La sensación es ambivalente, lo sé: por un lado venimos contando en extenso desde el inicio de la crisis sanitaria los esfuerzos de la industria por seguir a flote y por recuperar de a tramos, con altibajos, con retrocesos y avances, una relativa normalidad que es necesaria para el sostenimiento de un sistema aerocomercial global y -no exageramos- millones de puestos de trabajo, directos e indirectos.
Por otro lado, no podemos desconocer que la existencia de las temidas nuevas cepas -llámense B 1.1.7., variante UK, variante Sudáfrica, variante Brasil-, de mayor transmisibilidad y de acuerdo a lo indicado por el Primer Ministro Británico Boris Johnson, de una mortalidad potencialmente más alta, agregan un marco preocupante en un momento en el que la vacuna, primera gran esperanza contra el virus (aunque la primera debería seguir siendo cuidarse), todavía no llegó en una cantidad suficiente como para empezar a dar vuelta la cosa.
Estas nuevas cepas son realmente alarmantes, principalmente porque a partir de la alta transmisibilidad van a recargar los sistemas de salud de los distintos países a los que logren expandirse. Reino Unido calcula que para Marzo, la mayoría de los casos con los que le tocará lidiar serán de la B 1.1.7.
Es por eso que vemos que ciertos gobiernos empiezan a pensar en medidas de restricción de viajes más drásticas. Alemania hoy mismo informó que considera reducir a «prácticamente cero» el tráfico aéreo internacional, Israel confirmó que cierra Ben Gurion por una semana, otros gobiernos buscan medidas complementarias a las actuales para reducir las chances de recibir pasajeros infectados con estas nuevas cepas. Rendidos ante la evidencia, ninguno ha podido evitarla. Son por el momento casos aislados, pero hace un año para esta fecha hablábamos exactamente de lo mismo. Algunos casos, contenidos y confinados. Sólo 365 días -y una variante menos agresiva- después, hay cien millones de contagiados en el mundo.
Estados Unidos no levantará las restricciones que en su momento la administración Trump impuso y dio de baja casi en el estribo. De hecho, suma a Sudáfrica a partir del 30 de enero e impone la obligatoriedad del test PCR negativo para todos los arribos, incluyendo ciudadanos Norteamericanos e independientemente de si ya recibieron la vacuna o no. Pero no avanzó con la temida cuarentena al arribo, y el CDC la dejó como «recomendación». La pregunta que uno se hace es la misma de siempre: ¿alcanza con un test PCR? La industria aerocomercial dice que sí, pero lamentablemente la práctica parece indicar que no.
La pregunta que se decanta entonces es otra: ¿La cuarentena al arribo es suficiente medida complementaria? Depende mucho de cómo se implemente, cómo se controle y cómo se cumpla desde lo individual. Claramente, no es la opción de quienes viven del movimiento aéreo y las economías de los destinos. Nadie viaja con una semana de más para quedarse adentro, a expensas propias, del lugar al que queremos ir. Sin embargo, en ese tire y afloje se abre la red y el filtro pierde eficacia.
Durante todo 2020 la industria aerocomercial global se enfrascó en un debate teórico y operativo sobre dónde está el equilibrio entre continuidad operacional y riesgo sanitario. Hemos escuchado hablar de filtros HEPA bastantes más veces de las que uno quisiera. Hemos determinado que el avión es un medio seguro de viaje: lo es. La incidencia de contagios a bordo es menos que ruido estadístico. Pero hay que llegar al avión. Y bajarse de él. Y ahí, por más esfuerzo que le pongamos, no hay filtros HEPA.
En lo personal, no sé si es la solución sanitaria perfecta y no tengo problema en reconocer que no tengo el conocimiento de control epidemiológico para hacer semejante evaluación. Lo que me indica cierto sentido común es que si en Marzo de 2020 la aviación cerró el transporte internacional casi a cero por un virus con nivel de contagio 5, debería hacerlo cuando una variante tiene nivel de contagio 8. Debería hacerlo todavía más estricto.
Esto deberá venir acompañado de una evaluación seria de todos los actores del sistema aerocomercial global: cerrar el tráfico aéreo internacional aunque sea temporalmente implica desandar los pocos pasos de recuperación que se pudieron dar. Implica más pérdidas para las compañías, menor seguridad laboral.
Implica un mayor aporte estatal en un momento en el que para los estados la salud del sistema aerocomercial debe ser la prioridad 38, pero tal vez la cuenta que haya que hacer refleje que todo lo que el sistema de salud se ahorra por no continuar por la senda de la transmisibilidad de nuevas cepas se pueda reinvertir en aquello que sacrificamos para que no se siga transmitiendo.
Es un compromiso complicado de asumir. Son muchas las partes involucradas, muchos los intereses en juego. Pero en una región donde no sobra nada, dar un paso firme adelante puede ser aquello que nos permita salvarnos.
Excelente Pablo! Muy lúcido análisis. Por más que no me caiga simpático, el Covid existe y mientras no haya una inmunidad extendida a través de las vacunas, el tratar de funcionar con cada vez más medidas que hacen el viajar una tortura, todo lo que se hace para seguir funcionando se asemeja al Quijote luchando contra los molinos de viento. Excelente reflexión. Abrazo y una alegría que estés de vuelta en el ruedo!
En esta no estoy con ustedes. Creo que cerrar todo nos lleva a todos a un pozo ciego donde no sabes que te podes encontrar. La gran mayoria de las empresas de turismo (las que sobrevivieron) admiten que no podrian subsistir con otro cierre como el del año pasado. El virus existe y hay que cuidarse y la vacuna no llega y el rebrote pronto asomará la cabeza pero se manejó tan mal la pandemia que hoy día la economia de las empresas orientadas al turismo no se bancarian otro 2020. Abrazo
Estimado Pablo, la gran diferencia entre las medidas q se tomaron antes y ahora es que antes no se sabía con qué lidiabamos, ni cómo se contagiaba (barbijo si, barbijo no, que la gotita, que no viajaba más de 30 CM, que si uno tenía covid tenía todo el avión, etc)
Antes el pcr y otros métodos no eran tan masivos como ahora ni tampoco tan efectivos. Siempre hay un margen de error, pero ahora es infinitamente menor. Fíjate q dejaron un año son clases a chicos pensando q eran el gran foco de contagio y resulta q era totalmente opuesto….
En Marzo cerraron fronteras hasta Octubre y el pico fue en Agosto. Realmente cree que suspender los vuelos sea la solución. Es un virus que llegó para quedarse y para cambiar nuestras vidas y costumbres. Quizás haya que trabajar en medidas preventivas, enseñar y sobretodo concientizar a la población.
El virus ya esta entre nosotros, parando las actividades no se reduce, solo genera más pobreza y hartazgo en la sociedad.
Lo que no puedo dejar de pensar es como no se COMPARA la cantidad de fallecidos por problemas respiratorios del 2020 con años anteriores, de ser así en Argentina fallecieron 20.000 personas menos por el Covid19 que años anteriores por gripe/neumonía/pulmonía.
Intuyo que el cierre de los países se debe a una razón política y no a una razón sanitaria ya que (según el Ministerio de Salud) encabeza el ránking de mortalidad los accidentes cardíacos, les sigue los de cáncer y recién después están los decesos por problemas de complicación respiratoria.
No empecemos con estas payasadas que estamos recien en Enero. El rebrote viene en mayo y ya vamos a tener tiempo de escuchar estas cosas. En total desacuerdo, me parece una posicion egoista el pensamiento del que escribió esta nota mas aún si el blog esta orientado a la aviacion que fundida por completo va a quedar si vuelven a cerrar todo
Excelente respuesta. Datos! Por favor, veamos los números y saquemos conclusiones !
Cerrar aeropuerto para que no entren las nuevas cepas? Primero deberíamos estar seguros que las nuevas cepas no entraron ya, lo que no podemos saber porque aquí no se testea a los asintomáticos. Segundo para eso nadie absolutamente nadie debería ingresar al país. Eso significa que no se vayan a buscar vacunas ni misiones oficiales al exterior ni vuelos especiales ni ingreso de barcos de carga. Todo eso es imposible. Es decir las nuevas cepas van a entrar, es inevitable en un mundo interconectado… Mejor ponganse las pilas con las vacunas y controlen las fiestas clandestinas que es el verdadero problema. Los que ingresan del exterior lo hacen con un PCR. No es 100% seguro pero los que viajan a la costa o a Cordoba no se hacen ningún PCR. De modo que focalicen la prevención donde realmente importa