El Aeropuerto de Schiphol informó que está dando un gran paso hacia el almacenamiento de energía y la mayor electrificación de los equipos de servicios de apoyo en tierra, con la llegada de una batería de flujo de hierro al aeropuerto.
La inmensa batería, recientemente instalada en la plataforma A/B, ofrece un suministro de energía confiable para la carga de equipos eléctricos, aliviando así la presión sobre la red eléctrica.
La batería de flujo de hierro será probada extensivamente en los próximos meses. Durante el período de pruebas, proporcionará electricidad a las Unidades de Energía de Tierra Eléctricas (e-GPUs) en la plataforma A/B, según reporta nuestro medio asociado, Aeroin.
Las e-GPUs brindan energía a los aviones estacionados en lugares sin suministro fijo de electricidad. Esto significa que, cuando se combinan con una Unidad de Aire Acondicionado (PCA) que proporciona aire fresco a bordo, el motor auxiliar de la aeronave puede permanecer apagado cuando está en tierra. Esto garantiza una mejor calidad del aire en la plataforma y una reducción del ruido.
La batería de flujo de hierro se destaca por el uso de componentes naturales. En contraste con las baterías de litio comúnmente usadas, funciona con hierro y agua salada, materiales que están ampliamente disponibles, tienen un menor impacto ambiental y son seguros contra incendios. La capacidad de la batería se mantiene constante hasta por 20 años.
“Estoy extremadamente orgulloso de esta innovación. La batería de flujo de hierro es un gran ejemplo de cómo queremos liderar el camino con infraestructura innovadora que mejora la calidad del trabajo. Durante el período de prueba, el enfoque está en la facilidad de uso, confiabilidad y eficiencia. Si el resultado es exitoso, se agregarán más baterías, con el objetivo de hacer eléctricos y libres de emisiones todos los equipos de tierra”, afirmó Sybren Hahn, Director Ejecutivo de Infraestructura.
La batería de flujo de hierro fue desarrollada y construida por ESS Inc, en Oregón, EE. UU., y el equipo de innovación de Schiphol llevó la tecnología al aeropuerto. Volker Infra y KES son responsables de la gestión y uso de la batería.
La batería está parcialmente subsidiada por la Unión Europea y forma parte del TULIPS, una colaboración europea de 32 partes de la aviación e institutos de conocimiento liderada por el Royal Schiphol Group.
El programa se extiende hasta finales de 2025 y tiene como objetivo acelerar el desarrollo de innovaciones que puedan hacer los aeropuertos más sostenibles. Esto está alineado con la ambición de Schiphol de que sus propias actividades aeroportuarias sean libres de emisiones y residuos para 2030, y que sean energéticamente positivas para 2050.