Aerolíneas de fomento vs aerolíneas de bandera: ¿Inversión social o competencia en el mercado?

Mauricio Sana


El autor es CEO de Flybondi


En los últimos tiempos, se ha dado lugar a una confusión considerable respecto a los términos aerolínea de fomento y aerolínea de bandera, conceptos que, aunque a menudo se utilizan indistintamente, tienen misiones y propósitos muy distintos. Es esencial para el debate público -sobre todo cuando todos nos consideramos expertos- y la toma de decisiones de política aeronáutica que estas diferencias se entiendan claramente, especialmente cuando se trata de evaluar el impacto y el rol de las aerolíneas en el desarrollo de un país.

¿Qué es una aerolínea de fomento?

Una aerolínea de fomento tiene un propósito claro: conectar regiones remotas, desfavorecidas o con limitaciones de infraestructura donde la operación comercial no es rentable por escasez de demanda regular. Este tipo de modelo es el llamado a operar las rutas no rentables de un país como un mandato de compromiso social. Estas aerolíneas reciben subsidios estatales porque no operan con fines de lucro, sino como una herramienta clave para el desarrollo económico y social de áreas que, de otro modo, estarían aisladas.

Por ejemplo, en Argentina, una aerolínea de fomento como LADE (Líneas Aéreas del Estado) puede conectar poblaciones o ciudades que nos son atractivas en términos de mercado para aerolíneas comerciales. Su valor no se mide en términos de rentabilidad, sino en términos de cohesión territorial y acceso a servicios esenciales. En estos casos, las tarifas para los pasajeros están subsidiadas, ya que la falta de conectividad sería mucho más costosa para el desarrollo social y económico de esas áreas.

DHC-6 Twin Otter de LADE en el aeropuerto de Río Mayo

Modelos más avanzados sugieren la posibilidad de diseñar programas integrales de fomento, donde los estados cumplen el rol social a través de programas con cualquier tipo de aerolínea, buscando subsidiar la conectividad de los pasajeros.

Aerolínea de bandera: un símbolo de identidad nacional

Por otro lado, una aerolínea de bandera tiene un rol muy diferente. Estas aerolíneas nacen como emblemas nacionales con un fuerte componente simbólico y reputacional -proyección de poder y diplomacia internacional- pero operan en rutas comerciales tanto nacionales como internacionales, donde la demanda es alta y el mandato es ser autosostenibles. Si bien pueden tener orígenes públicos y recibir apoyo estatal, una aerolínea de bandera no tiene la misión de operar en rutas no rentables, sino que debería competir en igualdad de condiciones con otras aerolíneas comerciales. Claramente no existe relación entre ser una aerolínea de bandera y el origen de sus fondos, que pueden ser privados, públicos o mixtos.

Aquí surge la distorsión en el mercado: cuando una aerolínea de bandera, subsidiada por el Estado, compite en rutas comerciales que deberian ser rentables, genera un impacto negativo en las aerolíneas privadas que invierten en esas mismas rutas. El uso de fondos públicos para sostener operaciones comerciales es cuestionable y no responde a una necesidad de fomento del desarrollo regional, sino a una ineficiencia en la gestión de los recursos públicos.

Aeroparque Flybondi Aerolineas JetSMART

Diferencias fundamentales

La gran diferencia entre una aerolínea de fomento y una de bandera radica en su misión y en el uso de los recursos públicos. Mientras que las aerolíneas de fomento tienen un propósito social justificado por la necesidad de integración y desarrollo de regiones, las aerolíneas de bandera no deberían depender de subsidios estatales para operar en mercados comerciales rentables. Esto no solo representa un uso ineficiente de los fondos públicos, sino que también afecta negativamente la competencia y la innovación en la industria.

En Flybondi, creemos firmemente en la importancia de un mercado justo y competitivo. El rol del Estado debe centrarse en favorecer el crecimiento del mercado, si es necesario apoyar a las aerolíneas de fomento en rutas estratégicas donde no existe viabilidad comercial, y generar un ambiente competitivo justo para las aerolíneas que operan en rutas comerciales que deben valerse por sí mismas y competir en igualdad de condiciones, con políticas, regulaciones y reglas equitativas. Es fundamental que las aerolíneas comerciales, ya sean públicas o privadas, busquen la rentabilidad sin depender de fondos estatales. Esto asegura un mercado sano y equilibrado, donde la competencia impulsa la eficiencia y mejores servicios para los pasajeros.

Para cerrar …

En alguna parte del post usé la palabra subsidio, que también tiende a confundirse entre los expertos con la palabra incentivo

Subsidio es entendido como una asistencia financiera directa que un gobierno o una entidad otorga a empresas o personas para cubrir cierta parte del costo de un bien o servicio para hacerlo más accesible. A diferencia de un Incentivo que es una motivación financiera o no financiera diseñada para estimular un comportamiento deseado sin necesariamente brindar asistencia directa. Un incentivo busca modificar decisiones de mercado o impulsar inversiones en ciertas áreas. Es común que las aerolineas de fomento se mantengan operativas vía subsidios del estado trasladados a su objetivo social, mientras que las aerolíneas comerciales y de bandera pueden generar incentivos a la inversión o al desarrollo de las economías dentro de sus planes de rentabilidad.

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