Junto con México y Chile, Brasil es uno de los tres países de Latinoamérica que no han suspendido la totalidad de sus vuelos domésticos, y tras dos meses en los que la programación de sus principales compañías aéreas se ajustó al mínimo, en junio se empiezan a ver leves signos de recuperación.
Es el caso de Azul, que durante el próximo mes reabrirá cinco bases: San Pablo/Congonhas, Aracajú, Natal, Ribeirão Preto y Rondonópolis.
De esta manera la aerolínea espera terminar junio con picos de 168 despegues al día, cuando la primera red aérea esencial establecida en abril determinaba unos 60 vuelos diarios.
«Existe un tráfico de personas que necesitan del transporte aéreo para movilizarse, principalmente médicos, empleados públicos pero también otras ramas. la necesidad de logística es muy necesaria en este momento, principalmente porque muchas ciudades todavía están desconectadas por vía terrestre. Estamos ampliando nuestra cantidad de vuelos y destinos adoptando protocolos sanitarios y garantizando la seguridad de nuestros clientes», comentó al respecto André Mercadante, Gerente General de Planeamiento de Red de Azul.
El uso de mascarillas es obligatorio tanto para los pasajeros como las tripulaciones, a bordo y en tierra, mientras que se dispusieron medidas adicionales de desinfección en la cabina, así como alcohol en gel, guantes y barbijos.
Durante abril el mercado doméstico brasileño movilizó apenas 399 mil pasajeros, una caída del 94,6% frente al mismo mes del año pasado.