Presupuesto USAF 2022: achicamiento y apuesta a nuevas tecnologías

Gastón Dubois

F-15EX Eagle II USAF FY 2023

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos hizo su presentación de pedido de presupuesto al Congreso para el año fiscal 2022. En el mismo se plantea la baja operativa de más de 200 aeronaves y la compra de solo 91 aviones nuevos, para dirigir ese dinero ahorrado a acelerar desarrollos.

El planteo es simple. Bajar el impacto del costo operativo de la actual estructura, reduciéndola, para destinar esos ahorros para acelerar la puesta a punto de las tecnologías que le darán una ventaja cualitativa ante una eventual confrontación contra China y/o Rusia.

En los documentos publicados por la USAF, se puede ver un cuadro de la estructura de su fuerza planeada para el 2022.

Lo que se va

A destacar del cuadro anterior, respecto de los números del 2021:

  • F-15 C/D: baja de 48 unidades
  • C-130H: baja de 13 aviones
  • AC-130U/W: ningún Specter en servicio para el 2022
  • E-8 JSTARS: baja de 4 unidades
  • F-16C/D: baja de 47 (aparte de las unidades prestadas a la USN)
  • KC-10: retirada de 14 aviones
  • KC-135: baja de 18
  • RQ-4 Global Hawk: gran recorte de 20 unidades
  • A-10 Thunderbolt: 42 menos

Si bien el presupuesto para el año 2022 es un 2,3% más grande que el de 2021, el recorte en unidades operativas es sensible, de impacto variable según el caso.

Esta desinversión en ciertos sistemas de armas que ya no se consideran suficientes para las necesidades futuras permitiría un ahorro de más de 1.300 millones de dólares durante el 2022, que se van a destinar a potenciar proyectos tecnológicamente modernos.

Lo que viene

Dentro de los proyectos de compra principales del 2022, la USAF destaca:

La reducción en la adquisición del F-35 probablemente tiene que ver con lo caro que le está saliendo a la Fuerza Aérea mantener estos aviones operativos, y su amenaza a Lockheed Martin de que si no hacen algo para bajar los costos, las compras futuras se reducirán aún más.

Boeing KC-46 Pegasus

Sobre el KC-46 Pegasus, las compras siguen estables, dadas las enormes necesidades de la fuerza de reemplazar a una flota de aviones cisterna muy avejentada y gastada.

Entre KC-10 y KC-135, se retirarán 32 aviones. Si las compras del Pegasus no se aceleran, es por los numerosos defectos que siguen encontrando en estas aeronaves, que nunca terminan de estar realmente listas.

En cuanto a la capacidad de inteligencia y reconocimiento, la reducción de la flota de E-8 Joint STARS de 16 a 12 es un golpe algo duro, pero no terrible.

E-8 JSTARS

Lo que sí sorprende es la retirada acelerada de los RQ-4 Global Hawk, de 30 unidades en el 2021 a solo 10 para el 2022. ¿Será que, luego de que la defensa aérea iraní derribara uno de ellos cerca del Estrecho de Ormuz, se lo considera con pocas capacidades de sobrevivir ante un enemigo tecnológicamente capacitado?

Las flotas de bombarderos, aviones de transporte y entrenadores, se mantienen bastante estables respecto al 2021, aunque para el 2022 se esperan 10 entrenadores nuevos, seguramente en referencia al eT-7 Red Hawk.

Un punto importante a señalar es que el presupuesto 2022 incluye la introducción de los primeros 12 AGM-183A Air-Launched Rapid Response Weapon (ARRW en la table), que es la respuesta de la USAF ante el avance ruso y chino en el campo de las armas hipersónicas.

B-52 portando un modelo de pruebas del AGM-183A ARRW

Arreglar, modernizar, ampliar, y expandir las bases

Otro aspecto destacable es que se dobla el presupuesto para infraestructura crítica.

Mucho de ese dinero irá a recapitalización/modernización/adaptación de instalaciones para adecuarlas a nuevas aeronaves (como el B-21 Raider) o mejorar sus condiciones generales.

Pero también se van a iniciar varios proyectos de construcción grandes, para reforzar la presencia de la Fuerza Aérea en el teatro del Pacífico, para enfrentar mejor a China.

Apostando por las nuevas tecnologías

El siguiente cuadro muestra los presupuestos asignados a los programas de desarrollo tecnológicos punteros de la USAF

El presupuesto para el B-21 continúa firme. El del programa JSF F-35, extrañamente ha aumentado, posiblemente para mayor desarrollo de sus sistemas logísticos (el ODIN).

El programa de re-motorización de los infatigables B-52 va cobrando velocidad. El veterano bombardero será la plataforma desde la cual la USAF planea lanzar las nuevas generaciones de misiles hipersónicos, además de otras armas actuales y futuras.

En relación a eso, aumenta el presupuesto para comprar armas de ataque de largo alcance, como los AGM-158B JASSM-ER, para combatir a la Armada y sistemas de misiles chinos y rusos.

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También es de remarcar el aumento del presupuesto dedicado a la modernización de silos y misiles nucleares con base en tierra Minuteman III. Esta área de la disuasión nuclear estaba un poco desatendida en los últimos años.

Minuteman III en lanzamiento de prueba.

Finalmente se pisa el acelerador en el programa NGAD, que dará nacimiento a los próximos aviones de combate de 6 Gen, que deberían darle la ventaja tecnológica a Estados Unidos por sobre sus adversarios y competidores, los cuales recién están entrando en la era de los 5 Gen.

A modo de conclusión

Como puede verse, la amenaza china en EE.UU. no es tomada enbroma y están reestructurando la fuerza para hacerle frente con las mejores ventajas posibles.

Y esas ventajas son principalmente tecnológicas. La USAF, que se impuso sobre todos los campos de batalla desde los años 90 hasta esta fecha, ya no estaría en una posición de cómoda superioridad respecto a la de las potencias emergentes orientales.

Así que el plan parece ser reducir el número de unidades de sistemas que hoy ya no dan una ventaja decisiva, en todo lo posible, para invertir esos recursos en los desarrollos tecnológicos en los que los EE.UU. confía para mantenerse como el primer poder militar global.

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