El 5 de noviembre de 2008 se vivía una mañana diferente en el Aeropuerto Internacional Resistencia, se sentía algarabía. Después de poco más de 10 años, volvíamos a tener una aerolínea «propia», basada en la capital chaqueña. Y encima, se llamaba Aerochaco.
La recuperación de una compañía tan icónica para la provincia y también para el mercado aerocomercial argentino se dio en el marco de una Aerolíneas Argentinas que, todavía en manos privadas, tambaleaba gracias a un Grupo Marsans que la utilizaba como vaca lechera para mantener otras empresas «hermanas» y un gobierno que, con el objetivo en vista de reestatizarla la ahogaba privándole de un necesitado aumento de las bandas tarifarias debido a la inflación local y picos históricos del precio del petróleo a nivel mundial.
Eran años muy complicados para la aviación comercial argentina. Tras la crisis del 2001, que se llevó a LAPA, Dinar, Southern Winds y LAER, el efecto rebote de la economía volvió a ejercer presión sobre la demanda de viajes aéreos de cabotaje. Aerolíneas Argentinas y Austral, en medio de sus propias tribulaciones, no estaban siendo capaces de poder atenderla. Y si bien la entonces LAN ingresó tímidamente por la puerta trasera con su filial argentina en 2005, el mercado continuaba desatendido, con las provincias gritando por más vuelos o al menos la regularidad de los mismos (abundaban las cancelaciones y retrasos). Dos provincias que tomaron el toro por las astas y avanzaron con sus propios proyectos fueron Salta y Santa Fe, apoyando a los empresarios detrás de Andes y Sol Líneas Aéreas, ambas nacidas en 2006.
Entonces en 2007 en el Chaco surgió lo inesperado. 12 años de gobiernos radicales que sobrevivieron a lo peor de la crisis de legitimidad política provocada por la caída del gobierno de la Alianza sucumbieron ante el peronismo, liderado localmente por Jorge Milton Capitanich. Al asumir en diciembre de ese año sabía que tenía que marcar muy bien la cancha para diferenciarse de sus predecesores. Con fondos nacionales que llovieron como nunca y una estrategia de comunicación impecable (al margen de otras políticas destacables y criticables que no vienen al caso y llevaron al fin de su era en 2023), una de las banderas que rápidamente levantó fue la de la recuperación de lo que alguna vez fuera un orgullo chaqueño: Aerochaco. Caro, pero orgullo al fin.
Fue así que en agosto de 2008 Capitanich firmó con Macair Jet un acuerdo mediante el cual se le contrataban horas de vuelo que serían operadas bajo la marca Aerochaco. Porque una diferencia clave de esta tercera resucitación de la aerolínea chaqueña es que no lo hizo con un certificado de operador propio, sino solo como nombre de fantasía. Previamente, entre 1996 y 1998 la que había recogido el guante de Aerochaco fue la chilena ALTA, y en los años 80, ALFA.
Llegó el 5 de noviembre de 2008, y con el ambicioso slogan, «Unimos el Mercosur», Aerochaco se presentó en sociedad operando aeronaves Jetstream 32 y MD-87. Su plan de rutas se iniciaba con vuelos desde Resistencia y Roque Sáenz Peña al Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires, siendo el primer vuelo comercial el 8 de diciembre en el caso de la ruta desde la capital chaqueña y el 12 de enero de 2009 desde Sáenz Peña.
Estas son fotos que tomé durante la presentación del 5 de noviembre:
Así cubría la TV local ese evento:
El 3 de febrero Aerochaco empezó a operar entre Resistencia y Córdoba con tres vuelos semanales, mientras que el 10 de abril empezó a volar a Puerto Iguazú con dos vuelos semanales.
En todo este tiempo los vuelos entre Roque Sáenz Peña y Buenos Aires vía Resistencia mantenían una precaria regularidad, que llevaron a la suspensión definitiva de la operación en la segunda ciudad del Chaco en octubre de 2009.
Capitanich seguía con grandes anuncios en relación a Aerochaco, planeando vuelos a San Pablo y Asunción (la ruta hacia la capital paraguaya incluso tuvo una campaña publicitaria de lanzamiento pero nunca llegó a operarse) pero con Aerolíneas Argentinas nuevamente en manos del estado y un gobierno nacional que quería para ella el monopolio del transporte aéreo comercial, la operación de Aerochaco resultaba molesta, principalmente en lo que hacía al vuelo troncal entre Resistencia y Buenos Aires. Con una alineación total a a la Nación, el gobierno del Chaco firmó en abril de 2010 un acuerdo de código compartido con Aerolíneas Argentinas que significó algunos meses después la cancelación por parte de Aerochaco de su ruta a Buenos Aires. Aunque todavía ajustándose, Aerolíneas Argentinas ya empezaba a ser capaz de servir la demanda.
A partir de ahí y hasta mayo de 2013, cuando Aerochaco/Macair se despidió del aeropuerto de Resistencia, siguió un largo derrotero que incluyó vuelos a Rosario, San Juan, La Rioja, Sunchales y Villa María, entre algún otro destino de regularidad muy precaria que puedo estar olvidándome.
Sólo la ruta entre Córdoba y Resistencia se mantuvo con niveles adecuados de regularidad y servicio hasta el último vuelo registrado el 23 de mayo de 2013, operándose tres vuelos semanales, los lunes, miércoles y viernes, llegando así el fin de la «línea aérea de bandera del Chaco» como la llamaban ingenuamente algunos medios locales.
Hay que destacar que, a diferencia de otros proyectos de aerolíneas provinciales, Aerochaco se apoyó mucho en la publicidad y tuvo una agresiva estrategia comercial), como se puede observar en estas publicidades:
Interior y servicio a bordo en los MD de Aerochaco
Interior y servicio a bordo en los Jetstream
Y este es un video que realicé durante un vuelo que hice en 2010 entre Córdoba y Resistencia:
Podría ver esa publicidad de vuelos a Asunción?