[Reporte de vuelo] SKY Airline a Bariloche: El “travel rock” de los no tan egresados

Gustavo Roe

Bueno… creo que me extrañaban.

Y es que no había tenido la oportunidad de viajar en avión últimamente. De hecho, ahora suelo usar más el coche para cruzar la frontera, ya que los vuelos al sur de Argentina generalmente implican una conexión en Buenos Aires o en la encantadora Córdoba. Sin embargo, no voy a aburrirlos con los detalles del viaje en coche por el sur. Más bien, quiero compartir cómo personas adultas y comunes, como yo, pueden volar a un destino soñado partiendo de Ciudad Gótica (o como le dicen en español, Santiago de Chile).

Ver también: [Reporte de vuelo] SKY Airline a Aeroparque: competencia sin rival

Esta ruta era nueva para mi… y todo lo que conlleva una ruta nueva. Pasar pegado a la ventana del avión mirando como niño de 4 años.

Este vuelo fue una cortesía de la aerolínea SKY Airline, por lo que les agradezco enormemente haberme permitido pasar el fin de semana con mi novia (nótese mi ubicuidad al no escribir polola).

H2-1541 Santiago de Chile – Bariloche

¿Recuerdan que les mencioné sobre un autobús que te lleva al aeropuerto por el precio de un pasaje de metro? Bueno, pensé que tenía suficiente tiempo y decidí probar la combinación de metro y autobús. Partí desde mi casa hacia la Estación Pajaritos en la Línea 1 del Metro de Santiago, y de allí tomé el autobús número 555, que va casi directamente al aeropuerto. Sí, finalmente probé esta combinación para ver qué tal funcionaba.

Les comento que el viaje me costó $790 CLP por ser día feriado y $810 CLP en tarifa alta. Si tomas la combinación metro-autobús dentro de 2 horas, el segundo tramo es gratis. Esto es casi 1 dólar estadounidense por todo el recorrido, en comparación con los 3 dólares que cuesta el microbús de CentroPuerto – TurBus o los casi 30 dólares de un taxi privado. No entraré en detalles sobre los servicios de transporte por aplicación, ya que anteriormente les conté la gran aventura que viví con ellos.

Una vez pagado el pasaje, pude viajar cómodamente sentado. El bus es de la línea RED, parte de las licitaciones del transporte urbano del Gran Santiago. Es eléctrico, por lo que no emite contaminantes. Además, cuenta con puertos USB para cargar el celular sin inconvenientes y aire acondicionado que enfría a tal punto que parece congelar hasta los pensamientos.

Pero siempre hay un «pero»… Cuando tomé el autobús, estaba al lado de los dos servicios normales al aeropuerto (CentroPuerto y TurBus) y aproveché para comparar el tiempo de transporte de un punto a otro. Por normativa, el autobús no puede circular a más de 50 km/h, así que el viaje fue bastante lento, por lo que el viaje fue un “Paseando a Miss Daisy” digno de los años 30. Las otras compañías usan buses a combustión que pueden superar los 90 o 100 km/h (#NoDebíEscribirEsto).

Otra cosa a tener en cuenta es que el autobús te deja en la terminal “Pehuén”. Por lo tanto, después de bajarte, tienes que cruzar la calle para esperar el bus de acercamiento que proporciona la Concesionaria de Nuevo Pudahuel, especialmente para aquellos que se estacionan allí y viajan vía Terminal 2 o Terminal 1. Los otros buses te dejan directamente en los terminales, lo que te permite bajar e ingresar de inmediato para embarcar. Pero, considerando el precio, pensé “está bien, no hay problema”. Además, el 555 Miss Daisy nos dejó 15 minutos más tarde que un micro normal y 10 minutos más considerando el bus de acercamiento. Por eso digo, si tienen tiempo y quieren ahorrar, es una buena opción.

 

Al llegar al terminal nacional en el bus de acercamiento, que te deja en el primer piso de la Terminal 2 – Internacional, tuve que subir por las escaleras automáticas hacia la puerta de migraciones. Aquí me encontré con otra sorpresa, bastante inesperada. La fila para migraciones era increíblemente larga, daba cuatro vueltas fuera de la puerta de ingreso y siete –sí, siete– vueltas dentro, antes de llegar a la caseta de la Policía de Investigaciones (PDI). ¡Siete vueltas en total! Y esto en un fin de semana largo, con vuelos internacionales despegando cada cinco minutos. A esas alturas, me arrepentí de cada minuto que el autobús «Miss Daisy» se demoró, y de mi decisión de viajar en él, porque aunque salí temprano de casa, entre las demoras y todo, llegué dos horas antes de la hora de embarque.

Yo me acordaba de Francella…

En informes anteriores, ya me había quejado de la escasa dotación de personal en las casetas de la Policía de Investigaciones de Chile, en su departamento de migraciones.

Realmente insisto en que hay fechas en las que se justifica plenamente el uso de todas las casetas y la organización de turnos para asegurar que no falte nadie y que todos puedan tener sus descansos merecidos.

Sin embargo, parece que entre la Concesionaria y la Policía no hay una coordinación efectiva o confianza para trabajar juntos, especialmente en un día feriado con más de 2000 personas viajando en menos de una hora.

Yo, con cierta osadía, le pregunté a un funcionario de la Concesionaria si podía hacer algo, ya que me quedaba una hora antes del cierre de puertas del avión y veía que la fila no avanzaba. Le mostré mi boleto, pero se excusó diciendo que “si te dejo pasar a ti, tendría que dejar pasar a toda la fila”, mostrando cero comprensión.

Y ni hablar del oficial de la PDI que estaba más adelante… Le di la misma explicación y, con cara de enojo, me respondió que debía haber llegado más temprano. Entiendo que el funcionario policial estuviera cansado de tanta gente y tantas preguntas, pero no lo comparto.

Bueno, yendo…

Si no fuera por la chica de AVSEC, que milagrosamente me ayudó a saltar la fila y luego correr los 100 metros planos, no hubiera llegado. Así de simple, sin rodeos. Porque cuando llegué, jadeando por aire y pidiendo agua, la empleada de Swissport que gestionaba el embarque en el vuelo ya estaba llamándome por el altavoz. Exhausto y caminando porque no podía más, le expliqué lo sucedido en migraciones. “Ya ya, ¡pero apúrese!!” … “pará, flaca… voy con menos nafta que #MeReservoLoQueDije…”, le respondí, casi sin aliento. Finalmente, entré al avión y la jefa de cabina me preguntó qué pasaba. Les conté lo mismo y de inmediato se notó en sus caras que íbamos a salir tarde. Yo ya pedía agua como Camello del Sahara a esas alturas, pero no me vendían porque no estaba listo el servicio. ¿Como te digo hermano que gasté todo el tanque?

“¿Por qué siempre corro a los vuelos?”, me preguntaba… mientras el Miss Daisy pasaba por mi mente. Por cierto, reitero mi pedido: si va a etiquetar en Instagram, por favor, procure no ponerle como todo termocéfalo “Aeropuerto A. Benítez” al aeropuerto. POR FAVOR!

Bien… procuré enfocarme en lo que es aeronáutica. Viajaba en el A320neo CC-AZF, de 5.2 años y paso por el hub de Lima. Estábamos saliendo del puente C08 y yo con el asiento 17F que agradecí al ver la foto que les muestro acá… IBA SOLO!!

Con un atraso de 20 minutos por espera de pasajeros salimos por la vía «zulu» y luego, para mi sorpresa, tomábamos tango. Y es que la pista 17R está en reparaciones en su umbral, por lo que lo tiene desplazado como “pista 16” y se utiliza el RNAP para aterrizajes.

Así que camino a la 17L para despegue y 10 minutos más tarde los Leap del A320neo emitían su clásico sonido. CFM, obvio… no PW. Esperaba un TO/GO pero no, fue normal.

De ahí, luego de alcanzar altura crucero, la ruta fue bordeando la Cordillera. Y acá es donde me detengo… luego de 1 hora de viaje vi en mi ventaba el Volcán Villarrica. Yo que lo veo desde abajo cuando cruzo en auto ahora lo veía desde arriba y wow!… espectáculo.

Mientras tanto me tomaba un agua sin gas que tiene un costo x2 comparado con una comprada en el comercio fuera del aeropuerto además de una hamburguesa porque ya el estómago reclamaba.

Lamentablemente fue mi opción al momento de compra porque el catering no cargó el clásico croissant de queso y jamón. Una lástima, además de que la hamburguesa venía fría y tuve que pedir que la calentaran. Eso si, destaco a la tripulación casi 100% varonil. Fueron MUY amables en todo momento y es destacable.

Como saben, suelo leer libros, pero como la ruta era nueva, no podía perder oportunidad de ver paisaje y sacar fotos.

Al llegar a la cuadra de Puerto Montt giramos a la izquierda en dirección a la hermosa República de Argentina. 7 minutos más tarde comenzábamos descenso y la aproximación fueron demasiadas vueltas… al revisar FlightRadar24 me di cuenta que nos mandaron a espera cruzando el Lago Nahuel Huapi.

El aterrizaje por la pista 29 si los cálculos no me engañan no fue con ILS… y clavamos tren en el Aeropuerto Teniente Candelaria en la hermosa Bariloche… por fin estaba en Bariló, ¡aunque mi espalda me pedía perdón!

Acá lo lindo… nos tocó manga y la salida fue muy expedita. Y ni les cuento migraciones… todo fluyendo sin problemas, aunque el de migraciones que me tocó me interrogó como si fuese delincuente…

“…A donde va?..” “…A qué viene?…” “…Donde se queda?…” “…Por qué viene a Bariloche si va a San Martín de los Andes?…”

Calma, Detective Conan… ¡vengo en la buena onda!

Saliendo de ese trámite, a pasar la aduana. Y lo expedito del trámite aunque no traía equipaje salvo mi mochila con ropa y regalos para la doña… aunque esta vez sin miel y salí libre al mundo de Bariloche, para luego concurrir a una oficina que tiene la empresa de buses “Via Bariloche” dentro del mismo aeropuerto en el primer piso.

Una maravilla, no tuve que ir a la terminal y solo salí del aeropuerto para tomar el bus en el paradero que está afuera del primer nivel. Lo único malo es que el chico que me vendió los pasajes no emite los boletos impresos, te los manda al mail y conectarse al internet, ese día, era difícil. Además, solo tienen venta en pesos argentinos y no quiso venderme el ticket de vuelta; resultado: me tuvieron que ir a dejar mis suegros a Bariloche en el vuelo de regreso porque no había asientos en el bus de las 09:00 del domingo.

Finalizando este reporte, detallo lo siguiente:

SKY es la única aerolínea que te ofrece el tramo desde Santiago a Bariloche sin la necesidad que seas un estudiante de segundaria yendo o en Andes Líneas Aéreas o en JetSMART como viaje de egresados…. Y se agradece montón, porque muchas personas tienen acceso a un destino maravilloso sin la necesidad de pasar o por Osorno desde Chile o por Buenos Aires desde Santiago.

Como dije en el pasado reporte, a bordo el servicio es tal como de low cost. Debes pagar por todo servicio. Eso sí, la atención de la tripulación (salvo la de la jefa de cabina que ese día andaba de mal genio parece), fue un 10 y me hizo recordar a la antigua LAN. Es segunda vez que destaco al personal de cabina y bien que van haciéndolo costumbre.

Con respecto al precio… si bien el pasaje fue de cortesía, al ver el costo antes de 15, 7 y 2 días no me parece tan caro. Se aplican los impuestos correspondientes y se debe tener en cuenta que, más adelante, algunos impuestos puede que no estén (Hola a todos, yo soy el león!!… #AhNoPará). Y te evitas pagar un ticket adicional por escala.

¡Excelente destino de SKY!… y si bien la ocupación del vuelo de ida no fue tan lleno, en el de vuelta solo sobraban 3 asientos, por lo que creo que el vuelo se justifica tanto en invierno como en verano.

Y les sigo diciendo… les debo uno analizando al Cóndor. ¡Un deseo impostergable!

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