Todo comenzó en Santiago de Chile, durante la última edición de la Feria Internacional del Aire y del Espacio. En el primer día de cobertura, Pablo (Diazpez) nos reunió a mí y a Ismael en la sala de prensa y nos dijo “chicos, el jueves vamos a Airbus Chile a conocer el simulador”.
La noticia no la esperábamos y además de ponernos contentos, nos puso muy ansiosos: ¡Imagínense! íbamos a conocer un lugar que hasta el momento sólo habíamos visto por fotos y por algún posteo en redes de algún piloto de una línea aérea.
El jueves, y luego de haber estado en FIDAE, Pablo, Ismael y yo subimos al auto, programamos el GPS y salimos con dirección a la avenida Alcalde Fernando Castillo Velasco 7941. Por delante teníamos unos 30 kilómetros los cuales nos llevarían, según Waze, 30 minutos de viaje. Finalmente llegamos 50 minutos después: nos falló el roaming por lo que el gps se tomó unos minutos de descanso y en consecuencia no agarramos la salida correcta de la autopista Costanera Norte, pero llegamos.
El edificio de Airbus Chile está ubicado al oeste de Santiago, en el Aeródromo Eulogio Sánchez (Tobalaba). En lo personal era la primera vez que iba y lo último que esperaba encontrarme en esa zona, era un aeródromo.
El ingreso al predio podría confundirse tranquilamente con el acceso a un barrio privado. Cuando llegamos nos anunciamos con un guardia que nos pidió los documentos de identidad y luego nos dejó ingresar. Al costado de la calle principal, por la que íbamos circulando, había otra calle, pero con la particularidad que era una calle de rodaje exclusiva para la circulación de los aviones que “duermen” allí. Creo que era más normal ver personas circulando en aviones que en auto, muy futurista.
Ya dentro y luego de unos minutos en auto llegamos al edificio de Airbus, donde nos volvieron a pedir los documentos y el nombre de la persona que nos había citado, mucha seguridad y control, justificado debido al lugar al que llegábamos. Después de una breve espera ingresamos y estacionamos el auto justo al frente de uno de los hangares donde se veía uno de los helicópteros de Airbus, al que le estaban haciendo un chequeo de mantenimiento.
Allí nos estaba esperando Sebastián, nos recibió con mucha energía y nos comenzó a mostrar las instalaciones de Airbus Helicopters. Mientras caminábamos por el edificio, nos contaba sobre la inauguración del segundo simulador.
Airbus inaugura su segundo simulador FFS en el Airbus Chile Training Centre
En el recorrido nos cruzamos con tripulación de mando de Sky Airline, que estaban “haciendo simulador”. Tras caminar por un largo pasillo llegamos a una habitación con vista privilegiada a la plataforma del aeródromo, donde estaban estacionados 3 helicópteros Airbus, y detrás de ellos la Cordillera de los Andes.
Siguiendo con el recorrido, pasamos a un pequeño cuarto donde tenían una representación de los controles y tableros del A320, todo con pantallas táctiles. Nos contaba Sebastián que allí los pilotos entrenaban diferentes procedimientos, identificaban las diferentes secuencias que debían ejecutar y memorizaban dónde estaban los “botones” que debían accionar.
Finalmente llegó el momento, – ¿Están listos para conocer el simulador? nos dijo y al unísono le respondimos – ¡Siiiii! Fue ahí cuando nos invitó a pasar una puerta y del otro lado estaban lo que para mí eran 2 “AT-ST” del Imperio Galáctico de la película de Star Wars: los dos simuladores de A320.
El lugar es sorprendente, ver esos dos gigantes desde lo alto moviéndose es como estar viendo como filman una película, esa era mi sensación en ese momento.
Luego de unos minutos uno de los simuladores se detuvo, se extendió la rampa de metal que lo separaba del lugar en donde estábamos y se abrió la puerta, de él descendieron 3 personas: 2 pilotos y el instructor.
Para ese momento la experiencia ya estaba completa. El instructor se acercó y se presentó, nos contó que hacía varios años trabajaba allí, y que anteriormente había sido comandante de A320 y A330. Luego de una breve charla nos invitó a subir y en ese momento la adrenalina invadió todo mi cuerpo.
Pablo, Ismael y yo junto con el instructor y dos personas más de Airbus, que nos iban acompañando en la visita, subimos al simulador. El espacio era reducido y estaba dividido (imaginariamente, porque no tenía divisiones físicas) en dos partes; la primera: en donde el instructor programaba el entrenamiento desde una computadora, donde también había dos pequeños asientos y delante de eso la copia exacta de la cabina del A320.
Llegó el momento de ser piloto por un rato. Pablo ya había vivido la experiencia del simulador en Boeing, así que no había muchas opciones, éramos dos y teníamos que ponernos imaginariamente las tiras de comandante y primer oficial. Ismael de comandante y yo de primer oficial, él a la izquierda y yo a la derecha, Pablo hacía sociales al fondo.
El instructor nos hizo un mini briefing explicando algunas cosas básicas como para poder “jugar” un rato. El «comandante» Ismael sumaba horas de “Flight Simulator”, muchos videos de YouTube y hasta tenía leído un manual de entrenamiento de A320. El primer oficial casi 10 años de hacer peso y balance de A320 y algunos vuelos en cabina para validar los cursos.
Acomodamos los asientos, nos pusimos los cinturones y llegó el momento de darle potencia a la palanca para despegar de la pista 17L del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de la ciudad de Santiago. Ismael tenía el control del avión y mientras íbamos en carrera de despegue le canté “V1”, “Rotate” y en ese momento despegó el avión. Unos segundos después me pidió que retrajera el tren y que configurara los flaps para la siguiente etapa del vuelo. El despegue había sido todo un éxito, pero había que prepararse para lo siguiente.
Una vez que despegamos y mantuvimos un tiempo el avión nivelado, el instructor dijo: -Ahora lo vamos a aterrizar, ¿quién lo va a hacer? Hasta ese momento venía todo bien, así que siguiendo con el dicho “equipo que gana no se toca”, Ismael sería el encargado de aterrizarlo. De repente se apagó todo y por arte de magia al frente nuestro estábamos en final de la pista 17L del aeropuerto de Santiago.
Recibimos nuevamente instrucción, en este caso para aterrizar el A320 y allá fuimos, configuramos flaps, tren abajo y comenzó la cuenta regresiva en cabina respecto a la altura mientras descendíamos: 50,40,30,20, RETARD, RETARD y acto seguido aterrizamos. La verdad que fue un buen aterrizaje por ser la primera vez, así que el veredicto fue que el comandante Ismael estaba aprobado.
La experiencia en el simulador de Airbus fue única, como mencioné hace un rato, yo pude volar en cabina anteriormente gracias a mi licencia de despachante de aviones, pero esto fue diferente ya que, aunque era un simulador, los nervios y la presión de tener que hacer las cosas bien para que el avión responda como queríamos estaban presentes.
Los ruidos, el movimiento, el cockpit, las alertas, ¡todo! estaba exactamente igual que en un avión real. Siempre respeté y admiré a los pilotos, pero luego de vivir la experiencia de la responsabilidad que tienen mi admiración y respeto es aún mayor y ojalá todos los que no son pilotos pudieran pasar por esa experiencia para luego:
- Preguntarles si en una situación extrema son capaces de aterrizar un avión y
- Para que todos aquellos que no siendo pilotos critican y dudan sobre decisiones o actuaciones, valoren y respeten la profesión.
No olviden que la seguridad es lo principal en la aviación, quienes hacen que los pasajeros lleguen sanos y salvos de un lugar a otro son los pilotos. Si un vuelo se demora, se cancela o aterriza en el aeropuerto de alternativa no es por capricho, es porque están priorizando la seguridad de todos los que van dentro del avión.
Gracias Airbus por permitirnos vivir la experiencia.