencia, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, ha accedido a respaldar la solicitud de Suecia para unirse a la OTAN. Este giro en la postura de Turquía se produce tras un encuentro entre Erdoğan, el primer ministro sueco Ulf Kristersson y el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Stoltenberg declaró que «Suecia se convertirá en un miembro de pleno derecho de la alianza» y que Erdoğan se comprometió a avanzar en el proceso de adhesión de Suecia. Como parte del acuerdo, Stoltenberg también acordó crear un nuevo puesto de «Coordinador Especial para la Contraterrorismo» en la OTAN.
La postura de Turquía cambió tras la promesa de Suecia de apoyar activamente los esfuerzos de Turquía para revitalizar su solicitud de membresía en la Unión Europea, parte de un acuerdo de siete puntos entre los dos países. Suecia también se comprometió a no apoyar a otros grupos militantes kurdos y a impulsar la cooperación económica con Turquía.
Este cambio de actitud se produce tras más de un año de discusiones para lograr que Turquía y Hungría aprueben la entrada de Suecia y Finlandia en la alianza. La adhesión de ambos países, que han sido durante mucho tiempo estrechos colaboradores de la alianza occidental, fue fácilmente aprobada por la mayoría de los miembros de la OTAN, siendo Turquía la última resistencia. Finlandia se unió en abril tras la aprobación del parlamento turco en marzo.
La decisión de Suecia y Finlandia de unirse a la OTAN, impulsada por la invasión rusa a Ucrania, aportará un poder de combate significativo a la alianza gracias a las robustas capacidades de sus Fuerzas Aéreas. Ambos países han desarrollado una sólida interoperabilidad con sus vecinos de la OTAN a través de varios ejercicios bilaterales y multilaterales.
Esta integración se ha facilitado al adoptar progresivamente los estándares de la OTAN para sus sistemas de armas y compartir una visión geopolítica similar en cuestiones de seguridad europea.
¿Qué aportarán Suecia y Finlandia al poder aéreo de la OTAN?
La Svenska flygvapnet (Fuerza Aérea Sueca) cuenta con entre 65 y 70 unidades del caza ligero JAS-39 Gripen en su variante C como principal medio defensivo/ofensivo. Aunque ya tienen sus años, los Gripen C han sido sujetos a varios trabajos de modernización, permitiéndoles mantener su eficacia en combate. Además, Suecia ha encargado a SAAB la fabricación de 60 Gripen serie E, una versión más potente y capaz del JAS-39C.
En términos de aviones de misión especial, Suecia posee dos aviones Gulfstream IV modificados para realizar misiones de reconocimiento electrónico y dos aviones de alerta aérea temprana SAAB 340 AEW equipados con un radar Erieye. También cuenta con cinco Lockheed C-130H Hércules para logística y transporte, además de una flota de helicópteros.
El siguiente paso, según el acuerdo, es que Turquía transmita «el Protocolo de Adhesión para Suecia a la Gran Asamblea Nacional, y trabajará estrechamente con la Asamblea para garantizar la ratificación».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acogió con beneplácito el acuerdo: «Estoy listo para trabajar con el presidente Erdoğan y Turquía para mejorar la defensa y la disuasión en el área euroatlántica».
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, aseguró que su país no sería el último en oponerse a la membresía de Suecia. Con una de las fuerzas armadas más capaces de Europa, la entrada de Suecia y Finlandia a la OTAN reforzará el control de la alianza sobre el Mar Báltico.
La noticia elimina un gran obstáculo para Stoltenberg y los líderes de la alianza, que también están lidiando con las demandas de Ucrania para que se le dé un camino claro hacia la membresía.
