Después de unos 17 meses, la vapuleada South African Airways (SAA) anunció que salió de la protección judicial por quiebra el viernes pasado (30). Desde diciembre de 2019, se había designado un grupo especial de administradores para sanear las finanzas de la empresa, una tarea que era casi imposible si no se producían cambios drásticos en la estructura. El año pasado se había informado que apenas 1.000 trabajadores serían necesarios de los casi 5 mil que formaban parte del plantel de la empresa.
Con el final del proceso, la empresa asume que sus finanzas están bajo control y que estaría lista para volver a operar de manera sustentable (solvente). No está del todo claro cómo sucederá esto, aunque el gobierno se ha comprometido con el rescate de la empresa y la búsqueda de un socio inversor.
Aunque ha salido de la peor fase, la compañía aún no vuela, pero se encuentra en una etapa de hibernación. Con solo un pequeño puñado de aviones todavía en la flota, la empresa tendrá que comenzar prácticamente desde cero y con una estructura mucho más delgada, a pesar de las muchas quejas de los sindicatos locales, señalan en Aeroin.net.
Un comunicado al que tuvo acceso Reuters dijo que “se debe concluir un acuerdo de compra y venta en las próximas semanas. Esto permitirá incorporar capital y conocimientos técnicos y comerciales muy necesarios para garantizar el surgimiento de una aerolínea competitiva ”.
Aún no hay fecha para que South African Airways despegue nuevamente. En los últimos 17 meses, el gobierno ha dicho en repetidas oportunidades que cerraría la empresa, incluso de mala manera, pero siempre hubo un cambio de rumbo que puso de nuevo sobre la mesa la esperanza de su retorno.
El plan de reestructuración ya ha implicado el desembolso de 7.8 mil millones de rands (USD 541 millones) de los 10.5 mil millones asignados. Algunos sectores han reclamado que parte de los fondos restantes sean destinados a fortalecer a la filial low-cost Mango, a SAA Technical y AirChefs, que si bien no estaban incluidas en la protección judicial ahora también se encuentran en necesidad de fondos frescos.
2011 fue el último año en el que SAA obtuvo ganancias, y en el último lustro ha recibido rescates financieros por un valor de USD 1,6 mil millones. En 2019 el Tesoro Nacional rechazó seguir proveyendo de más fondos a la aerolínea, cuyas finanzas recibieron un duro golpe tras la huelga de ocho días que tuvo lugar a fines de noviembre, lo cual precipitó la entrada al proceso de protección de bancarrotas en diciembre de ese año.
