La NASA tomó la decisión de aplazar el regreso de los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, quienes permanecerán en la Estación Espacial Internacional (ISS) hasta febrero de 2024. Este cambio se debe a preocupaciones de seguridad acerca del módulo Boeing Starliner, que ha experimentado una serie de fallos técnicos desde su lanzamiento en junio.
Lo que comenzó como una misión de prueba de una semana se convirtió en una estadía de más de ocho meses para estos experimentados pilotos. Los problemas comenzaron con fallos en los propulsores y fugas de helio durante su misión inicial, lo que llevó a una serie de pruebas y debates dentro de la NASA para determinar la viabilidad de un regreso seguro a la Tierra.
El Administrador de la NASA, Bill Nelson, explicó que «un vuelo de prueba por naturaleza no es ni seguro ni rutinario,» y que la decisión de retrasar el regreso de los astronautas es un reflejo del compromiso de la agencia con la seguridad. La Starliner vacía intentará regresar de forma autónoma en septiembre, aterrizando en el desierto de Nuevo México, lo que será un paso crucial para evaluar la capacidad de la cápsula antes de intentar nuevos vuelos tripulados.
Boeing, que había depositado grandes esperanzas en este primer vuelo tripulado para revitalizar su programa espacial tras años de retrasos y sobrecostos, aseguró que se está preparando la nave para un regreso seguro sin tripulación. A pesar de este contratiempo, la compañía sigue confiando en que los problemas podrán ser resueltos y que la Starliner podrá realizar vuelos tripulados en el futuro.
During today’s Agency Flight Readiness Review, NASA decided to autonomously return Starliner from the International Space Station. pic.twitter.com/rVkYhVSJPR
— Boeing Space (@BoeingSpace) August 24, 2024
Wilmore y Williams, ambos capitanes retirados de la Marina de los EE. UU. con experiencia en vuelos espaciales de larga duración, se encontraban preparados para las sorpresas inherentes a la prueba de una nueva nave, aunque no esperaban una extensión de misión tan prolongada. Durante una conferencia de prensa orbital el mes pasado, ambos expresaron su confianza en las pruebas que se estaban llevando a cabo en los propulsores y su disposición para continuar colaborando en los trabajos de la ISS.
Mientras tanto, la NASA tuvo que ajustar otros planes. La cápsula de SpaceX actualmente acoplada a la ISS está reservada para los cuatro residentes que han estado allí desde marzo, y que regresarán a la tierra a finales de septiembre. Ante la falta de espacio en la cápsula de SpaceX y en la cápsula rusa Soyuz, Wilmore y Williams deberán esperar al próximo vuelo de SpaceX en febrero.
La agencia espacial también descartó la posibilidad de una misión de rescate rápida con un vehículo SpaceX, similar a la operación que llevó a cabo la agencia espacial rusa el año pasado cuando una cápsula Soyuz fue dañada por el impacto de objetos en el espacio.
NASA sigue confiando en Boeing a pesar de los problemas recientes y mantiene la esperanza de que la Starliner pueda superar sus desafíos técnicos. La agencia busca que ambas compañías, Boeing y SpaceX, continúen siendo competidores en el programa de vuelos tripulados, un esfuerzo iniciado hace más de una década para asegurar múltiples opciones de transporte para astronautas en la era posterior al transbordador espacial.