Volando en el 787 entre Santiago de Chile y Buenos Aires

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Llegaba a SCL (Santiago de Chile) procedente de Bogotá en un Boeing B767-300 (LA 455) para seguir mi camino a casa sin pensar la sorpresa que me aguardaba.

Al llegar a la puerta 10 del aeropuerto «Arturo Merino Benitez» de Santiago de Chile para abordar el vuelo LA455 que originalmente estaba programado en un Airbus A320 me encuentro cara a cara con el CC-BBA, uno de los 3 Boeing 787 Dreamliner de LAN, el primero en ser recibido por la aerolínea mas precisamente, el 31/08/2012.

Al subir al mismo me sorprendió muy gratamente su espacio interior (hasta da la sensación de ser más amplio que un Boeing 777-300) y sorprende el ENORME tamaño de las ventanillas y dado que era temprano a la mañana y por la niebla estaba un poco oscuro, sus luces interiores estaban en modo nocturno (Color Violeta).

Luego de acomodarme en mi asiento (32A) pude notar lo mismo que en los nuevos Boeing 767-300 (como el CC-BDG), tapizados que no parecen de tan buena calidad, textura y de colores no tan agradables, posa brazos mas delgaditos y de un plástico que parecería menos resistente, ausencia de control remoto para manejar la pantalla de entretenimiento y la muy bienvenida toma de energía eléctrica (que si esta presente en los nuevos B767-300 pero enfrente y no debajo en el centro de nuestra fila de asientos). Sí noté que la pantalla trate toma USB (viene bien para mantener cargado el smartphone) y otra toma que parece ser de S-Video.

De todos modos me olvide muy rápido de todo eso ya que por primera vez estaba en un Dreamliner.

Me llamó mucho la atención el comando que oscurece o aclara el vidrio de la ventanilla y que da la posibilidad de seleccionar entre 5 ñtonos. Luego de la puesta en marcha de los motores Roll Royce Trent 1000 (la mas ruidosa y que mas vibraciones genero de todos los aviones en los que he volado) empecé a disfrutar del silencio.

Dejamos Santiago, y el resto fue solo disfrutar del silencio. A pesar de estar ubicado detrás de los motores era notoria la reducción del ruido a motor en el interior de la cabina.

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El vuelo fue muy breve, apenas hora y media. La butaca era cómoda con adecuado espacio para las piernas y una buena reclinación.

Llegando al aeropuerto de Ezeiza me pregunté por qué no me toco este avión para hacer BOG-SCL, las luces de la cabina luego de pasar por tonalidades anaranjadas llegaron a tonalidades amarillas, y jugando a polarizar y despolarizar el vidrio de mi ventanilla y usarlo como filtro para el lente de mi cámara finalizó el viaje, con un descenso bastante brusco ya que sacaron las chapas afuera, descendieron con una buena tasa de metros por minuto y pegaron un par de virajes dignos de show aéreo.

Una vez aterrizados me quedé hasta lo ultimo para sacar más fotos en la cabina con menos gente y le pregunté a una de las tripulantes de cabina si me dejaban visitar la cabina de mando, diciéndole que era mi primer Dreamliner, y luego de preguntarme como había sido mi experiencia y previa consulta y acompañamiento por parte del Jefe de Cabina de vuelo pude conocer la cabina de mando en la que había 3 tripulantes (Y yo que casi dejo la réflex en casa!!!)

Saqué algunas fotos más y mientras abandonaba la aeronave con una enorme sonrisa me sentí feliz por haber volado en uno de los tres Boeing 787 que están en servicio en Sudamérica, y sin dudar puedo decir que es un sueño con alas.

 

*Reporte y fotos: Gastón Cáceres

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1 comentario en «Volando en el 787 entre Santiago de Chile y Buenos Aires»

  1. Hola,

    Voy a viajar en un Dreamliner, quería saber qué tipo de conexión eléctrica trae, ya que mis aparatos tienen del tipo estadounidense. Para poder llevar el adaptador.

    Gracias, saludos

    Responder

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