Un TC-12B Hurón de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima de la Armada Argentina (ARA) voló desde la Base Aeronaval Río Grande a la Base Antártica Conjunta Petrel. Un avión de la ARA no había aterrizado en la Antártida en más de medio siglo.
Tal como explica Gaceta Marinera (publicación de la Armada Argentina), la vuelta al continente blanco requirió de un extenso trabajo anual de adiestramiento y alistamiento para operar en pistas no preparadas y de una meticulosa planificación y ejecución. Gracias a ello, la Armada Argentina cumplió con el objetivo de volver con aeronaves de ala fija al Continente Antártico después de 51 años.
Después de 51 años, la Armada vuelve a volar hacia la Antártida, superando un desafío más en su historia.
Hoy, un avión B200 de la @Armada_Arg completó con éxito un vuelo desde la Base Aeronaval Río Grande hasta la Base Antártica Petrel, con el apoyo de un avión P3C Orión. ¡Un… pic.twitter.com/BjDZshDiJo— Ministerio Defensa (@MinDefensa_Ar) November 27, 2024
De esta forma, se busca recuperar la capacidad de búsqueda y rescate, de evacuaciones sanitarias y vuelos logísticos para el apoyo a las operaciones de la República Argentina en el continente blanco.
En la madrugada del miércoles 27 de noviembre, se llevó a cabo el operativo aéreo desde la Base Aeronaval Río Grande hacia la Base Antártica Conjunta (BAC) Petrel, cuya pista fue rehabilitada recientemente por la dotación antártica. Tras un riguroso seguimiento meteorológico, a la 1 AM despegó un TC-12B Hurón de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima, acompañado por el recientemente incorporado P-3C Orión de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, que brindó apoyo logístico y verificó las condiciones climáticas y de pista desde el aire.
Las aeronaves arribaron a Petrel alrededor de las 5 AM. Mientras el P-3C supervisaba el entorno, el TC-12B realizó el aterrizaje programado, permaneciendo en la plataforma durante dos horas para el reabastecimiento de combustible. A las 7 AM, el Hurón despegó en vuelo directo de regreso a Río Grande, completando con éxito esta operación clave para el enlace logístico con la base antártica.
La Armada Argentina no operaba con aeronaves de ala fija desde pistas en la Antártida desde hace más de 51 años. Las últimas operaciones de este tipo se llevaron a cabo en la «Estación Aeronaval Petrel», inaugurada el 22 de febrero de 1967, cuya historia se remonta a un refugio naval establecido en 1952. Entre 1967 y 1972, la Armada utilizó aeronaves DHC-2 Beaver, Twin Otter y PC-6 Porter desde esa base. Sin embargo, un incendio ocurrido en 1972 dañó gravemente las instalaciones, lo que limitó el uso de la estación a la temporada de verano.
Pero en 2013 se activaron planes para devolverle su rol original y transformarla en un polo logístico multimodal para el Programa Antártico Argentino, aprovechando sus ventajas geográficas sobre la Base Marambio y mejorando las tareas de distribución de cargas y personas hacia las trece bases antárticas argentinas.
La nueva pista de la Base Petrel fue inaugurada el 1 de junio de 2024 por un avión de transporte ligero Saab 340 de la Fuerza Aérea Argentina, operando bajo la órbita del Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) argentino.